Hallada antigua prótesis entre los restos de un guerrero del siglo VI al que habían amputado un pie
Según un equipo de investigadores, un guerrero del siglo VI d. C. cuyo pie izquierdo fue al parecer amputado en el transcurso de una batalla utilizaba una prótesis y quizás también una muleta. El análisis del esqueleto de este hombre, exhumado en un cementerio de Hemmaberg, Austria, sugiere que montaba a caballo, lo que ha llevado a los investigadores a la conclusión de que se trataba de un caballero que fue herido por un soldado de infantería.
Aunque se sabe que ya existían prótesis en la antigüedad, pocas han llegado hasta nosotros, ya que habitualmente estaban hechas de madera, y la materia orgánica se descompone con rapidez. El esqueleto de este hombre presentaba un aro de hierro por encima del lugar en el que debía encontrarse su pie izquierdo, junto con otros indicios de que llevaba una prótesis en su pierna izquierda. Además padecía artrosis, por lo que cabe la posibilidad de que también utilizara una muleta.
El pie izquierdo se encontraba seccionado al final de los huesos inferiores de la pierna, la tibia y el peroné, tal y como podemos leer en este artículo de Forbes, que informa acerca de la reciente investigación publicada en marzo del presente año en la Revista Internacional de Paleopatología, obra de la bioarqueóloga Michaela Binder, miembro del Instituto Austríaco de Arqueología.
Escriben la Dra. Binder y sus colegas: “Varios estudios de bioarqueología realizados en cementerios medievales y fosas comunes sobre traumatismos relacionados con la guerra han revelado que la tibia era un punto habitual en el que se producían heridas cortantes, interpretadas como infligidas por soldados de infantería a caballeros.”
Nótese el pie izquierdo seccionado en el esqueleto del guerrero hallado en Hemmaberg, al que podemos observar aquí en su tumba. Posiblemente un soldado de infantería le cortara el pie cuando él combatía montado a caballo en el transcurso de una batalla. (Fotografía cortesía del Instituto Austríaco de Arqueología)
Aunque la región estaba ocupada por diversas fuerzas militares por aquel entonces, probablemente se encontrara dominada por los Francos en la época en la que murió este individuo. “No es posible afirmar con quién estaba en guerra, ni siquiera si estaba realmente en guerra,” escribe la Dra. Binder a Ancient Origins en un correo electrónico. “No se sabe mucho acerca de qué ocurrió durante los siglos V y VI d. C. en esta región, en absoluto. No obstante, en aquel período histórico podemos asumir que tenían lugar pequeñas escaramuzas locales con bastante frecuencia. Hay varios cementerios de la misma época en torno al lugar en el que fue descubierta la prótesis, y las primeras observaciones revelan repetidos episodios de violencia interpersonal.”
Batalla de Tolbiac entre los francos y los alamanes, fresco del Panteón de París pintado por Joseph Blanc en el siglo XIX. El guerrero austríaco cuyo pie izquierdo fue amputado vivió con posterioridad a esta batalla, aunque todos los indicios apuntan a que su herida se produjo en el transcurso de algún combate. (Wikimedia Commons)
En Hemmaberg había muchas iglesias cristianas a finales de la época romana y principios de la Edad Media, y era un lugar de peregrinación. Binder y su equipo han llevado a cabo excavaciones arqueológicas en tumbas cercanas a la iglesia de Santa Emma y Dorotea, encontrando antiguos enterramientos cristianos. Su ajuar funerario era escaso, y los cuerpos se hallaban desnudos y alineados de este a oeste.
La tumba del guerrero austríaco, que tendría entre 35 y 50 años en el momento de su muerte, se encontraba cerca de la iglesia de Santa Emma y Dorotea. Fue enterrado con un broche ornamentado y una espada corta. Habría vivido cierto tiempo tras la amputación de su pie izquierdo, antes de su muerte.
La profesora Binder y su equipo han examinado los huesos del guerrero mediante rayos X y tomografía computadorizada, descubriendo detalles reveladores acerca de su vida. Aparte de la amputación del pie, sufrió una fractura de tabique nasal que se encontraba curada en el momento de su muerte. Muchos de sus dientes estaban cariados, y padecía artrosis en caderas, hombros, muñecas, columna vertebral y rodilla izquierda. En los huesos inferiores de las piernas se observaron pequeños orificios circulares, que según los investigadores revelan que estaban infectados. La artrosis de la rodilla izquierda sugiere que probablemente siguiera utilizando esa pierna tras la amputación del pie. Los rayos X también mostraron variaciones en la densidad ósea de peroné, tibia y fémur izquierdos, comparados con los de la pierna derecha, que no fue mutilada y cuya densidad ósea era normal.
Tal como escriben la Dra. Binder y sus colaboradores: “Los restos de madera, junto con la posición del aro de hierro en la tumba, sugieren que la prótesis quizás constaba de una pieza de madera reforzada con una banda de hierro en su parte inferior. Las manchas oscuras que cubren la tibia y el peroné izquierdos del individuo podrían ser el resultado del uso de una correa de cuero o alguna estructura de madera para fijar la prótesis a la pierna.”
El aro de hierro que actuaba como refuerzo de la prótesis (Fotografía cortesía del Instituto Austríaco de Arqueología)
Leemos en Forbes que los investigadores han especulado acerca de las posibles causas de la mutilación. ¿Fue producto de una amputación por razones médicas? Es posible, ya que se practicaban amputaciones de este tipo desde antes del siglo VI d. C., aunque estas operaciones no se realizaban por lo general a mitad del hueso, sino a la altura de la articulación. También han descartado que fuera consecuencia de un castigo, ya que éste estaba reservado a los vasallos, mientras que el hombre de Hemmaberg al parecer ocupaba una elevada posición social. Por todo ello, llegan a la conclusión de que la mutilación se debió a un accidente o a un corte infligido deliberadamente, como el que podría darse por ejemplo en el transcurso de una batalla.
Una de las razones por las que los investigadores deducen que la herida se produjo en un combate ha sido el terrible hematoma que presenta el guerrero en su pierna derecha, al parecer provocado por una fuerte contusión. Están bastante seguros de que combatía a caballo por la artrosis y los indicios de que los músculos de sus caderas y espina dorsal habían sido exigidos en exceso.
Imagen de portada: El pie izquierdo de este caballero austríaco fue amputado, como se puede observar en esta fotografía. (Cortesía del Instituto Austríaco de Arqueología)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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