Los romanos parecen haber traído las chinches a Gran Bretaña
En una fascinante adición a nuestra comprensión de la antigua Gran Bretaña, un trabajo arqueológico reciente en Vindolanda, una guarnición romana clave al sur del Muro de Adriano en Northumberland, ha desenterrado evidencia que sugiere que los romanos pudieron haber introducido chinches en Gran Bretaña. Este descubrimiento, realizado por Katie Wyse Jackson, una estudiante de posgrado de 24 años de la University College Dublin, añade una nueva capa a la narrativa de la Gran Bretaña romana.
La investigación no sólo contribuye a nuestra comprensión de la vida cotidiana en la Gran Bretaña romana, sino que también muestra el potencial de la arqueoentomología como herramienta en los estudios arqueológicos. "Estas diminutas criaturas pueden ofrecer información crucial sobre las condiciones de vida de formas que no se pueden encontrar de otra manera", comenta Wyse Jackson, enfatizando la importancia de sus hallazgos.
Mens pediculis domesticis! (¡Cuidado con las chinches!)
El hallazgo de Wyse Jackson consiste en dos tórax de la chinche común, específicamente Cimex lectularius, que datan alrededor del año 100 d.C. Los romanos, a menudo famosos por sus prácticas sanitarias, podrían haber facilitado sin darse cuenta la propagación de estas plagas.
El Dr. Andrew Birley, líder del equipo arqueológico de Vindolanda, y el Dr. Stephen Davis, profesor de arqueología ambiental en la UCD, comentaron sobre la importancia de estos hallazgos. El Dr. Davis señaló que si bien los textos griegos antiguos mencionan las chinches ya en el año 400 a. C., su descubrimiento en un contexto arqueológico británico es notablemente raro. Las chinches de Vindolanda representan, por tanto, la evidencia más antigua conocida de estos insectos en Gran Bretaña, anteriores a los hallazgos de Alcester, Warwickshire.
Sitio de Vindolanda, en Northumberland. (Fideicomiso Vindolanda)
La arqueoentomología abre nuevas vías de investigación
El análisis de muestras de suelo de Vindolanda no sólo reveló la presencia de chinches sino también de una variedad de escarabajos, lo que arroja luz sobre el comercio antiguo, el almacenamiento de alimentos, las prácticas de higiene y los sistemas de eliminación de desechos. Esta evidencia subraya la relación simbiótica entre los humanos y los insectos sinantrópicos, que prosperan en entornos humanos y, por lo tanto, tienen una historia que contar.
El trabajo de Wyse Jackson, al iluminar la convivencia de los romanos con insectos como las chinches y los escarabajos, ofrece una visión más matizada de la vida en la Gran Bretaña romana. Ella destaca el aspecto humanizador de tales descubrimientos, mencionando creencias antiguas sobre las propiedades medicinales de las chinches, incluido su uso en el tratamiento de infecciones de oído según el filósofo romano Plinio.
La introducción de chinches en Gran Bretaña, probablemente a través del asentamiento romano y el movimiento de mercancías como colchones de paja, pone de relieve algunas de las consecuencias no deseadas más sutiles de la conquista romana iniciada en el año 43 d. C. A pesar de sus avances en ingeniería y saneamiento, el encuentro con las chinches en Vindolanda añade complejidad a nuestra comprensión de las antiguas prácticas de higiene y las realidades cotidianas de la vida en la Gran Bretaña romana.
Imagen superior: izquierda; Cimex lectularius, chinche. Centro; Cubiertas de alas (élitros) de Oryzaephilus surinamensis encontradas en Vindolanda. Derecha: Carcasa del ala (elytron) casi completa de Aphodius sp. Fuente: Izquierda; Daktaridudu/CC BY-SA 4.0, Centro y Derecha; Katie Wyse Jackson/Vindolanda Trust
Autor Gary Manners
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