Sacando a la luz los secretos del Templo Funerario de Tutmosis III, el faraón guerrero
Tutmosis III fue uno de los monarcas más importantes y poderosos de la civilización egipcia. Como sexto rey de la dinastía XVIII del antiguo Egipto, a lo largo de su reinado (años 1479-1425 antes de Cristo) el territorio egipcio alcanzó su máxima extensión. Desde hace nueve años, un equipo de científicos españoles se encarga de la conservación y restauración de las estructuras y materiales del Templo de Millones de Años (denominación con que se conocía a los templos funerarios de los reyes del Imperio Nuevo) del gran Tutmosis III.
Concretamente, tal y como se describe desde su propia web oficial, el proyecto de excavación, restauración y puesta en valor del Templo de Millones de Años del faraón Tutmosis III comenzó en el año 2008 y es fruto de la cooperación entre el Ministerio de Antigüedades Egipcio y la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla. El equipo, dirigido por la Dra. Myriam Seco Álvarez, coordina las investigaciones en el templo del faraón considerado como el “Napoleón” egipcio.
Según informaciones y datos publicados por el diario español El Mundo, las nueve campañas realizadas hasta el momento han ido desempolvando un recinto extraviado en mitad de la antigua Tebas faraónica.
"Cuando el monarca decidió construir el templo se celebró la ceremonia del estiramiento de la cuerda. Se realizó por la noche y orientada por las estrellas. Estiraron una cuerda que sería simbólicamente el eje del templo y se señalaron cuatro lugares en los que, una vez excavados, fueron depositadas piezas que traerían suerte a la edificación", explica Myriam Seco en declaraciones recogidas por El Mundo.
A lo largo del perímetro del antiguo templo real, la misión española ha logrado recuperar las primeras piedras que depositó el faraón durante tan singular y solemne ritual.
"Se solían colocar en las esquinas y es un pequeño tesoro. Hemos encontrado unos monolitos de granito, cuarcita y arenisca, los materiales usados en el templo. Los cuatro de mayores proporciones tienen el cartucho del soberano y la inscripción: ‘Tutmosis III en su templo del oeste en el día del estiramiento de la cuerda’. Es un templo en ruinas que nos ha permitido acceder a una serie de informaciones muy valiosas, como su cimentación ", ha continuado detallando la arqueóloga.
Obreros egipcios excavando en el área externa del muro norte del templo de Tutmosis III. (Fotografía: Francisco Carrión/El Mundo)
Año tras año, excavación tras excavación, el milenario edificio va desvelándonos sus más ocultos resquicios y secretos, como los ocho orificios que han aparecido sobre el suelo del segundo patio.
"Son ocho maceteros. Es un agujero de nueve metros de profundidad en la roca madre que llega hasta la capa freática. Los rellenaban de tierra fértil y estaban rodeados de adobe. No requerían riego. En uno de los huecos hallamos restos de raíces y hojas secas que corresponderían a una persea, el árbol sagrado de los egipcios", explica la egiptóloga española.
Por su parte, el también egiptólogo y miembro del proyecto Javier Martínez Babón añade:
"Estamos reparando una deuda. Que el templo de una figura de tal trascendencia histórica no estuviese excavado era algo que no encajaba. Tutmosis III es uno de los faraones más fascinantes y éste su templo de eternidad".
Bajorrelieve de Tutmosis III dominando a sus enemigos. Pilono del templo de Karnak en Egipto. (Public Domain)
Durante la presente campaña, que ya llega a su fin –y tal y como Ancient-Origins.es informó en su momento– el equipo del proyecto hizo público su último gran descubrimiento: la momia de Amón Renef, Sirviente de la Casa Real, que presenta un cartonaje policromado de una belleza sin igual.
"Es lo más bonito que he visto. La policromía es magnífica. Tenemos que investigar el título para tratar de precisar el cargo. Sería probablemente un funcionario de rango medio. Las termitas han devorado los soportes de madera del cartonaje, solo quedan las vendas que recubren la momia. Ni siquiera hay amuletos. En realidad, lleva encima todo lo necesario para un exitoso tránsito hacia el más allá. Están, para empezar, las protecciones invocando al sol, como el escarabeo, que es el sol de la mañana, y el carnero, que representa al sol del atardecer. Hay un detalle muy emotivo en su tumba. En la parte hundida del sarcófago hemos recuperado los restos de una guirnalda de flores y hojas secas que debía ser el postrero acto de cariño de alguien hacia el difunto. Es el toque sentimental", ha declarado a El Mundo Martínez Babón.
La sepultura de Amón Renef se suma a la ya larga lista de enterramientos localizados en el recinto y que comenzaron a ser estudiados durante el siglo XIX.
Fotografía del hermoso cartonaje de la momia de Amón Renef, adornado con elementos religiosos como símbolos solares, la cobra, las diosas protectoras Isis y Neftis con las alas desplegadas y los hijos de Horus, que custodiaban las vísceras del difunto. (Fotografía: ABC/Thutmose III Project)
"Cuando Tutmosis III levanta aquí su templo esto era ya una necrópolis. Hasta ahora hemos excavado 25 tumbas. Los enterramientos ubicados debajo del templo son del final de la XII dinastía. En el exterior del muro sur, la de Amón Renef es una de las tumbas del tercer período intermedio. Y en el lado opuesto, más allá del muro norte, nos hemos topado con un promontorio de tumbas más humildes de la dinastía XI. De momento, solo hemos estudiado una parte de la colina en la que fueron enterradas varias mujeres con un reposacabezas, un espejo y tres mesas de ofrendas de cerámica", comenta de nuevo la directora de las excavaciones, Myriam Seco.
Por su parte, la historiadora Linda Chapon se ocupa de rescatar y catalogar los objetos recuperados del templo:
"Hay documentados unos 6.400 fragmentos sin contar los de esta campaña. Algunos aportan mucha información y otros son un signo o una línea. Los más pequeños apenas tienen cinco centímetros y se hallaron extramuros entre los desechos de las excavaciones del siglo XIX y XX. A partir de la base de datos trato de reconstruir por ordenador lo que se puede. Calculo que he logrado entre el 15 y 20% de todo lo que había en los muros."
De izquierda a derecha, las restauradoras Inmaculada Lozano e Inés García junto a Myriam Seco y Javier Martínez Babón posando junto con el cartonaje de Amón Renef, momia hallada durante la presente campaña de excavaciones. (Fotografía: El Mundo/PROYECTO TUTMOSIS III)
Finalmente, Myriam Seco desvela a El Mundo sus intenciones de crear un museo con todo lo hallado hasta ahora:
"De todo esto, que fue una vez un montículo de arena, queremos hacer un museo en el que el visitante pueda imaginar la planta y el significado de este templo, que fue además un lugar económico y administrativo. En esta campaña hemos retirado entre dos y tres metros de cerámica rota. Podríamos estar aquí 30 años, pero un proyecto no puede ser eterno. El proceso para “musealizar” el complejo nos llevará siete u ocho años más. Nos queda, además, mucho material por publicar".
Imagen de portada: Detalle de la escultura de basalto del faraón Tutmosis III ubicada en el Museo de Luxor, Egipto. (Public Domain)
Autor: Mariló T. A.
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