Tradiciones y orígenes antiguos de año nuevo
El 1 de enero, el día de Año Nuevo, a menudo se inicia con fuegos artificiales y festividades que comienzan el 31 de diciembre. Aunque esta práctica es la norma en muchos lugares del mundo, no todas las culturas han celebrado el inicio de un nuevo año de esta manera, o necesariamente el 1 de enero. Hay muchas formas de honrar el año nuevo y varias de ellas se basan en tradiciones antiguas.
El Año Nuevo chino y la bestia sanguinaria
Una de las más antigua tradiciones que se celebra en el mundo es, precisamente, el Año Nuevo chino, cuyos orígenes se cree que se remontan a hace unos tres mil años, la época de la dinastía Shang. Esta fiesta empezó como una manera de celebrar el comienzo del tiempo primaveral de la siembra, pero con el paso del tiempo se asoció con diversos mitos y leyendas. De acuerdo con una de estas historias, existía una criatura sanguinaria llamada Nian – en la actualidad Nian es la palabra china correspondiente a “año” - que devoraba a los habitantes de las villas todos los días de Año Nuevo. Para aterrorizar a tan hambrienta bestia, los lugareños empezaron a decorar sus casas con adornos rojos, a quemar bambú y a hacer mucho ruido. La artimaña funcionó, y los colores brillantes y las luces siguieron considerándose armas para luchar contra Nian, hasta acabar formando parte de las costumbres que aún hoy permanecen vigentes. En la actualidad dichas festividades se celebran con comida, reuniones familiares, dinero de la suerte (normalmente introducido en un sobre rojo) y muchos más ritos y amuletos portadores de buena suerte. Las danzas del león y del dragón, los tambores, los fuegos artificiales, los petardos y otras muchas formas de entrenamiento toman las calles en este día. Como el Año Nuevo chino está basado en el calendario lunar, que se remonta al segundo milenio a. C., la fecha de esta celebración generalmente cae a finales de enero o a principios de febrero, en la segunda luna nueva tras el solsticio de invierno. Además, cada año se asocia con uno de los doce animales del zodíaco chino: la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro o el cerdo.
Danza del Dragón en las celebraciones del Año Nuevo chino. Fuente: BigStockPhoto
Nowruz y el Año Nuevo persa
El antiguo Año Nuevo persa recibía el nombre de Nowruz (Norus) y consistía en un festival primaveral de trece días cuyo origen se remontaba hasta la Antigüedad, aunque muchas de sus tradiciones se celebran aún hoy en Irán y otros países de Asia. El festival se celebra en torno al equinoccio de primavera -en marzo- y se cree que procede de la religión Zoroástrica. En los registros oficiales no aparece referencia alguna a esta festividad hasta el siglo II, pero los historiadores creen que su celebración se remonta por los menos al siglo VI a. C. A diferencia de otros festivales persas, Nowruz no pierde importancia tras la conquista de Irán por parte de Alejando Magno en el año 333 a. C., ni tampoco a partir de la etapa de dominio islámico que se inicia en el siglo VII d. C.
El antiguo Nowruz giraba en torno al renacimiento que acompañaba al regreso de la primavera. Sus tradiciones incluían fiestas, intercambios de regalos con miembros de la familia y vecinos, encender hogueras, pintar huevos y rociar agua como símbolo de la creación. Nowruz ha evolucionado considerablemente con el paso del tiempo, pero la mayoría de sus tradiciones ancestrales -en particular las hogueras y los huevos pintados- han pasado a formar parte de un festival moderno al que se adhieren alrededor de 300 millones de personas cada año.
Bajorrelieve de Persépolis, símbolo del Nowruz zoroástrico: en el día del equinoccio de primavera el poder del toro (que simboliza la tierra) y el del león (el Sol) son iguales. (Wikimedia Commons)
El Año Nuevo en Sri Lanka
En Sri Lanka tienen lugar dos años nuevos diferentes: el cingalés y el tamil. El año nuevo cingalés (aluth avurudda), celebra el final del tiempo de la cosecha, y se festeja entre el 13 y el 14 de abril. Existe un intervalo de tiempo generado astrológicamente entre el año que acaba y el Año Nuevo y que se basa en el paso del sol del Meena Rashiya (casa de Piscis) al Mesha Rashiya (casa de Aries) en la esfera celeste. La diferencia del tiempo astrológico entre el Año Nuevo y el viejo se celebra con diversos rituales y tradiciones budistas, además de con reuniones sociales y alegres fiestas. Intercambiar regalos, encender lámparas de aceite y preparar leche de arroz son algunas de las importantes tradiciones propias del Año Nuevo cingalés. En Assam, Bengala, Kerala, Nepal, Orissa, Punjab y Tamil Nadu, los hogares hindúes celebran también el año nuevo en el 14 y el 15 de abril.
El Wepet Renpet del Antiguo Egipto
La cultura del Antiguo Egipto estaba estrechamente ligada al río Nilo y, de hecho, su Año Nuevo se celebraba cuando tenía lugar la inundación anual. El Año Nuevo egipcio se predecía cuando Sirio -la estrella más brillante del cielo nocturno- se volvía a hacer visible después de 70 días de ausencia. Algo que ocurría a mediados del mes de julio, poco antes de la inundación del río Nilo, que aseguraba la fertilidad de los terrenos agrícolas durante otro año. Los egipcios celebraban este nuevo comienzo con el festival conocido como Wepet Renpet, que quiere decir “la inauguración del año.” El nuevo año se veía como un tiempo de renacimiento y rejuvenecimiento y se honraba con fiestas y ritos religiosos especiales. Los recientes descubrimientos que vieron la luz en el templo de Mut demostraron que, durante el reinado de Hatshepsut, el primer mes del año se celebraba “la fiesta de la embriaguez.” Esta fiesta masiva estaba vinculada con el mito de Sekhmet: diosa de guerra que había planeado matar a toda la humanidad hasta que Ra, el dios Sol, la engañó para que bebiera hasta caer inconsciente. Los antiguos egipcios celebraban dicha salvación de la humanidad con fiestas a base de música, sexo, bailes y mucha cerveza.
El Enqutatash de Etiopia
El Año Nuevo de Etiopía se llama Enqutatash, y se celebra entre los días 11 y 12 de septiembre, dependiendo de si el año en curso es bisiesto o no. Etiopía dispone de su propio y antiguo calendario llamado Ge’ez. La cita del Enqutatash anuncia el final de tres meses de fuertes lluvias, cuando las margaritas florecen en las montañas y los campos se tornan de color amarillo brillante. Es el tiempo en el que los viejos bendicen a los jóvenes y estos esperan buenos augurios para el futuro. También se asocia tradicionalmente con el regreso de la reina de Saba a Etiopía, tras su visita al Rey Salomón en Jerusalén en torno al año 980 a. C. Enqutatash es una fiesta compartida entre personas de todas las religiones y casi todas las culturas del país. En ella tienen lugar grandes celebraciones que empiezan la víspera quemando un árbol navideño confeccionado a base de ramitas y colocado delante de sus casas. Sin embargo, el verdadero Año Nuevo comienza con la matanza de los animales y las bendiciones del pan y el Tella (una cerveza tradicional).
El Hogmanay de Escocia
Los residentes en Escocia celebran la llegada del Año Nuevo con una fiesta llamada Hogmanay, que proviene de las invasiones vikingas, la superstición y de antiguos rituales paganos. El origen del Hogmanay se remonta hasta los rituales paganos que marcaban el tiempo del solsticio de invierno: la celebración romana del hedonista festival invernal de las Saturnalia y las celebraciones vikingas de “Yule” (origen de los doce días de Navidad). Estas celebraciones y otras ceremonias evolucionaron durante siglos hasta transformarse en la fiesta de Hogmanay, que aún se celebra en Escocia en la actualidad. Durante la Edad Media, las paganas fiestas de invierno fueron eclipsadas por las fiestas de Navidad, y el Año Nuevo se trasladó para hacerlo coincidir con las festividades cristianas. Tras la implantación de la Reforma Protestante en Escocia, la celebración de la Navidad y el intercambio de regalos pasaron a realizarse el día de Año Nuevo, dando lugar así a la excepcional fiesta escocesa de Hogmanay.
Quema de un barco vikingo en la celebración del Hogmanay, Edimburgo (Wangi - CC BY 2.5)
Por otra parte, determinadas tradiciones locales escocesas relacionadas con el fuego también se remontan hasta el pasado más ancestral. En la celebración invernal pagana, el fuego simbolizaba el renacimiento del nuevo sol regresando a la tierra y venciendo a los espíritus malvados que habitan en la oscuridad. El fuego todavía representa hoy una parte importante de las celebraciones de Hogmanay con las procesiones de las antorchas, las hogueras y los fuegos artificiales que se han popularizado en toda Escocia. Otra costumbre conocida como ¨first footing” (primer pie), dicta que la primera persona que cruce el umbral de un hogar después de las doce de la noche de Año Nuevo determinará la suerte del dueño de la casa durante el nuevo año. En estos festejos se considera el visitante ideal a aquél que lleva regalos –preferiblemente whisky, carbón para el fuego, pasteles o una moneda- y, además, es de tez oscura. ¿Por qué? La repuesta se remonta hasta el siglo VIII, la época en la que los presumiblemente rubios vikingos invadieron Escocia: esta es la razón por la que un visitante rubio no se considera un buen presagio.
Otras costumbres y tradiciones
Las costumbres y tradiciones mencionadas hasta ahora constituyen tan sólo una pequeña selección de entre las miles de celebraciones culturales que tienen y han tenido lugar en todo el mundo con ocasión del Año Nuevo.
En España, por ejemplo, es habitual tener doce uvas en las manos cuando el reloj señala la medianoche. A continuación se come una uva por cada campanada del reloj. Si se logran comer todas en esos primeros doce segundos del Año Nuevo, se cree que se tendrá mucha suerte en el nuevo año.
En Japón, las fiestas de “olvide-el-año” se celebran para despedirse de los problemas y las preocupaciones del año pasado y como preparación ante un nuevo comienzo.
En los Países Bajos, los holandeses encienden hogueras en las calles quemando los árboles de Navidad al tiempo que lanzan fuegos artificiales.
En Grecia, se sirve Vassilopitta, un postre tradicional consistente en un bizcocho en el que se esconde una moneda: quien encuentre dicha moneda en su trozo de bizcocho tendrá buena suerte durante todo el nuevo año.
En Suecia y Noruega, la portadora de la buena fortuna es una almendra que se esconde en el pudín de arroz.
Finalmente, en los templos budistas de todo el mundo, se hacen sonar los gongs 108 veces para ahuyentar a las 108 debilidades humanas.
Imagen de portada: Fuegos artificiales de Año Nuevo sobre un templo dorado. Fuente: CC0
Autor: Joanna Gillan
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