El magnífico casco del guerrero griego Milcíades: la reliquia del vencedor de la batalla de Maratón
Cuando aquel magnífico casco fue recuperado de las ruinas del templo de Zeus, los investigadores no podían creer lo que había ante sus ojos. Es muy raro el descubrimiento de una pieza que haya pertenecido a un famoso héroe de los campos de batalla de la antigua Grecia. La ofrenda que el famoso general griego presentó en el templo de Zeus hace siglos, hace que su nombre resuene nuevamente en la historia.
La batalla de Maratón es una de las más famosas antiguas batallas del mundo. Las leyendas que rodean el choque entre estos dos poderosos ejércitos es aún a día de hoy motivo de orgullo nacional para los griegos. Además, la leyenda sobre Milcíades no es solo la historia de un guerrero. También formó parte de una famosa familia ateniense conocida por su refinada educación y sus brillantes carreras, tanto políticas como militares.
Ilustración de Milcíades (1875). (Public Domain)
Un misterioso casco
Milcíades nació hacia el 550 a. C., hijo de Cimón Colalemos, un hombre apreciado en su sociedad como participante en las carreras de cuadrigas de los Juegos Olímpicos. Milcíades nació en Atenas, aunque él afirmaba ser miembro de la sociedad eácida. Probablemente murió en el 498 a. C., aunque gracias a las crónicas de historiadores como Herodoto y Plutarco, su leyenda no se perdió. Plutarco también recuerda a su hija Elpinice, famosa por sus enfrentamientos con Pericles.
Busto de Cimón en las playas de Larnaca, Chipre. (Markus Leupold-Löwenthal/CC BY SA 3.0)
No existen muchos objetos relacionados con la vida de este guerrero que puedan identificarse como realmente suyos. Por esta razón, el caso desenterrado durante unas obras en el templo de Zeus de Olimpia supone un hallazgo muy especial. El casco de Milcíades está firmado, quizás por él mismo, lo que hace que sea aún más precioso. En los textos más antiguos los autores sugieren que Milcíades podría haberlo llevado al templo por dos razones diferentes.
En primer lugar, podría haber presentado el casco, que le había traído suerte en el pasado, para pedir al dios su ayuda en la inminente batalla. También es posible que lo ofreciera para dar gracias a Zeus tras haber vencido en la batalla.
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A día de hoy, los investigadores del Museo Arqueológico de Olimpia sugieren que debe ser el mismo casco que llevaba puesto en la famosa batalla de Maratón. Parece que tras derrotar a los persas Milcíades acudió al templo y ofreció a Zeus su casco en señal de gratitud.
Casco de Milcíades el Joven, Museo Arqueológico de Olimpia. (Oren Rozen/CC BY SA 3.0)
Un famoso guerrero de su tiempo
Herodoto podría haber conocido personalmente a algunos ancianos veteranos de las tropas del Milcíades. El historiador narra un relato que afirma haber escuchado de primera mano. Escribe Herodoto que en septiembre del 490 a. C., un ejército de 600 barcos y 20.000 hombres de infantería y caballería intentó conquistar el territorio griego. El ejército ateniense era muy inferior en número. Al parecer, su tamaño era aproximadamente la mitad del ejército persa.
Los dos ejércitos se enfrentaron en la llanura de Maratón, que se encuentra 41,84 kilómetros al norte de Atenas. El ejército griego marchaba hacia su muerte, pero el general Milcíades ordenó a sus hoplitas formar en una línea de longitud igual a la de los persas. Confiaba en sus tropas, por lo que convenció a sus generales y oficiales de que atacaran la línea persa sin mirar atrás. Tras la batalla, solo 192 soldados griegos habían muerto, mientras que las tropas de Milcíades habían acabado con la vida de 6.400 persas.
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Hoplita ateniense (Tilemahos Efthimiadis/CC BY SA 2.0) y guerreros persas. (Public Domain)
Herodoto nos habla de un discurso de Milcíades a Calímaco, otro importante general de su ejército. Parece que este discurso, registrado por el Padre de la Historia, podría haberse pronunciado realmente. Como ya hemos dicho, es posible que Herodoto tuviese contacto con veteranos de la batalla de Maratón. Dijo Milcíades antes de la batalla:
De ti depende, Calímaco, traer la esclavitud a Atenas o garantizar su libertad, para ser recordado por todas las generaciones futuras. Pues jamás desde que existe el pueblo ateniense, se ha encontrado en tan grave peligro como ahora. Si inclina su cuello bajo el yugo persa, las desdichas que deberá sufrir… están aseguradas de antemano. Si, en cambio, combate y triunfa, Atenas podría convertirse en la primera de las ciudades de Grecia. Somos diez generales, y nuestro voto está dividido: la mitad de nosotros desea entrar en combate, mientras que la otra mitad desea eludir la batalla. Ahora bien, si no luchamos, preveo grandes disturbios en Atenas que puedan hacer temblar la resolución de nuestros hombres, y temo que por esta razón se acaben sometiendo. Pero si entramos en batalla antes de que nazca inquietud alguna entre nuestros ciudadanos, seremos bien capaces de superar a nuestro enemigo. De ti pues, depende esta cuestión, enteramente de tu propia decisión. Solo debes unir tu voto al mío y nuestra patria será libre: y no solo libre, sino también la primera de toda Grecia. O, si prefieres dar tu voto a los que desean evitar el enfrentamiento, ocurrirá exactamente lo contrario.
Guerreros atenienses abalanzándose sobre el ejército persa. (Public Domain)
Tras estas palabras, los generales decidieron luchar. Calímaco no volvió del campo de batalla. Su cuerpo fue hallado junto al de otros guerreros griegos caídos en combate. Sin embargo, este discurso podría ser sin duda uno de los más auténticos del antiguo general registrados por Herodoto. Milcíades pertenecía a una familia de intelectuales, de modo que sabía como utilizar las palabras para motivar a otros. Aparte de su carisma natural, este talento le ayudó en gran medida a conseguir sus objetivos.
Recordando la hazaña de Milcíades
Milcíades es aún a día de hoy una leyenda para los griegos. A la altura de Leónidas, Héctor y algún otro guerrero de la antigua Hélade, es uno de los más ilustres héroes de las antiguas leyendas griegas. Todos los años, miles de personas leen el libro de Herodoto que habla de este guerrero y visitan su museo de Olimpia, en el que la antigua ofrenda del general Milcíades nos cuenta en silencio la historia de su famoso propietario.
"Cabeza de Milcíades". Copia romana de un original griego del siglo V a. C. (Public Domain)
Imagen de portada: Principal: relieve de la batalla de Maratón. (Military-history.org). Detalle: casco de Milcíades el Joven, Museo Arqueológico de Olimpia (Public Domain)
Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
Fuentes:
A. Krawczuk, Maraton, 1976.
H. Berve, Miltiades, 1937.
W. K. Pritschett, Marathon, 1960.
N.G. Hammon, A History of Greece to 322, 1967.
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