Hallados restos humanos de hace 2.000 años en el antiguo barco hundido en el que fue descubierto el Mecanismo de Antikythera
Arqueólogos submarinos han realizado un extraordinario descubrimiento en el mundialmente famoso antiguo barco hundido de Antikythera (Grecia): los restos de un hombre joven de hace 2.000 años. Ahora, los científicos esperan tener la oportunidad de llevar a cabo la primera secuenciación de ADN de la historia de una de las víctimas de este antiguo naufragio.
El pecio de Antikythera, que se encuentra junto a la isla del mismo nombre, en el mar Egeo, es un famoso yacimiento arqueológico submarino que salió a la luz en el año 1900 cuando los investigadores descubrieron en él un increíble artefacto mecánico, conocido en la actualidad como el mecanismo de Antikythera. Este hallazgo arqueológico consta al menos de 30 tipos diferentes de engranajes, y es tan complejo que muchos consideran que se trata del primer ordenador analógico realizado por la mano del hombre. Tras décadas de investigación, los científicos fueron capaces de determinar que este mecanismo muestra las posiciones del sol, la luna y los planetas a medida que recorren el zodíaco, predice eclipses solares y lunares e incluso marca eventos importantes, como los Juegos Panhelénicos.
El sorprendente Mecanismo de Antikythera, hallado entre los restos de un antiguo barco hundido junto a la isla griega de Antikythera (Grecia). (Tilemahos Efthimiadis / flickr)
Junto con el descubrimiento de esta pieza única de antigua tecnología, los arqueólogos hallaron otros tesoros, como estatuas de bronce y mármol magníficamente esculpidas, joyas, objetos de vidrio, una flauta de hueso, monedas y piezas de un juego de mesa. Ahora, como podemos leer en Nature.com, los investigadores han realizado un nuevo y significativo hallazgo al recuperar parte de un cráneo, dos huesos de los brazos, varias costillas y dos fémures pertenecientes a un joven que murió en torno a los 20 años de edad. Los restos óseos se encontraron enterrados bajo medio metro de fragmentos de cerámica y arena.
“El individuo, ya fuera un miembro de la tripulación o un pasajero, quedó atrapado a bordo cuando la enorme nave se fue a pique,” leemos en The Guardian. “Tras estrellarse contra las rocas, el barco se deslizó bajo las olas, hundiéndose junto a un escollo y quedando rápidamente enterrado por los sedimentos en el fondo del mar.”
Durante décadas, equipos de submarinistas han intentado investigar este antiguo pecio, pero las peligrosas condiciones provocadas por la gran profundidad a la que se hundió el antiguo barco han complicado la investigación de este sorprendente yacimiento. Sin embargo, en años más recientes, los científicos han hecho uso de equipos de alta tecnología, como un exoesqueleto robótico, para explorar de nuevo el pecio, consiguiendo realizar nuevos descubrimientos.
Considerando el hecho de que llevan hundidos en el fondo del mar más de 2.000 años, los huesos se encuentran muy bien conservados, lo que da esperanzas a los científicos de poder extraer por primera vez ADN de la víctima de un antiguo naufragio.
Nature.com informa de que pocos días después del descubrimiento, Hannes Schroeder, experto en análisis de antiguo ADN del Museo de Historia Natural de Dinamarca (Copenhague), llegó a Grecia para determinar si será posible recuperar material genético de los restos. Examinando los diversos fragmentos de huesos, Schroeder ha descubierto huesos petrosos, que se encuentran en el oído y en los que el ADN se conserva aún mejor que en los dientes. Ahora, el equipo científico está a la espera del permiso de las autoridades griegas para iniciar las labores de extracción y secuenciación de ADN.
Muy pocos restos humanos se han encontrado en antiguos pecios, ya que la mayoría de los esqueletos son arrastrados por las corrientes y se pudren o son devorados por los peces. Los arqueólogos esperan ahora que los análisis de ADN permitan conocer nuevos datos sobre los tripulantes de aquella antigua nave que se hundió en el siglo I a. C.
Imagen de portada: Submarinistas examinan huesos humanos recuperados en el pecio de Antikythera. (Fotografía: Brett Seymour, EUA/WHOI/ARGO)
Autor: April Holloway
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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