Tumbas de perros en la Siberia prehistórica: leales compañeros enterrados con todos los honores
Según el investigador Robert Losey, a los perros se les han dispensado las formas más honorables de ritos funerarios en sus enterramientos desde que el ser humano convive con estos leales compañeros, aún más que a otros animales domesticados como gatos o caballos.
La revista Archaeology informa de que Robert Losey, antropólogo de la Universidad de Alberta, lleva tiempo estudiando enterramientos de perros de hace entre 5.000 y 8.000 años, y se encuentra en la actualidad excavando y analizando restos de enterramientos prehistóricos de perros del Ártico siberiano.
El Dr. Losey explica acerca de su investigación:
Se trataba a los perros exactamente igual que a las personas cuando morían. Eran cuidadosamente depositados en sus tumbas. Algunos de ellos llevaban puestos collares al ser enterrados, y se han encontrado cucharas y otras ofrendas en las tumbas junto a los restos del animal. La idea, creo yo, era que tenían alma y una vida ultraterrena. Las gentes de la época amaban a sus perros, y por esta razón les trataban igual que a los seres humanos cuando fallecían. Parece que los perros ocupaban un lugar muy especial en las comunidades humanas de la prehistoria. Hasta donde podemos observar en el registro arqueológico, hay restos óseos que se asemejan a los de un perro moderno, y por tanto enterramientos de perros en tumbas, desde hace 14.000 años.
Enterramiento prehistórico de un perro. (Robert Losey)
El Dr. Losey inició su andadura en la arqueología canina en Siberia, cerca del lago Baikal, el más profundo del mundo, hace aproximadamente 12 años. Según afirma, gran parte de la investigación realizada por otros especialistas se había centrado hasta entonces en el estudio de cuándo surgió el perro doméstico y su relación con el lobo, su ancestro salvaje.
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“Estoy más interesado en averiguar qué podemos aprender de la relación del ser humano con los perros en el pasado, y también de nuestra propia relación con ellos en la actualidad,” afirma Losey en un vídeo del servicio de noticias de la universidad. “¿Cómo era por aquel entonces la vida de un perro? Para mí esto es más interesante. ¿Acompañaban a los humanos cuando estos salían de caza, cargaban con sus fardos? ¿Querían estos humanos a sus perros? ¿Les explotaban? Estas preguntas me parecen más interesantes que cuándo y donde aparecieron.”
Al investigar tumbas de perros halladas en la región Ártica siberiana, Losey ha demostrado que algunos de ellos eran enterrados con sus arneses, lo que indica que eran perros de tiro para trineos. También ha encontrado los restos de un reno enterrado con sus arreos, algo que apuntaría a lo que el arqueólogo llama “una comunidad de múltiples especies.”
Asimismo, se descubrieron los restos de un hombre enterrado en una misma tumba con sus dos perros, uno a cada lado de él. Losey explica en declaraciones al Heritage Daily:
“Globalmente podemos observar que hay más enterramientos de perros en la prehistoria que de ningún otro animal, incluyendo gatos o caballos. Los perros parecen haber ocupado un lugar muy especial en las comunidades humanas del pasado. Desde el momento en que encontramos restos óseos similares a los de perros modernos —de hace unos 14.000 años—tenemos constancia de que ya se enterraba a los perros por aquel entonces.”
Siberiano con sus perros de tiro y su trineo viajando a través del hielo cerca del cabo Dezhnev, Siberia, en dirección a un barco (1926) (Freshwater and Marine Image Bank)
Existen también pruebas de que el ser humano se alimentaba de carne de perro en la prehistoria, como se ha hecho (y aún se hace a día de hoy) en muy diversos lugares y a lo largo de diferentes épocas de la historia.
El Dr. Losey también ha analizado los componentes químicos presentes en los huesos caninos hallados en enterramientos prehistóricos para averiguar cuál era la dieta de estos perros, descubriendo que era prácticamente la misma que la de sus compañeros humanos, incluyendo también pescado.
Antiguo enterramiento de un perro. (Robert Losey/Universidad de Alberta) El Dr. Losey ha analizado los huesos caninos hallados en diversas tumbas prehistóricas para averiguar de qué se alimentaban estos perros.
Como escribe Losey en una nota de prensa emitida por la universidad: “Desde épocas muy remotas ya existen pruebas que sugieren que los humanos amaban y cuidaban a sus perros de forma muy similar a como hacemos nosotros en la actualidad, aunque también eran sus compañeros de trabajo, involucrados en todas sus tareas diarias.”
El investigador añade asimismo que el hecho de que en la antigua Roma ya hubiera perros falderos es señal de que hace ya muchos siglos se criaban perros con criterios muy específicos.
Ancient Origins informaba hace algunos meses de un estudio sobre la domesticación del perro en el que se había descubierto que el origen del mejor amigo del hombre podría no encontrarse donde (o cuando) la comunidad científica creía hasta ahora. Los análisis de antiguo ADN canino procedente de los restos de 58 individuos ayudaron a los investigadores a trazar el mapa de la travesía del perro doméstico por todo el mundo a lo largo de la historia.
Peter Savolainen, miembro del Real Instituto de Tecnología sueco y colaborador del equipo internacional que llevó a cabo esta investigación, ha declarado a Phys.org que aunque los estudios anteriores también analizaban enteramente el genoma nuclear, fallaban al no incluir muestras procedentes del Sudeste Asiático – basándose en la creencia habitual de que los perros domésticos se originaron en Oriente Medio, Asia Central o Europa.
Esta vez, los investigadores realizaron análisis de ADN empleando muestras procedentes de perros de regiones de todo el mundo y de diferentes épocas. Utilizaron esta información para buscar rastros de cruces y mestizaje entre las diferentes poblaciones caninas a lo largo de la historia. Los resultados del estudio les llevaron a afirmar que el perro doméstico desciende muy probablemente de lobos grises del Sudeste Asiático de hace unos 33.000 años. Además, añadieron que la “población fundadora” estaría formada por un número aproximado de unos 4.600 canes.
Lobo gris. (Gunner Ries/CC BY SA 3.0)
Imagen de portada: Macho de Husky siberiano con los ojos azules. Fotografía tomada en el Parque Nacional Yosemite, California, Estados Unidos. (Kazisdaman/CC BY SA 3.0)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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