El Salvaje Oeste Americano Lleva Miles de Años Siendo Salvaje
El Salvaje Oeste Americano puede haber sido exactamente igual de salvaje antes de la llegada del hombre blanco con sus caballos, pistolas y licores. El análisis de más de 16.000 esqueletos de Nativos Americanos enterrados a lo largo de un período de 2.500 años demuestra que aproximadamente el 11% de los individuos del centro de California sufrió algún tipo de herida en la época anterior a la llegada de los europeos.
Un buen ejemplo de ello es el estudio llevado a cabo por el profesor de arqueología Jelmer W. Eerkens, de la Universidad de California en Davis, sobre lo que parece ser un homicidio en masa acaecido en torno al año 850. El profesor Erkens analizó los restos de siete hombres a los que mataron y arrojaron a una fosa común y llegó a la conclusión de que formaban parte de un grupo de guerreros hostiles cuya misión era atacar a una comunidad vecina.
El profesor Eerkens y otros investigadores afirman que la violencia interpersonal y la guerra por el territorio fueron algo común en California durante un largo período de tiempo.
“Sugerimos que alguna guerra entre tribus o ataques dirigidos de un poblado a otro fueron los responsables de sus tempranas muertes,” escribió el profesor Eerkens en un artículo del año 2015 publicado en The American Journal of Physical Anthropology. (Revista Americana de Antropología Física)
Eerkens añadió que los investigadores acostumbran a adoptar una visión romántica de los cazadores-recolectores como pacíficos, pero “recientes investigaciones antropológicas y arqueológicas han puesto en tela de juicio esta idea. Los antiguos cazadores-recolectores de California han tenido parte importante de responsabilidad a la hora de inducirnos a cambiar nuestra forma de pensar respecto a este tema. Los estudios osteológicos (de los huesos) demuestran que la violencia era una causa frecuente de mortalidad en aquella época.”
Los siete hombres cuyos huesos han sido analizados, probablemente procedentes del valle de San Joaquín, fueron enterrados a varios días de camino, en el valle Amador, cerca de San Francisco. Murieron a causa de traumatismos contundentes en la cabeza y heridas por puntas afiladas. Las gentes del lugar, que vivían en un pequeño poblado, mataron a estos hombres y arrojaron sus cuerpos a una fosa común sin ajuar funerario, enterrándolos de manera diferente también en otros aspectos a la de otros 200 enterramientos presentes en este lugar. Unos obreros descubrieron los cuerpos en el año 2012 mientras construían un centro comercial.
Las edades de los siete hombres estaban comprendidas entre los 18 y los 40 años. El análisis isotópico de sus dientes y huesos demuestra que no eran naturales de esta zona en la que fueron enterrados. A estos hombres se les infligieron graves heridas y murieron, pero Eerkens apunta oportunamente que la evidencia de una herida en un esqueleto no significa necesariamente que el individuo muriese a causa de esa herida.
El profesor Eerkens, en una entrevista por e-mail con Ancient Origins, explica que la violencia era aún más común en el centro de California que en la Europa medieval. Escribe el profesor:
“No es mi intención dar a entender que los nativos californianos fueran ultraviolentos. Pero tampoco se da el caso de que fueran pacíficos cazadores-recolectores, ‘en armonía con la naturaleza’ como se dice habitualmente. Hay un estereotipo frecuente en el que mucha gente insiste por razones políticas. Ninguno de los dos extremos se ajusta a la realidad (no eran ultraviolentos ni ultrapacíficos). Los Nativos Californianos, como todos los humanos y todas las sociedades, eran violentos y en ocasiones se mataban unos a otros. Es algo universal en el ser humano. Expresaban esa violencia de una manera diferente a como lo hacemos nosotros (y lo cierto es que tenemos tasas de homicidios bastante bajas a día de hoy, yo diría que gracias a las leyes y a la policía).”
El profesor Eerkens llevó a cabo un nuevo análisis isotópico de los restos de los tres nativos hallados en 1964 en una fosa con cuatro cuerpos. Los huesos de uno de ellos habían sido manipulados, así que estudió solo los de los otros tres. Todos murieron violentamente durante un ataque, tal y como escribió el profesor en el año 2014 en la Revista de Ciencia Arqueológica.
Los investigadores reconstruyeron la posición de los tres hombres descubiertos en 1964 en una tumba Nativo Americana de California. (Imagen: Jelmer W. Eerkens)
A estos hombres se les dio muerte en torno al año 1450 de nuestra era. Eerkens especula con la posibilidad de que tanto ellos como su tribu se vieran obligados a emigrar a causa de las nuevas condiciones climáticas provocadas por la Pequeña Edad del Hielo, o fueran expulsados por otra tribu. Puede que estuvieran cazando furtivamente en sus antiguos territorios, o, según especulan Eerkens y los co-autores del artículo, podrían haber vuelto con la intención de vengarse de la violencia cometida previamente contra algún miembro de su propia tribu.
El profesor Eerkens cita también un estudio obra del arqueólogo A. W. Schwitalla, en el que se examinaron las lesiones y heridas de más de 16.820 individuos nativos enterrados en el centro de California. El Dr. Schwitalla escribió en el año 2014 en la Revista de Arqueología Antropológica: “Pasada por alto y escasamente reseñada durante la segunda mitad del siglo XX, la violencia entre las diferentes tribus en pugna por la caza y el alimento ha sido objeto de creciente investigación arqueológica en California y fuera de ella durante las últimas dos décadas. Expresado de la forma más acertada posible por Keeley en 1996, un cierto olvido de los conflictos y las guerras entre los diferentes grupos humanos de nativos americanos fue habitual en muchos estudios antropológicos realizados desde los años 60 hasta los 80, ya que los investigadores buscaban consciente o inconscientemente minimizar la incidencia de los problemas ecológicos y/o sociales en las sociedades preindustriales.”
El Dr. Schwitalla afirma que la forma más común de violencia en el centro de California antes de la llegada de los europeos, tal y como demuestran los 16.820 esqueletos estudiados, estaba provocada por la utilización de proyectiles en el 7,4% de los cuerpos estudiados, seguida por las fuertes contusiones en la cara y la cabeza en el 4,3% y a continuación la mutilación ritual y el desmembramiento en el 0,7% de los casos. Dos períodos mostraban una mayor actividad violenta: principios del período Medio, del 500 a. C. al 420 d. C., y el período histórico/protohistórico, del 1720 al 1899 de nuestra era. La violencia era más común entre los varones, aunque las pruebas muestran marcas de heridas también en gran cantidad de mujeres, lo que el Dr. Schwitalla y sus co-autores especulan que pudo haber tenido su origen en parte en episodios de violencia doméstica. Ancient Origins ha pedido al profesor Eerkens que compare las tasas de violencia en el Nuevo Mundo con las de Europa en la época medieval. Esta ha sido su respuesta enviada por correo electrónico:
Creo que la naturaleza de la guerra y los homicidios era diferente en Europa que en la California anterior a la llegada de los europeos, pero probablemente tan común o incluso más en California, basándonos en su incidencia per-cápita. […] Un reciente estudio de los traumatismos presentes en un esqueleto de California sugiere que aproximadamente una de cada quince personas sufría lesiones cuya causa era la violencia interpersonal (como por ejemplo flechas incrustadas en los huesos o cortes provocados por flechas o cuchillos.) No podemos estar siempre seguros de si morían a causa de estas heridas, pero es un número muy alto. Las estimaciones de las tasas de homicidio en la Europa Medieval, por ejemplo, son habitualmente de 1 por cada 5.000 a 10.000 personas (aunque este cálculo está basado en registros históricos, no arqueológicos, así que quizás estemos comparando peras con manzanas.)
Imagen de portada: Punta de obsidiana incrustada en restos prehistóricos humanos procedentes de un enterramiento del centro de California. (Foto: Randy Wiberg)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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