Arqueólogos realizan un desgarrador descubrimiento en México: los restos de un niño sacrificado al dios azteca de la guerra
Los arqueólogos han hecho un descubrimiento sorprendente al excavar en el Templo Mayor de la ciudad de Tenochtitlán. Han desenterrado los restos de un niño que se cree fue sacrificado al dios azteca de la guerra. Aunque un sacrificio azteca puede no parecer algo particularmente sorprendente, la naturaleza del entierro presenta algunas características inusuales.
El equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mexicano encontró los restos de un niño de ocho a diez años en octubre del año pasado. El análisis de los restos del niño sacrificado por los aztecas demostró que los dientes del niño estaban muy desgastados y que había sufrido varias infecciones en la boca. Se cree que murió en algún momento durante el reinado de Ahuízotl (1486-1502).
El cráneo del niño sacrificado por los aztecas hallado recientemente en el Templo Mayor de Tenochtitlán. (Mirsa Islands/Proyecto Templo Mayor, INAH)
Según el Daily Mail, los restos del niño fueron descubiertos en un singular pozo cilíndrico revestido de rocas volcánicas unidas mediante estuco. Es la única de las 204 tumbas excavadas en el yacimiento hasta el momento con estas características. Para crear la tumba, los aztecas tuvieron que erigir varias losas de piedra. Uno de los expertos comentaba para los reporteros: “A continuación rellenaron el cuadrado con tierra traída de las orillas del antiguo lago para construir otro cuadrado justo encima.”
Fotografía de la “Ofrenda 176”, los restos de un niño. (CEN)
Otros elementos inusuales del entierro, conocido como “Ofrenda 176”, incluyen su ajuar funerario. El pequeño llevaba joyas de jadeíta procedente de Guatemala y abalorios azules de origen desconocido. National Geographic España informa de que también llevaba puestos pendientes de madera rectangulares y un pectoral de madera llamado anahuatl con las insignias de los dioses Huitzilopochtli, Tezcatlipoca, Tlahuizcalpantecuhtli y Mixcóatl.
Se encontraron perlas de jadeíta verde de Guatemala y abalorios azules de origen desconocido junto con el esqueleto. (Mirsa Islands/Proyecto Templo Mayor, INAH)
La conexión con Huitzilopochtli quedó reforzada por la presencia de las alas de un halcón selvático, con su característica coloración ocre y azul, y la evidente ubicación de entierro - en el lado oeste del templo de Huitzilopochtli.
Huitzilopochtli era una de las deidades aztecas más importantes. Era el dios del sol, de la guerra, de la conquista militar y el sacrificio, y además dios patrón de Tenochtitlan. En su mito, los aztecas afirmaban que Huitzilopochtli tenía que entrar en batalla todos los días para derrotar a la noche. Al no ser una certeza la victoria del dios del sol, se le proporcionaba alimento bajo la forma de sacrificios.
Ilustración de Huitzilopochtli en el Códice Telleriano-Remensis (Dominio público)
Normalmente, aunque no siempre, las víctimas eran enemigos capturados en la guerra. La persona seleccionada para el sacrificio era conducida hasta la cima del Templo Mayor, el principal templo de Tenochtitlán. Allí, los sacerdotes extraían el corazón de la víctima de su pecho y a continuación arrojaban el cuerpo de la víctima por la escalinata del templo.
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Aunque los sacrificios humanos son bastante comunes para los arqueólogos que exploran el antiguo mundo de los aztecas, se conocen relativamente pocos sacrificios similares de niños en las cercanías del Templo Mayor. El único sacrificio azteca de un niño descubierto hasta ahora en la zona fue excavado en el año 2005. Es conocido como “Ofrenda 111” y también se depositaron alas de halcón en su tumba. El niño murió a la tierna edad de cinco años, y se le extrajo el corazón en un sacrificio ritual.
Ilustración de un sacrificio humano ritual Azteca en la página 141 (folio 70r) del Códice Magliabecchiano (Dominio público)
Los arqueólogos no están seguros de si la Ofrenda 176 fue sometida al mismo y brutal final. Sin embargo, parece ser que los sacrificios aztecas de niños a Huitzilopochtli se realizaban cuando los sacerdotes querían que la deidad les revelara el futuro resultado de una batalla.
Imagen de portada: Se han descubierto los restos de un niño sacrificado por los aztecas en un sorprendente enterramiento hallado en el Templo Mayor de Tenochtitlán (México). Fuente: Mirsa Islands/Proyecto Templo Mayor, INAH
Autor: Alicia McDermott
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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