Conociendo el interior de la tumba que alberga la capilla de Osiris
El estudio de las inscripciones y arquitectura de una tumba en la Necrópolis de Tebas, situada en la orilla occidental del río Nilo, ha producido extraordinarios frutos al descubrirse una capilla con la estatua de Osiris.
La egiptóloga española Milagros Álvarez Sosa describe a La Gran Época cómo es el interior de este yacimiento arqueológico. Además detalla los diseños de las diferentes cámaras, que transportan al lector hasta un fragmento del Libro de Los Muertos. El lugar es anexo a otra tumba mayor (Tumba de Min), estudiada por el equipo ítalo-español del Proyecto Min, del que Milagros Álvarez es actual directora. Min fue el supervisor de los profetas de los dioses Osiris y Onuris y tutor del futuro rey Amenhotep II durante el reinado de Tutmosis III.
“Una especie de portal que se abre en la sala transversal de esta tumba [la 327] nos introduce a la tumba “osiríaca”. Se accede a la capilla principal a través de unas escaleras que, en parte, están cubiertas de escombros y que nos llevan a descender varios metros bajo tierra, como si la intención fuera la introducción del difunto en el inframundo. Estas escaleras nos llevan hasta otro portal y, tras pasarlo, nos encontramos con una capilla de considerable altura, con forma de bóveda, decorada con un altar esculpido en la pared, que alberga un dios Osiris”, explica Milagros Álvarez.
Estatuilla de Osiris. Museo Egipcio de El Cairo, Egipto. (Hajor/GNU FREE)
Osiris fue identificado por su emblemática corona Atef, relacionada con el renacer de los difuntos. Además, sostiene en sus manos un cetro y un cayado, lo que fue muy importante para identificar a la divinidad en cuestión, ya que otras partes de la estatua habían desaparecido.
La capilla está rodeada por un túnel y dos pozos que llevan a varias cámaras funerarias situadas a diferentes profundidades. Su característica principal es que cuenta con los elementos conocidos del Osireion de Abydos, “ciudad donde se cree reposa el cuerpo del dios”, señaló la arqueóloga, quien añadió lo siguiente:
El hecho de que un corredor rodee al núcleo principal con la estatua en lo alto de la capilla, a la que se llega a través de una escalera, no es casual. Son elementos que nos permiten relacionar el área de Osiris con una isla, y el corredor con un canal de agua. Elementos de esta clase de complejo funerario se encuentran de forma dispersa en las más grandes tumbas de Assasif, de la necrópolis Tebana, sin embargo es en esta estatua escondida en la tumba donde aparecen todos integrados de forma más evidente. Parece ‘llenar el vacío’ de inscripciones e imágenes.
La capilla de Osiris. (Fotografía: La Gran Época/Paolo Bondielli/Proyecto Min)
Una posibilidad que plantea el equipo de expertos es que se trate de una tumba-cementerio en la que un número significativo de egipcios se hubiera hecho enterrar bajo la protección de esta divinidad, una de las más populares en la religión del antiguo Egipto. Otra alternativa es que la tumba fuera construida para una sola familia pero que, a lo largo de los siglos, como sucedió con otras, fuese reutilizada. De hecho, a través del corredor que rodea la Capilla de Osiris se accede a una cámara funeraria con decoraciones. En ella existe a su vez un pozo que conduce hasta otras cuatro cámaras funerarias.
Los demonios y el Libro de los Muertos
La mayor de las cámaras funerarias del complejo presenta una decoración a base de demonios, con algunos sentados y otros de pie, dentro de una capilla. La experta arqueóloga relaciona este tipo de decoración con las representaciones del famoso Libro de los Muertos:
En una de las paredes sostienen cuchillos y en la pared contraria sujetan en ambas manos lagartijas. En el Libro de los Muertos el difunto debe saber el nombre y los títulos de estos demonios, para poder pasar por los caminos del Más Allá sin ser agredido. El Libro de los Muertos no solo protegía el cuerpo del muerto, sino que también lo introducía en el inframundo.
El Juicio de Osiris, representado en el Papiro de Hunefer (ca. 1275 a. C.). Museo Británico de Londres, Inglaterra. Viñetas como ésta eran muy comunes en el Libro de los Muertos egipcio. (Public Domain)
Una historia de 2500 años
El equipo de arqueólogos descubrió la capilla con el dios Osiris mientras estudiaba, copiaba y documentaba en detalle todas las inscripciones y escenas descubiertas en el lugar. Respecto a su datación, Milagros Álvarez cree que probablemente corresponda a la Dinastía XXV (747-664 a. C.) o a la XXVI (664-525 a. C.), última dinastía antes de la conquista persa. Por su parte, la Tumba de Min data de la dinastía XVIII.
Cabe recordar que la ciudad faraónica de Tebas, llamada Uaset por los locales, prosperó hace tres mil años como capital de Egipto durante cerca de un milenio, tras la unificación llevada a cabo por el faraón Mentuhotep II. Registros históricos señalan que Tebas fue saqueada, primero por Asarhaddón de Asiria, en el año 661 a.C., y posteriormente por Asurbanipal, lo que originó su declive antes de la llegada de Alejandro Magno en el año 332 a. C.
Imagen de portada: Interior de uno de los pozos de la tumba de la capilla de Osiris (Fotografía: ©Min Project /Mostafa AlSaghir)
Autor: Anastasia Gubin – La Gran Época
Este artículo fue publicado originalmente en La Gran Época y ha sido publicado de nuevo en www.ancient-origins.es con permiso.
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