Descubiertas antiguas inscripciones asirias en túnel excavado por terroristas de ISIS para saquear tesoros
Ocultas en las profundidades de la antigua ciudad iraquí de Nínive, los arqueólogos que están asesorando en la inspección de los daños provocados por los cazadores de tesoros de Isis han descubierto inscripciones de 2.700 años de antigüedad que describen el reinado de un antiguo rey asirio, y que según informa The Telegraph “nos ayudarán a comprender mejor el primer imperio del mundo.”
En el santuario de Nebi Yunus, en la cima de una colina del Mosul oriental, se encuentra uno de los dos montículos que forman parte de la antigua ciudad asiria de Nínive. Los musulmanes creen que es la tumba del Yunus de quien habla el Corán, y es también venerado por los cristianos como la tumba del profeta Jonás. Un artículo de Live Science informaba de que en algún momento durante la ocupación de Nínive por parte de Isis (o Daesh), entre junio del 2014 y enero del 2017, el santuario fue volado por los “saqueadores de Isis en busca de tesoros arqueológicos de los reyes asirios.”
Plano simplificado de la antigua Nínive en el que podemos observar el trazado de la muralla y la ubicación de las puertas de entrada a la ciudad. Imagen creada por Fredarch. (CC BY-SA 3.0)
Ahora, los arqueólogos que están explorando los túneles de los cazadores de tesoros excavados bajo la tumba de Jonás han descubierto “siete inscripciones” que detallan lo más destacado en la vida de un antiguo rey asirio llamado Asaradón. Estas inscripciones habrían sido consideradas de escaso valor por los cazadores de tesoros del Estado Islámico, y al no representar “formas de vida”, las dejaron intactas. Si hubieran sido grabadas sobre una simple pluma tallada, sin duda habrían sido destruidas.
Mobiliario asirio. Banquete del rey Asaradón basado en un relieve de Nínive. (Dominio público)
El profesor Ali Y. Al-Juboori, director del Centro de Estudios Asirios de la Universidad de Mosul, escribiendo en una edición reciente de The Journal of Iraq, explicaba que una de las inscripciones se traduce como ‘El palacio de Asaradón, rey fuerte, rey del mundo, rey de Asiria, gobernador de Babilonia, rey de Sumeria y Acad, rey de los reyes del Bajo Egipto, el Alto Egipto y Kush [un antiguo reino situado al sur de Egipto, en Nubia]’. Las inscripciones que informan de la hegemonía política del rey Asaradón están corroboradas por otras antiguas inscripciones que hablan de “reyes de Kush reinando sobre Egipto,” según leemos en el artículo de Live Science.
Inscripción cuneiforme en prisma asirio del rey Asaradón. (MET CC0)
Durante unas excavaciones anteriores cercanas a la tumba de Jonás llevadas a cabo en el período 1987-1992, los arqueólogos desenterraron un curioso “Objeto de arcilla con forma de prisma que registraba las conquistas militares de Asaradón,” quien, por ejemplo, es descrito como “Aquél que pisa los cuellos de los pueblos de Cilicia” ( la actual Turquía), un rey que “rodeó, conquistó, saqueó, demolió, destruyó y quemó con fuego veintiuna de sus ciudades junto con pequeñas ciudades de sus alrededores. ...”
Dios sabe qué tesoros arqueológicos destruyó Asaradón en su afán para llevar adelante su agenda religiosa y política, y lo que parece que tenemos aquí, empezando por el rey Asaradón, es una larga lista de “saqueadores y destructores”. Lo mismo sucede hoy con Isis, que simplemente está haciendo lo mismo que el rey Asaradón en el pasado en su búsqueda por fortalecer y difundir sus ideas religiosas, con gran empeño, a través de la destrucción de antiguas culturas.
Museo de Berlín: réplica de una estela con la efigie del rey Asaradón. (CC BY-NC-SA 2.0)
En el año 2016, el Smithsonian publicaba un detallado documento en el que se exponía el alcance del terrorismo arqueológico llevado a cabo por ISIS. En Siria, “el Zoco está dentro de las murallas del centro histórico de la ciudad de Alepo, uno de los seis lugares de Siria declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco". Algunos de los más valiosos edificios y objetos del mundo ya han sido destruidos como “daño colateral en los bombardeos y fuego cruzado entre las fuerzas del gobierno y las diversas facciones rebeldes”.
Nínive, excavaciones de Nebi Yunus, mayo de 1990. Escultura polilítica en relieve de un lamassu y una figura humana a la entrada de un edificio asirio tardío excavado por arqueólogos iraquíes al este de la mezquita. (CC BY-SA 3.0)
Aunque las tropas sobre el terreno creen que están combatiendo en una guerra religiosa, los comandantes de Isis tienen poco más en mente que el oro. De hecho, ya han comenzado a poner a la venta objetos y edificios valiosos “poco a poco, para comprar armas,” como explica el artículo del Smithsonian. El año pasado, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, comunicaba a los periodistas que las recientes imágenes de satélite de “valiosos lugares históricos muestran el terreno tan completamente salpicado de agujeros, como resultado de las miles de excavaciones ilícitas, que se asemeja a la superficie de la luna,” en una destrucción y un saqueo llevados a cabo “a escala industrial”.
Nebi Yunus. Arqueólogos iraquíes excavan la entrada monumental a un edificio asirio tardío. La mezquita de Nebi Yunus (destruida en el año 2014) se puede observar justo detrás. (CC BY-SA 3.0)
Un reciente artículo de la BBC informaba de que en la antigua ciudad de Nimrud, Isis había “arrasado el Zigurat – una pirámide escalonada que alcanzaba los 34 metros de altura - con maquinaria pesada, quedando sus elementos ahora perdidos u ocultos entre los escombros”. Otro ejemplo de esta “bárbara” destrucción fue narrado a periodistas de la BBC por la arqueóloga iraquí Faleh Noman, quien contaba cómo “Se utilizaron buldóceres y explosivos para destruir el palacio noroeste de Asurnasirpal II, rey de Asiria del 883 al 859 a. C.” Noman añadía además que “La entrada principal al palacio que llevaba a salón del trono ha sido totalmente destruida... En el interior del Palacio se han utilizado mazos para destrozar los relieves.”
Mezquita de Nuri, en Mosul, tras ser reconquistada a los terroristas de Isis. (CC BY-SA 4.0)
Y el grado de terror arqueológico ejercido por Isis va más allá de las antiguas piedras, hasta el punto de haber golpeado las vidas de algunas de las figuras más respetadas del mundo arqueológico. Khaled al-Asaad, padre de seis hijos y cinco hijas, fue “uno de los pioneros más importantes de la arqueología siria del siglo XX,” como informaba The Guardian en un artículo del año 2015. En el 2001, al-Asaad descubría “700 monedas de plata, que se remontaban al siglo VII,” y en el 2003 al-Asaad formaba parte de un “equipo arqueológico conjunto sirio-polaco para desenterrar un mosaico intacto del siglo III que representa una batalla entre un ser humano y un animal alado mítico, rodeado de dibujos geométricos de uvas, higos, ciervos y caballos”. En el año 2015, al-Asaad “se negó a guiar a Isis hacia las antigüedades ocultas en Palmira” y fue decapitado públicamente.
Imagen de portada: El ahora destruido Nebi Yunus de Nínive. Arqueólogos iraquíes excavan la entrada monumental a un edificio asirio tardío. En primer plano podemos ver una gran cabeza perteneciente a la escultura de un hombre- toro. (CC BY-SA 3.0)
Autor: Ashley Cowie
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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