Antiguos dioses primordiales: Cuando la oscuridad dominaba el mundo
La oscuridad es lo opuesto a la luz, y se caracteriza precisamente por la ausencia de luz visible. La respuesta emocional del ser humano a la oscuridad ha dado origen a numerosas metáforas pertenecientes a muy diversas culturas y mitologías.
Por ejemplo, en el cristianismo, la primera narración de la creación da comienzo en plena oscuridad. Se dice en el Génesis que la oscuridad existía antes que el propio mundo. Solo a continuación “se hizo la luz” y tuvo lugar la separación entre luz y oscuridad. En Éxodo 10,21, la oscuridad aparece como una de las diez plagas de Egipto, concretamente la novena, y en Mateo 8,12 la oscuridad es el lugar en el que “será el llanto y el rechinar de dientes.”
En el Corán (Nab 78,25), los individuos que transgreden los límites de lo que es justo están condenados a “la ardiente desesperación y la oscuridad fría como el hielo.” Estas percepciones de la oscuridad están en gran medida asociadas con el mal. Sin embargo, no siempre fue así. En el pasado, la oscuridad era vista como algo que había existido desde el principio de los tiempos, y existieron muchas deidades vinculadas a la oscuridad y también a la noche.
Mitología griega
El mejor ejemplo de ello probablemente sea el Érebo de la mitología griega. Su nombre procede de la palabra griega “Érebos”, que significa “sombra” o “profunda oscuridad.” Érebo era una deidad primordial considerada la personificación o encarnación de la oscuridad. Fue uno de los cinco primeros seres que nacieron del Caos.
De su hermana Nix, Érebo engendró a otras deidades, como Hipnos (el Sueño) y Thánatos (la Muerte). Fruto de esta unión nacieron también Éter, Hémera, las Hespérides, las Moiras, Geras, Estigia y Caronte, además de otros hijos e hijas. Es interesante observar aquí el hecho de que Nix era la diosa de la noche. Era muy bella y poderosa, y se cuenta que incluso el mismísimo Zeus, padre de todos los dioses, la temía. Escribe Hesíodo en su Teogonía:
Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a los que concibió y dio a luz de su amorosa unión con Érebo.
Nix tal como aparece representada en el Salterio de París (siglo X) junto al profeta Isaías. (Public Domain)
En la mitología griega también hay otros dioses relacionados con la noche y la oscuridad. Asteria era la diosa de los oráculos nocturnos y las estrellas, y Aclis la diosa primordial de la noche eterna, la miseria y las desgracias.
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Asteria y Febe en el Altar de Pérgamo. (CC BY-SA 3.0)
Deidades hindúes de la oscuridad
En la tradición hindú, Ratri es la diosa de la noche, mientras que Rahu es el dios celestial de la oscuridad y los eclipses. Se relaciona a Rahu con el demonio Svarbhaanu, que devora el sol, lo que tiene como consecuencia los eclipses. En el arte se le representa como una serpiente sin cuerpo montada en un carro tirado por ocho caballos negros.
Rahu: Cabeza del Demonio Serpiente, Ídolo de Konarak, Museo Británico. (Public Domain)
Rahu Kala, el período del día que se encuentra bajo la influencia de Rahu en la astrología Védica, está considerado de mal augurio. En la antigua mitología hindú también estaba Varuna, que regía la noche y era el dios de los muertos.
El dios Varuna sobre su montura Makara, 1675-1700, pintura hindú hallada en Bundi, Rajastán (India) y expuesta en el LACMA. (Public Domain)
Mitología nórdica
En la mitología nórdica, Nótt es la diosa que personifica la noche. Es abuela de Thor e hija de Norvi. Se asocia a Nótt con el caballo Hrímfaxi, y supuestamente se casó en tres ocasiones. Su tercer matrimonio fue con el dios Dellingr, y de él nació un hijo varón: Dagr, personificación del día. En la mitología nórdica también se considera al tramposo dios Loki una deidad nocturna.
Nótt cabalga a Hrímfaxi en esta pintura del siglo XIX obra de Peter Nicolai Arbo. (Public Domain)
Dioses romanos de la oscuridad
En la mitología romana Nox era la diosa primordial de la noche. Era el equivalente de la diosa griega Nyx. Escoto era el dios primordial de la oscuridad vinculado al dios griego Érebo. Summanus era el dios de las tormentas nocturnas.
Nyx, diosa primordial de la noche en la mitología griega. (Public Domain)
Los señores aztecas de la noche
La mitología azteca incluye muchas deidades asociadas a la noche y la oscuridad. Los Señores de la Noche eran un grupo de nueve dioses. Cada uno de ellos regía un tipo concreto de noche. Metztli era el dios de la noche, la luna y los agricultores. Yohaulticetl era la diosa lunar conocida como Señora de la Noche.
Señores de la Noche, página 14 del Códice Borgia. (Public Domain)
Tezcatlipoca era el dios del cielo y los vientos nocturnos, la obsidiana, el liderazgo, la adivinación, los jaguares, la hechicería, las batallas e incluso de la belleza.
Ilustración de Tezcatlipoca tal y como aparece en el Códice Ríos, ataviado como un jaguar. Bajo esta forma recibía el nombre de Tepeyollotl. (Public Domain)
Leyendas egipcias
En la mitología egipcia, Neftis era la diosa de la noche, la muerte y el nacimiento. Por su parte, Kuk era un dios increado que personificaba la oscuridad primordial. Apep era el dios-serpiente egipcio, encarnación del mal y la oscuridad.
Neftis, Museo del Louvre, París, Francia. (CC BY-SA 2.0 fr)
Otros dioses de la oscuridad
Artume era la diosa etrusca de la noche, y Shalim el dios cananeo del ocaso. En la mitología árabe, Al-Qaum era el dios nabateo de la noche y la guerra, aunque también se le consideraba el protector de las caravanas.
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Ahrimán es el dios iranio de la oscuridad, la noche y el mal. En Lituania, Breksta era la diosa del crepúsculo y los sueños, que protegía a los seres humanos desde el ocaso hasta el amanecer. Las Zorya eran dos diosas guardianas de la mitología eslava relacionadas con las estrellas de la mañana y el atardecer. En los mitos maoríes, Hine-nui-te-pō, reina del inframundo, es también diosa de la noche y la muerte.
Como podemos ver, la oscuridad se asociaba a menudo, aunque no siempre, con el mal. Existen muchos casos en la mitología en los que los dioses “oscuros” eran sencillamente una personificación de la oscuridad primordial que existía ya antes de que fuese creado el mundo.
Imagen de portada: ‘El Anciano de los Días’ (William Blake, 1794). (Public Domain)
Autor: Valda Roric
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