El renacimiento de Pompeya: restauradas cinco antiguas ‘domus’ con sus jardines
Como si de un Ave Fénix se tratase, la legendaria e histórica ciudad de Pompeya, arrasada hace dos mil años por la tristemente célebre erupción del Vesubio, parece renacer de sus propias cenizas con la restauración y apertura al público de cinco de sus antiguas domus.
El volcán asoló esta magnífica ciudad romana en el año 79 d. C. Sin embargo, ahora podremos volver a pasear entre sus jardines y asombrarnos dentro de sus nuevas viviendas reconstruidas gracias al Gran Proyecto Pompeya. Tal y como explica perfectamente el diario ABC, por primera vez en su historia, podremos disfrutar de sus limoneros, olivos, granados y palmeras, con la misma disposición de plantas y árboles que en tiempos del escritor, científico, historiador, naturalista y militar latino, Plinio el Viejo.
“Ha sido posible excavar en los jardines y encontrar residuos orgánicos de las plantas. Así, con el análisis del polen sabemos con precisión dónde estaban y, sobre todo, de qué plantas se trataba. Hemos logrado un milagro: conservar durante dos mil años lo que había sido creado para durar solo pocos lustros”, declaró a ABC la emocionada arqueóloga Grete Stefani.
El Anfiteatro de Pompeya. (Public Domain)
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El nuevo itinerario, recién inaugurado para el deleite de los visitantes, se inicia junto al Anfiteatro, en la sorprendente casa de Giulia Felice, una empresaria de la época que convirtió su hogar en un hotel/balneario/spa. Giulia mandó instalar una serie de termas en su casa y celebraba toda suerte de eventos en dichos salones. Además de sus muchas habitaciones, en esta ‘domus’ destacan también los magníficos espacios del jardín y el huerto, rebosantes de hiedras, rosales, manzanos y perales.
A continuación nos encontraremos con la casa del Frutteto (huerto), decorada con magníficos frescos de diversos árboles frutales. Destaca en ella su atrio con mosaico en blanco y negro. Más adelante podremos visitar la casa de la Venus de la concha, la antigua diosa protectora de Pompeya que aparece inmortalizada en otro restaurado fresco.
El restaurado fresco de la Venus de la Concha decora las paredes de la casa homónima. (Fotografía: ABC)
Muy esperadas eran las reaperturas de las domus de Marco Lucrezio, en la vía Stabiana, un verdadero parque patricio, y del rico pompeyano Octavius Quartius, la única gran residencia de la que conocemos el nombre del propietario, ya que en su interior se ha encontrado su sello particular.
Pero además de poder disfrutar de las 5 domus recientemente restauradas y de sus magníficos jardines, también podremos visitar la exposición «Mito y Naturaleza. Desde Grecia a Pompeya», inaugurada ayer, 16 de marzo, y que permanecerá abierta hasta el próximo 30 de septiembre en el Anfiteatro de Pompeya y en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. En ella se exponen frescos, objetos de plata, joyas, estatuas, terracotas y vasijas, datados entre los siglos XIII a. C. y II d. C.
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Vista de los jardines de la domus de Marco Lucrezio, en la vía Stabiana, un verdadero parque Patricio. (Fotografía: ABC)
Con todo lo anterior, vislumbraremos sin ningún género de dudas que los pompeyanos buscaban armonizar la arquitectura con los espacios verdes y la decoración de los interiores. De hecho, pintaban las paredes de sus casas con plantas y aves para sentirse, en todo momento, abrazados por la belleza proporcionada por la madre naturaleza.
En toda la ciudad de Pompeya puede que haya más de mil casas. Al parecer, los expertos se encuentran debatiendo actualmente la conveniencia de volver a cubrir aquellas que no tengan interés turístico una vez acabadas las investigaciones, tal y como se hace en otros yacimientos, puesto que dejar a la intemperie ruinas que no tienen mayor utilidad es condenarlas a la destrucción.
Corona de oro del siglo II a. C. Una de las magníficas piezas que se pueden contemplar en la exposición «Mito y Naturaleza. Desde Grecia a Pompeya». (Fotografía: ABC)
Imagen de portada: Jardines y termas de la restaurada domus de Giulia Felice, en Pompeya. (Fotografía: ABC)
Autor: Mariló T. A.
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