Millones de Momias: Cómo Operaba la Industria a Gran Escala del Culto a los Animales en el Antiguo Egipto
Millones de momias de animales han sido descubiertas en los oscuros túneles de grabados muros bajo el emplazamiento de la pirámide egipcia más antigua conocida, en las Catacumbas de Anubis, al norte de Saqqara. Las impresionantes pilas de restos animales conservados hablan de la gigantesca industria que operaba para mantener una constante fuente de tributos a los dioses.
Las catacumbas se cartografiaron inicialmente en 1897 por parte del ingeniero, arqueólogo y director de antigüedades francés en Egipto durante el siglo XIX, Jacques de Morgan. En el año 2009 dio inicio un proyecto “dirigido por el Dr. Paul Nicholson de la Escuela de Historia, Arqueología y Religión de la Universidad de Cardiff en asociación con la Egypt Exploration Society (Sociedad para la Exploración de Egipto) [ha realizado] un nuevo plano del monumento a gran escala y estos trabajos han demostrado hasta ahora que el plano original presentaba importantes inexactitudes,” informa un comunicado de prensa de la Universidad de Cardiff.
Jacques Jean Marie de Morgan, arqueólogo, ingeniero, geólogo y director de antigüedades en Egipto. (1892) Public Domain
Las Catacumbas de los Perros se localizan en la cara oriental de la meseta de Saqqara y al norte de la Pirámide Escalonada. Las más antiguas referencias a las catacumbas proceden del mapa de Morgan. Aunque que las localizaciones ya habían sido documentadas hace más de cien años, se desconoce quién descubrió los canales subterráneos o cuándo, ni por qué el arqueólogo francés creyó que las catacumbas databan del Imperio Nuevo. A pesar de que el lugar era bien conocido por los Egiptólogos, se había prestado poca atención a los descubrimientos y no se llevaron a cabo estudios detallados, hasta hace poco.
Detalle del mapa de Jacques de Morgan “Carte de la Nécropole Memphite” que muestra las dos Catacumbas de los Perros, “Tombe des chiens”, A y B (en el centro a la izquierda). El mapa las data en el Imperio Nuevo (1550 a. C. – 1069 a. C.).
Para sorpresa de los investigadores, algunos de los túneles mostraban evidencias de haber contenido en alguna ocasión altas pilas de cadáveres amontonados, pero que en un punto relativamente reciente de la historia habían sido inexplicablemente vaciados. Las investigaciones realizadas por geólogos e ingenieros de minas revelaron que esos túneles vacíos eran los que contenían la roca de mejor calidad. La conclusión a la que llegaron fue que el mineral valioso fue identificado por los mineros del pasado, así que se retiraron por completo los cuerpos para ser utilizados como recursos (fabricación de papel o fertilizantes), y los túneles se explotaron más adelante para la extracción de piedra. Las cámaras y pasadizos estructuralmente débiles o peligrosos para los operarios permanecieron selladas con sus momias intactas.
De este modo, las catacumbas sirvieron a tres propósitos. Inicialmente se excavaron para la extracción de piedra, a continuación se llenaron de ofrendas a los dioses y finalmente se explotaron de nuevo como fuente tanto de piedra como de fertilizante. El empleo de fertilizantes a base de momias finalmente cesó, y se cree que fue debido a la disponibilidad cada vez más alta de fertilizantes químicos y guano.
Gato momificado (Wikimedia Commons)
Derrumbamientos, daños por terremotos, túneles poco seguros y bancos de arena provocaron que algunos de los túneles y cámaras quedaran fuera del alcance de los investigadores.
En el año 2011, la conservadora del Smithsonian Melinda Zeder habló a la BBC de la extraordinariamente amplia industria de ofrendas animales diciendo: “Los antiguos Egipcios no estaban obsesionados con la muerte – estaban obsesionados con la vida. Y todas las preparaciones que llevaban a cabo para la momificación buscaban realmente la vida después de la muerte y una forma de perpetuarse para siempre.”
“Los sacerdotes sacrificaban el animal por ti, lo momificaban y a continuación lo colocaban en una catacumba en tu nombre. Así que esta era la manera de obtener prestigio a los ojos del dios que fuera”, observó.
Se cree que los peregrinos que deseaban dejar momias como ofrenda o exvoto podían acercarse a los sacerdotes de los templos. Según explica el estudio:
Es completamente posible que los peregrinos que visitaban el Templo de Anubis vieran los perros adultos sanos que se guardaban allí y asumieran que un pago realizado por el enterramiento de uno de los “representantes del dios” (uno de los perros) asegurase el enterramiento de uno de estos animales en su debida forma, más que los fondos utilizados para pagar el enterramiento de uno de los representantes recién nacidos (cachorros), comprado en alguna granja de las proximidades, y que esto fuese considerado totalmente aceptable, independientemente de su edad, ya que el objeto de este acto era garantizar un enterramiento adecuado para el representante del dios. La vida del animal podía haber sido extremadamente corta, pero su travesía al otro mundo iba a ser gloriosa, y viviría para siempre; los cultos animales no pueden ser interpretados desde el prisma de las sensibilidades del siglo XXI.
Antiguo bajorrelieve egipcio que representa a un perro. (Wikimedia Commons)
Los investigadores calculan que el número total de momias en las Catacumbas de los Perros puede haber alcanzado aproximadamente 7.723.000, siendo el pequeño tamaño de los recién nacidos el que justificaría una cifra de cuerpos tan increíblemente alta.
- Versión Moderna de la Antigua Práctica Egipcia de la Momificación ya Disponible (en inglés)
- Antiguo Cementerio de Animales Descubierto en un Puerto del Mar Rojo (en inglés)
- Veneración y Culto de los Felinos en el Antiguo Egipto
Diversas momias animales de otras antiguas catacumbas han sido examinadas a lo largo de otro estudio a cargo de la Universidad de Manchester. Entre los animales objeto del estudio se encontraban aves zancudas, gatos, halcones y musarañas, y hasta un cocodrilo de metro y medio de largo. Los exámenes realizados revelan que el cocodrilo momificado contenía ocho bebés de cocodrilo en su interior que habían sido cuidadosamente preparados y atados juntos, y envueltos junto con su madre en una sola momia de gran tamaño con forma de cocodrilo.
En suma, las Catacumbas de los Perros de Saqqara proporcionan a los investigadores un mejor conocimiento de cómo debía de ser aquella sociedad, capaz de poner en funcionamiento un sistema de este tipo. El culto a Anubis requería una infraestructura extensa e intercomunicada para operar, que incluía a criadores de animales, sacerdotes, embalsamadores, artesanos y peregrinos, dando lugar a una “fuerza económica muy significativa en el Período Tardío de Egipto.”
Es digno de señalar que las catacumbas cumplieron diferentes funciones a lo largo del tiempo, así como que arrojan luz sobre las cambiantes prioridades de la cultura, religión y sociedad egipcias desde la antigüedad hasta el presente.
Imagen de portada: Cabeza de un gato momificado (Wikimedia Commons)
Revista citada: Paul T. Nicholson, Salima Ikram y Steve Mills (2015). The Catacombs of Anubis at North Saqqara. Antiquity, 89, pp 645-661. doi:10.15184/aqy.2014.53.
Autor: Liz Leafloor
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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