La Papisa cuyo sexo real se desveló al dar a luz durante una procesión

Los orígenes del Papado nos llevan hasta San Pedro, uno de los discípulos originales de Jesús. El actual papa, Francisco I, es el 265º sucesor de San Pedro. Huelga decir que los 266 papas han sido varones. Pero durante la edad media, corría una historia sobre un papa que era en realidad una mujer disfrazada. El nombre de la supuesta papisa era Juana. ¿Quién fue esta misteriosa Papisa Juana, y lo que es más, existió realmente?

La estatua que aún sigue en pie en Roma: Juana coronada con la Tiara papal. (ericcostanzo.com)

Los primeros datos con los que contamos de la Papisa Juana nos llevan a un libro del siglo XIII conocido como la Chronica Universalis Mettensis (Crónica de Metz). De acuerdo con su autor, el cronista Dominico Jean de Mailly, hubo un papa anónimo que no aparece registrado en la lista de Obispos de Roma porque era una mujer disfrazada de hombre. El cronista continúa diciendo que fueron el carácter y talentos de esta mujer los que le permitieron ocupar el trono de San Pedro. Añade además, que la tumba de este papa anónimo fue grabada con la frase latina, “Petre, Pater Patrum, Papisse Prodito Partum”, que significa “Oh Pedro, Padre de Padres, Delata el Parto de la Papisa”. Se podría señalar, sin embargo, que de Mailly comienza esta narración con el infinitivo Latino “Require”, que significa “por verificar” o “investigar”, dando a entender que el propio autor no está seguro de la veracidad de la historia.

Ilustración de un manuscrito en el que aparece la Papisa Juana coronada con la Tiara Papal. Bibliothèque Nationale de France. Artista desconocido, .c 1560 (en.wikipedia.org)

La historia de la papisa disfrazada de papa es recogida más tarde por un fraile Franciscano anónimo de Erfurt, en su Chronica minor, y por el inquisidor y predicador Dominico, Étienne de Bourbon. Mientras que la historia de la papisa en la Chronica minor es similar a la de Mailly, la versión de Étienne de Bourbon incluye detalles referidos a su muerte. Según lo registrado por este autor, la papisa dio a luz en público, revelando de este modo su verdadero sexo, y fue en consecuencia arrastrada por un caballo una distancia de media legua y más tarde apedreada hasta la muerte por su engaño.

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Sin embargo, la versión más influyente y mejor conocida de la historia de la papisa procede de la Chronicon pontificum et imperatorum (Crónica de Papas y Emperadores), escrita por otro Dominico, Martinus Polonus. Debido a su prestigio y credibilidad derivados de sus lazos con la jerarquía Romana, el libro de Martinus se difundió ampliamente, eclipsando las reseñas de cronistas anteriores sobre el mismo tema. A diferencia de las versiones previas, Martinus aporta un vívido relato de la vida de la papisa. De hecho es aquí cuando el nombre de Juana aparece escrito por primera vez.

Además de nombrar a este papa (o mejor dicho papisa), Martinus también aporta detalles como su nacionalidad (Inglesa), lugar de nacimiento (Mainz), así como su pontificado (después de León IV, que murió en el año 855), y la duración de su papado (dos años, siete meses y cuatro días). Aunque Martinus revela muy poco acerca de sus fuentes, se respira un tono de incerteza en su estilo, revelando que, como sus predecesores, tampoco está seguro de la veracidad de esta historia. Además de todo esto, algunos han afirmado que este relato fue añadido a la crónica tras la muerte de Martinus, dando a entender que el cronista no tuvo nada que ver con él.

Martinus Polonus, el fraile Dominico que escribió un vívido relato de la vida de la Papisa Juana, aunque reveló muy poco acerca de sus fuentes. Aquí se le representa como Arzobispo de Gniezno. Manuscrito ilustrado anterior a 1535 (en.wikipedia.org)

De la crónica de Martinus en adelante, la historia de la Papisa Juana se volvió más y más elaborada. Una versión, por ejemplo, afirma que la papisa no murió inmediatamente después de dar a luz, sino que fue depuesta para proceder a su encierro, y acabó haciendo penitencia durante muchos años. Tras su muerte fue enterrada en Ostia, donde su hijo ostentaba el cargo de obispo.

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Como las propias fuentes escritas principales denotan un cierto margen de dudas al referirse a la historia de la Papisa Juana, es posible que la historia no sea más que una leyenda urbana. En cambio, otros creen que hay indicios de la existencia de esta papisa en el arte y la arquitectura. Por ejemplo, en los pilares del Baldaquino de Bernini de la Basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, podemos observar siete esculturas que muestran las expresiones faciales de una mujer en el momento del parto. La octava escultura es de un niño. Algunos han interpretado que puede tratarse de la Papisa Juana dando a luz. Aun así, hay muchas otras posibles interpretaciones de estas figuras que los defensores de esta hipótesis ignoran convenientemente. La más popular, por ejemplo, es que la mujer es la sobrina del Papa Urbano VIII, que se puso de parto cuando Bernini se encontraba trabajando en el Baldaquino.

En la basílica de San Pedro está el Baldaquino, una escultura de bronce obra de Bernini realizada en 1623-24 en la que se pueden apreciar siete figuras que muestran la expresión facial de una mujer durante el parto. La octava figura es de un niño.

La leyenda del “Papa Juan” ha sobrevivido al paso de los siglos. La supuesta papisa ha sido representada en pintura, literatura y obras dramáticas. La historia también se ha llevado al cine, siendo la película más reciente sobre ella del año 2009. Aunque las pruebas disponibles parecen inspirar algunas dudas sobre la existencia de la Papisa Juana, es probable que algunos sigan creyendo que fue un personaje real. De cualquier manera, sea un relato de ficción o histórico, la leyenda de la Papisa Juana aún seguirá viva por largo tiempo con toda probabilidad.

Imagen de portada: la Papisa Juana da a luz durante una procesión Eclesiástica, obra de Giovanni Boccaccio .ca 1450. (Wikimedia Commons)

Autor Ḏḥwty