Viejas fotos y alta tecnología revelan el acuoso pasado de una antigua ciudad perdida en Jordania
Comparando fotografías de alta definición y toma de imágenes mediante escáner láser aerotransportado de última generación con las pistas aportadas por antiguos objetos, un equipo de arqueólogos que se encuentra trabajando en Jordania ha logrado reconstruir los antiguos canales de un paisaje urbano oculto, cubierto tras miles de años de construcciones realizadas por el ser humano.
Obteniendo agua de ríos y arroyos de agua dulce abundantes en peces, el ser humano moderno (Homo sapiens) lleva cazando y recolectando en este planeta más de 200.000 años. Hace aproximadamente 10.000 años, la gente adoptó una forma de vida basada en la agricultura, y el éxito de los nuevos pueblos y ciudades dependía en gran medida del abastecimiento de agua fresca y dulce, ya que los agentes patógenos transmitidos por el agua contaminada constituían un grave riesgo para la salud de estos antiguos agricultores sedentarios.
Una investigación multidisciplinar: viejas fotografías y alta tecnología
Fue con el objetivo de trazar un mapa de fuentes de agua dulce junto con sus canales que los arqueólogos jordanos se asociaron con Søren Munch Kristiansen, del Centro para la Evolución del Entramado Urbano y la Geociencia de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, así como con David Stott, del Archaeological IT y el Museo Moesgaard de Aarhus. Estos científicos publicaron recientemente un artículo en la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América (PNAS por sus siglas en inglés) detallando cómo por primera vez los arqueólogos habían logrado mapear con éxito la antigua ciudad de Gerasa (la Jerash de nuestros días, situada en el norte de Jordania) “con gran exactitud y precisión.”
Hablando de su metodología, el geocientífico David Stott, de la Universidad de Aarhus, comentaba para la prensa: “La novedad de nuestro enfoque es que integra fotos de la Primera Guerra Mundial, escaneo láser tridimensional contemporáneo con precisión de milímetros y décadas de datos de excavaciones arqueológicas dispersas para producir un mapa detallado de cómo toda una antigua ciudad del Próximo Oriente apareció antes de que se iniciaran la moderna destrucción y la invasión urbanizadora.”
Vistas de la Plaza Oval de Jerash en 1898 (imagen cortesía de la Biblioteca del Congreso, Departamento de Impresiones y Fotografías, LC-DIG-matpc-04523) (a) y en el 2015 (Proyecto de Excavaciones Germano-Danés del Sector Noroeste de Jerash) (b). Obsérvense la exhaustiva retirada de escombros, la construcción de pistas y la reconstrucción de ruinas en primer plano junto con la urbanización expansiva al fondo en (b). (Imagen: David Stott et al. / PNAS)
Combinando los datos del LiDAR (escáner láser aerotransportado) obtenidos por el Departamento de Antigüedades de Jordania, fotografías históricas de hace más de un siglo e imágenes de satélite para documentar el urbanismo actual de Jerash, se descubrieron estructuras hasta entonces desconocidas, como “posibles acueductos, canales de agua, manantiales y cisternas.” Este hecho le reveló a David Stott que la gestión del agua en la antigua Gerasa “cambió profundamente con el tiempo, debido a los cambios en los patrones de asentamiento y gestión del territorio."
La expansión urbana en el interior y los alrededores de Jerash ha sido espectacular. Desde 1953 se ha urbanizado gran parte del área en torno a la ciudad. Dentro de las murallas, la mitad oriental de la ciudad está afectada casi en su totalidad por una construcción excesiva. (Imagen: David Stott et al. / PNAS)
Desvelando los secretos de Gerasa
En agosto del 2015, un equipo de excavación arqueológica de la Universidad de Jordania descubrió dos cráneos humanos que databan del período Neolítico (7500 a. C. – 5500 a. C.) en un yacimiento de Jerash. Muchos exploradores europeos visitaron la ciudad perdida de Gerasa en los siglos XIX y XX. La primera excavación arqueológica oficial, sin embargo, se llevó a cabo en 1907, cuando se descubrió “un espléndido mosaico, que hoy se encuentra disperso por todo el mundo en diversas colecciones, entre ellas la del Museo de Pérgamo en Berlín,” según un artículo publicado en Science Nordic. Gerasa fue excavada formalmente por primera vez en las décadas de 1920 y 1930 por el investigador de Yale C. H. Kraeling, quien dirigió una misión arqueológica estadounidense-británica que estableció que Gerasa fue una “importante ciudad del Imperio romano de Oriente, con una superficie de aproximadamente 90 hectáreas, rodeada por más de 4 kilómetros de murallas.”
- Descubierta en Petra una gigantesca plataforma ceremonial de hace más de 2.000 años
- Los geoglifos gigantes de Jordania: más antiguos que las famosas Líneas de Nazca peruanas
- La colosal Mano de Hércules: antiguo vestigio de un misterioso templo romano
Esta columnata lleva a la parte moderna de la ciudad de Jerash. (CC BY-SA 3.0)
Destruida por un devastador terremoto en el año 749, la población disminuyó, y no fue hasta el período Islámico Medio (a partir del siglo XII) cuando comenzó a ser colonizada de nuevo. Aunque a lo largo del último siglo muchos equipos de arqueólogos trabajaron en Gerasa, grandes sectores de la ciudad continuaron inexplorados, y también amenazados por los saqueos y las construcciones modernas.
Una historia humana y del entorno revelada
Estos nuevos hallazgos arqueológicos indican que se produjeron cambios medioambientales en torno a la antigua Gerasa entre los siglos V y VIII, y que “se encontraron monumentales cisternas de agua cerradas y cayendo en desuso, lo que indica una decadencia urbana, o al menos cambios significativos en la gestión de obras públicas, mientras que al mismo tiempo florecía la construcción de viviendas en la antigüedad tardía y a principios del período islámico,” según podemos leer en el artículo de la revista PNAS.
David Stott señalaba que los nuevos resultados revelan las formas diversas en las que se gestionaba un recurso como el agua en la periferia de Gerasa, y aunque estos cambios han sido tradicionalmente atribuidos al devastador terremoto del siglo VIII, los nuevos datos sugieren que los cambios comenzaron “siglos antes de lo que se pensaba hasta ahora,” y fueron provocados por un cambio climático.
Fuentes de agua e infraestructuras de Jerash con imágenes de canales de abastecimiento, mapeadas mediante el registro de datos por teledetección100-y. Las probables áreas de suministro se han calculado a partir del DTM de 1953. (Imagen: David Stott et al. / PNAS)
Los arqueólogos están en plena carrera contra el tiempo y el entorno para registrar e interpretar las sociedades del pasado antes de que los restos históricos sean destruidos. La arqueología de mapeado no invasivo es “una parte fundamental de este esfuerzo, lo que nos permite hacer retroceder el tiempo y documentar monumentos perdidos y destruidos que nos conectan con el pasado,” según apunta David Stott.
Imagen de portada: La antigua ciudad de Gerasa, con la moderna ciudad al fondo. (Dominio público)
Autor: Ashley Cowie
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
- Inicie sesión o regístrese para comentar