Submarinista británico afirma haber encontrado el oro perdido de Hitler entre los restos sumergidos del «Titanic» nazi
El transatlántico Wilhelm Gustloff fue el proyecto n° 511 de los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo, Alemania, en 1936. Ordenada su construcción por el mismísimo Adolf Hitler, entró en servicio el 14 de marzo de 1938. De hecho, en un principio iba a ser llamado, precisamente, MS Adolf Hitler, pero finalmente fue bautizado como Wilhelm Gustloff en memoria del político nacionalsocialista suizo asesinado en febrero de 1937. Con una altura de 55 metros y sus 8 cubiertas, su aspecto era imponente. Además, no presentaba divisiones por clase según el poder adquisitivo, sino que todas las habitaciones poseían el mismo confort. También albergaba una piscina climatizada interior, grandes cocinas, confortables comedores comunes y varios gimnasios bien equipados.
Operó en el mar Báltico llevando en sus cubiertas a los trabajadores alemanes en periodo de vacaciones desde 1938 hasta mayo de 1939. Después, en agosto de 1939 fue reconvertido en un buque hospital con base en el puerto de Danzig (hoy Gdansk), tarea a la que estuvo destinado hasta mayo de 1940. Desde mayo a julio fue utilizado como buque hospital para la invasión de Noruega, siendo anclado en Oslo. Luego, en octubre, fue requisado para servir como buque nodriza de submarinos.
El Wilhelm Gustloff durante la época en la que estuvo siendo utilizado como buque hospital (Bundesarchiv, Bild 183-H27992 / Sönnke, Hans / CC-BY-SA 3.0)
Hasta 1943, sirvió como buque cuartel y alojamiento para la Armada en Gotenhafen. Se le dotó de armamento antiaéreo con 3 cañones de 105 mm y 4 cañones automáticos de 20 mm por banda, pasando a ser un buque estrictamente militar. Finalmente, el 30 de enero de 1945 fue torpedeado por el submarino soviético S-13 bajo el mando de Aleksandr Marinesko. El Wilhelm Gustloff acabó hundiéndose con 9.343 personas a bordo, en su inmensa mayoría refugiados alemanes que huían de la Prusia rodeada por las tropas soviéticas, en lo que supuso la mayor tragedia marítima de la historia de la navegación.
El navío se hundió a 44 metros de profundidad. Más tarde, los soviéticos dinamitaron el pecio para evitar futuras investigaciones sin lograr destruirlo, quedando dividido en tres secciones que fueron redescubiertas y filmadas en 1995. Ahora, según ha explicado un submarinista e investigador al diario británico Daily Star, los restos del malogrado Wilhem Gustloff albergan los 100 millones de libras en oro que — presuntamente — perdieron los nazis en el transcurso de los últimos y caóticos meses de la Segunda Guerra Mundial.
La piscina interior climatizada del Wilhelm Gustloff estaba situada en la cubierta E. (Bundesarchiv, Bild 146-1988-107-05 / Winterer, Anne / CC-BY-SA 3.0)
Así lo ha afirmado el submarinista británico Phil Sayers en declaraciones recogidas por el diario español ABC. Sayers afirma haber hallado el supuesto oro en el mar Báltico, frente a las costas de Polonia y a 450 metros de profundidad. Asimismo, dice contar con el testimonio de uno de los supervivientes de la tragedia naval: Rudi Lange, un controlador de radio que no falleció durante el naufragio y que, al parecer, habría visto como subían al trasatlántico varias cajas repletas de oro.
«Sabemos de primera mano que un montón de camiones aparecieron de repente y transfirieron un cargamento de alta seguridad al buque. Lange lo vio todo cuando bajó al muelle para fumarse un cigarrillo», explica Sayers citando el testimonio de Rudi Lange.
Sayers añade asimismo que, además del relato de Rudi lange, dispone de una segunda fuente:
«No sabía lo que se estaba cargando en un principio, pero en 1972 se reunió con otro superviviente (uno de los guardias encargados de vigilar el oro) y éste le reveló la verdad», apunta el investigador británico.
Asimismo, Sayers también ha explicado al «Daily Star» (de forma exclusiva) que en 1988 tuvo la oportunidad de descender en una expedición submarina hasta el mismísimo pecio del «Wilhelm Gustloff». Bajo las aguas constató que los torpedos soviéticos habían destrozado parte del casco, dejando al descubierto varias cajas que podrían corresponderse con aquellas en las que estaba guardado el oro. Además, añade en sus declaraciones que cree haber visto barrotes en algunas de las ventanas cercanas, lo que podría deberse a que el oro fuera guardado en una habitación con máxima seguridad para evitar que fuera robado.
Imagen de portada: Retrato de Adolf Hitler (Public Domain) y lingotes de oro (Public Domain)
Autor: Mariló T. A.
- Inicie sesión o regístrese para comentar