Numerosos Esqueletos de Monjas Perversas Descubiertos en Oxford
Arqueólogos han descubierto los esqueletos de un grupo de monjas 'perversas' que finalmente fueron castigadas por sus pecados siendo disuelto su convento y su hospedería.
El equipo de arqueólogos del John Moore Heritage Services ha descubierto los esqueletos de un total de 92 monjas del Convento de Littlemore en Oxfordshire, datados entre el año 1.110, fecha en que se fundó el convento y 1.525 en el que el Cardenal Wolsey ordenó su disolución. Los esqueletos fueron encontrados en un cementerio que rodeaba el convento y cuyos terrenos se utilizan, ahora, para la construcción de un nuevo hotel. "Los entierros dentro de una iglesia casi siempre pertenecen a individuos ricos o eminentes, monjas y superiores", afirmó Paul Murray, director del actual equipo. "Los enterrados fuera suelen corresponder a seglares y laicos deseosos de ser enterrados lo más cerca posible del corazón de la iglesia".
La mayor parte de los enterramientos eran femeninos, 35 individuos en total. Otros 28 eran masculinos y otros 29 restantes inidentificables. Una mujer de 45 años, enterrada en un ataúd de piedra en el centro de la cruz formada por los transeptos del viejo convento era, probablemente, la madre abadesa. Algunos esqueletos mostraban signos de enfermedad, incluyendo la lepra, mientras que dos niños sufrían de displasia de cadera. Los arqueólogos también encontraron un recién nacido muerto en una arqueta y una mujer enterrada boca abajo. El Señor Murray aclaró que dicha posición era debida, probablemente, a un acto penitencial para expiar sus pecados. Por lo tanto podría tratarse de una de las monjas pecaminosas que, según los registros que nos han llegado, habrían provocado que el Cardenal Wolsey disolviese el convento y la hospedería. Eileen Power menciona el convento en su libro “Medieval English Nunneries” como uno de los peores establecimientos del país en aquellos tiempos.
De acuerdo con la Historia del Condado de Oxford de W. H. Page, el Convento de Littlemore era un hogar benedictino fundado por Robert de Sandford, un caballero al servicio del Abad de Abingdon. El convento fue construido sobre tierra de pastos del pueblo de Sandford durante el reinado del Rey Esteban y al principio fue llamado Convento de Sandford, tomando el nombre de Littlemore a mediados del siglo XIII. Recibió el favor real de Enrique III durante los primeros años de su reinado, pero fue disuelto en 1525 por Enrique VIII.
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Retrato del Rey Enrique VIII de Inglaterra quien disolvió el Convento de Sandford. Pintado por Hans Holbein el Joven, sobre 1537. En la actualidad se halla en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. (Wikimedia Commons)
La conocida hoy como Granja Minchery, anteriormente Convento de Sandford, en Littlemore, Oxford. Este era el dormitorio de las monjas benedictinas del Convento de San Nicolás. Fotografía de Nigel Cox (en.wikipedia.org)
Hacia 1245 parece ser que el convento se hallaba en mal estado, ya que una bula papal publicada por el Papa Inocencio en aquel año concedía, por un periodo de tres años, indulgencia de diez días a quien ayudase a las monjas a completar la reconstrucción del convento, ya que no eran capaces de realizar el trabajo ellas solas.
En el año de 1.445, durante la visita del Doctor John Derby, comisario del Obispo de Lincoln, el convento albergaba a siete monjas, quienes rechazaban dormir dentro del propio edificio ante el temor de que se derrumbase sobre ellas. También rompían su regla comiendo carne, cada día, en el refectorio. Otras tres mujeres fueron acomodadas en el edificio llegando a dormir, realmente, en el convento de las monjas, por lo que una de ellos pagaba 8 peniques por semana y las otras dos 4 peniques por semana en concepto de alquiler.
En 1517, la reputación de las monjas hizo que Edmund Horde visitara el convento de parte del Obispo de Lincoln, cargo ocupado entonces por Guillermo Atwater. Horde descubrió que en el convento vivía la hija ilegítima que la madre abadesa había tenido con un sacerdote de Kent llamado Richard Hewes, quien continuaba visitándola tras su nacimiento. Catherina Wells, última abadesa, fue depuesta como castigo por sus múltiples fechorías, como haber robado objetos de valor del convento, incluyendo la mayor parte de las joyas, que empeñó para aumentar el valor de una dote. Las monjas fueron dejadas sin dinero para alimento, vestimenta o gastos generales. Horde también descubrió que el año anterior otra de las monjas había tenido también un hijo ilegítimo. Esta vez el padre era un hombre casado de Oxford.
Algunas de las cosas que pudieron haber ocurrido en el Priorato: un monje medieval seduce a una monja, que se queda embarazada y tiene un bebé ilegítimo. Ella, pecaminosamente, se deshace del bebé en el excusado. De los Milagros de Notre Dame, The Hague Kb. 71 a 24 (año 1327). (pastisaforegincountry.blogspot.com)
Horde informó de que Wells empleaba castigos excesivos contra otras monjas, en particular cuando ellas criticaban su mala conducta. Wells respondía a estas críticas aprisionándolas en el cepo. A oídos de Horde llegó la noticia de que al menos una novicia se sintió tan horrorizada ante el comportamiento de la abadesa que había huido del convento, marchándose a otro lugar.
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Wells había procurado ocultar sus fechorías ordenando a las monjas decir a Horde que todo era para la orden, sin embargo cuando fue convocada para comparecer ante el Obispo Atwater, confesó que su mala conducta había sido continua durante los últimos ocho años. Pese a que su hija había muerto para entonces, incluso había entregado parte de lo robado al sacerdote de Kent. Atwater la depuso, pero le permitió permanecer como madre abadesa durante cierto tiempo con la condición de informar a Horde ante cualquier decisión firme e importante que tuviera que tomarse en el convento.
Más tarde Atwater visitó el convento en persona y descubrió que Wells no había cesado en su mal comportamiento. No sólo había vuelto a aprisionar a otras monjas en el cepo sino que también había agredido a otra dándole patadas y puñetazos. Wells intentó defenderse declarando que otra monja había tonteando con muchachos en el claustro, forzando a Wells a castigarla con el cepo. Sin embargo, otras tres monjas la liberaron, quemando el cepo, tras lo que huyeron saltando por una ventana. Tras escapar se refugieron en casas de amigos cercanos durante unas 3 semanas.
Pintura de Santa Ana con un bebé y su comadrona, por Ranworth Antiphoner, siglo XV. (manysnoweballes.blogspot.com)
Los registros del convento cesan después de 1.518 porque según escribe Page el Cardenal Wolsey recomendó la disolución del convento. Esta recomendación fue concedida un año después recibiendo el convento una pensión de 6 libras, 13 chelines y 4 peniques. La única parte del edificio que se mantuvo en pie, aunque en estado de abandono, fue la parte pública del convento, lamentablemente destrozada en el 2013 por un grupo de vándalos aficionados al fútbol.
Investigadores de la Reading University analizan ahora los restos allí descubiertos para aprender más sobre los enterramientos, después de lo cual serán inhumados nuevamente bajo tierra consagrada.
Imagen de portada: Un grupo de arqueólogos ha descubierto, casualmente, cierto número de esqueletos que podrían pertenecer a las monjas del antiguo Convento de Sandford. Un lugar ruinoso que cayó en desgracia hasta acabar siendo disuelto tras las graves acusaciones acerca del supuesto comportamiento lascivo de sus religiosas. Dicho convento cerró sus puertas en 1524. (news.discovery.com)
Autor: Robin Whitlock
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso
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