Descubren en México una treintena de sahumadores prehispánicos como parte de una ofrenda
Más de 30 sahumadores prehispánicos, con mangos policromados y rematados en cabezas de serpiente con las fauces abiertas o xiuhcóatl, “la serpiente de fuego”, han sido descubiertos por arqueólogos del INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano, en el centro histórico del municipio de Cuautitlán. En la misma zona, desde el pasado mes de abril se han descubierto también diversos enterramientos, así como los cimientos de lo que aparentemente fuera un templo.
Según se destaca desde la propia web del INAH, los arqueólogos Francisco Antonio Osorio Dávila y Héctor Pérez García, comunicaron a los medios de comunicación que dichos objetos, descubiertos a mediados de mayo frente al mercado municipal, tuvieron un uso ritual para ser posteriormente depositados, a modo de ofrenda, en hilera y apilados en tres capas.
Según los arqueólogos, los sahumadores tuvieron un uso ritual, siendo depositados posteriormente como ofrenda. (Fotografía: Francisco Osorio/INAH)
Hasta el momento se han contabilizado 27 piezas completas, aunque esa cifra podría llegar a 31 cuando se recompongan las que se encontraron fragmentadas. Su longitud varía entre los 70 y 50 centímetros de largo.
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El investigador Ignacio Forteza Saavedra ha explicado que, a pesar de la tierra que aún recubre los mangos, se observan tonos blancos, rojos, azules y amarillos, así como calados en forma de cruz y diversos ornamentos decorando las cazoletas.
Osorio Dávila ha añadido que los mangos son huecos pero contienen pequeñas bolas de barro que emiten un sonido semejante al de la lluvia al girarlos. Además, los asideros están rematados en decoraciones con forma de moños que pueden aparecer pintadas o modeladas en barro. Además, las representaciones de Xiuhcóatl conservan coloridos tonos y un pastillaje fino alrededor de los ojos, mucho más notorio todavía en los colmillos y en la lengua bífida. También ha aclarado que tanto esta ofrenda de sahumadores como la estructura prehispánica descubierta recientemente datan del periodo Posclásico Tardío (1350 d. C. -1519 d. C.), cuando Cuautitlán se convirtió en tributario de la Triple Alianza y en un lugar estratégico para el comercio que se mantenía con los territorios norteños.
En relación a dicha estructura arquitectónica (de 15m x 8m), de la que sólo quedan los cimientos, el arqueólogo ha explicado que posiblemente correspondiese a un templo de tamaño medio.
Estructura arquitectónica descubierta en la misma zona que los sahumadores y que probablemente correspondiera a un antiguo templo. (Fotografía: Francisco Osorio/INAH)
Con respecto al número de enterramientos descubiertos, el investigador ha añadido que el primero estaba formado por tres cráneos orientados hacia poniente. Por debajo y detrás de ellos se hallaron apilados huesos largos y, como ofrenda, tres jarras de la fase Azteca II (1200 d. C. -1400 d. C.) con restos de pintura azul así como grandes navajas de obsidiana. Posteriormente se hallaron dos enterramientos más: uno dispuesto hacia el este y el otro hacia el norte.
El orientado en dirección este pertenecía a un individuo cuyo sexo no pudo determinarse porque la osamenta se encontró incompleta. Junto a estos restos se colocaron diversas navajillas prismáticas y una figurita fragmentada tipo “galleta”. Muy cerca, a un metro de distancia, también se halló una ofrenda de 16 ollas trípodes pintadas en negro y rojo con dimensiones que oscilan entre los 8 y los 12 cm de altura.
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Imagen de uno de los enterramientos descubiertos en la misma zona que los sahumadores. (Fotografía: Mauricio Marat/INAH)
En cuanto al enterramiento en dirección norte, hay que indicar que el cadáver fue descubierto, además, en posición sedente, y correspondía a una mujer joven (de 13 a 15 años) que estaba acompañada de dos platos en miniatura, dos silbatos y una pequeña máscara de Mictlantecuhtli, dios de la muerte.
Asimismo, frente a la Catedral del municipio se han localizado los restos de ocho individuos, hombres y mujeres, que fueron depositados a la usanza cristiana, y que tras observar los alineamientos de los viejos empedrados que servían para conectar las diferentes áreas del cementerio que alguna vez ocupó el atrio de la iglesia, podrían corresponder a entierros realizados entre 1790 y 1850.
Algunas de las 16 ollas trípodes pintadas en rojo y negro halladas recientemente en los enterramientos prehispánicos. (Fotografía: Mauricio Marat/INAH)
Por último, hay que destacar que los restos de tierra aparecidos en las cazoletas de los sahumadores serán sometidos a análisis de flotación, para identificar si llegaron a verterse en ellos sustancias como copal.
Imagen de portada: Fotografía de algunos de los sahumadores prehispánicos recuperados recientemente en México cuyos mangos policromos están rematados con elaboradas representaciones de cabezas de serpiente con las fauces abiertas o xiuhcóatl. (Fotografía: Mauricio Marat/INAH)
Autor: Mariló T. A.
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