Satélites espía revelan la presencia de miles de antiguas ruinas olvidadas en Afganistán
Los antiguos asentamientos pueden entrar en la línea de fuego cuando estalla la guerra o cuando se inicia un proyecto de construcción. La destrucción y el saqueo pueden predominar en tiempos así, pero los arqueólogos creen a menudo que no hay nada que puedan hacer para afrontar estos problemas. Durante la guerra, la zona es demasiado peligrosa como para acceder a ella y rescatar antiguos tesoros, por no hablar de excavar o explorar cualquier ubicación recientemente desenterrada. Pero las imágenes de satélite pueden ayudarles en lo que al principio podía parecer una tarea insuperable. A veces pueden incluso ayudar a la hora de revelar la presencia de antiguos lugares desconocidos hasta entonces. Así ha ocurrido con miles de antiguos asentamientos de Afganistán recientemente descubiertos utilizando imágenes obtenidas por satélites militares y espías. Los investigadores esperan que sus hallazgos puedan revelarnos más sobre reinos olvidados durante largo tiempo, ayudando además a proteger estos antiguos yacimientos arqueológicos.
Según Live Science, los arqueólogos que examinaban las imágenes de alta resolución obtenidas por satélites espías y drones militares han identificado un gran caravasar o caravanserai (posada o puesto avanzado para caravanas) utilizado por los viajeros de la Ruta de la seda, así como canales partos enterrados bajo las arenas del desierto, ruinas de templos zoroástricos del fuego y estupas budistas. Con estos hallazgos, el número de yacimientos arqueológicos conocidos de Afganistán ha aumentado a más de 4.500.
Imagen aérea de Tar-o-Sar, donde se han encontrado las ruinas de un asentamiento de la antigua civilización parta. (Digitalglobe, Inc.)
David Thomas, arqueólogo de la Universidad La Trobe con sede en Melbourne, Australia, comentaba para Science que los descubrimientos son excepcionales: “La capacidad de explorar una región relativamente poco conocida de manera eficiente y segura es realmente emocionante. Intuyo que quedan por descubrir decenas de miles de yacimientos arqueológicos. Sólo cuando estos lugares son registrados pueden ser estudiados y protegidos.” Thomas no forma parte del proyecto actual, pero también ha realizado trabajos de detección remota en Afganistán.
El descubrimiento de grandes asentamientos que, según los arqueólogos, datan del siglo XVII, va en contra de la perspectiva habitual de que las rutas de las caravanas cayeron en desuso en los siglos XV y XVI, dando paso a las rutas marinas, más populares. La directora del proyecto, Kathryn Franklin, de la Universidad de Chicago, señalaba al respecto: “Existe desde hace largo tiempo la idea de que una vez los portugueses entraron en el Océano Índico, ya nadie se molestó en cruzar Asia Central. Pero esto revela una colosal inversión en infraestructuras por parte de los safávidas un siglo más tarde.”
Fotografía aérea de tres antiguos asentamientos recientemente mapeados por CAMEL en la región de Balkh. (DigitalGlobe)
Estas posadas para caravanas, construidas con adobe, al parecer podían albergar a cientos de personas junto con su ganado. El análisis de las imágenes nos muestra que los caravanserais se construían aproximadamente cada 20 kilómetros (12 millas) - la distancia que la ciencia estima que una caravana podía viajar en un día. Según Emily Boak, analista de patrimonio histórico de la Universidad de Chicago, las caravanas viajaban cargadas con gemas, especias, sedas, madera, pescado seco y porcelana – dependiendo de su origen y su destino. La preciosa naturaleza de las mercancías probablemente hizo que los diseñadores de los caravasares decidieran construirlos a poca distancia unos de otros.
Caravana recorriendo la Ruta de la seda, 1380. (Dominio público)
El reciente proyecto de mapeado, conocido como Afghan Heritage Mapping Partnership, (“Asociación Afgana de Mapeado del Patrimonio”, AHMP por sus siglas en inglés) se inició en octubre del 2015 y continuará desarrollándose hasta octubre del 2018. El trabajo es una continuación de estudios llevados a cabo por arqueólogos soviéticos hace décadas. Está siendo financiado por una subvención de 2 millones de dólares del Departamento de Estado de los Estados Unidos. El arqueólogo Gil Stein, de la Universidad de Chicago (UChicago) con sede en Illinois, ha sido el responsable de presentar el proyecto y formar un equipo conjunto de investigadores estadounidenses y afganos. Este equipo ha centrado la mayor parte de su labor en lugares cercanos a ciudades que están viviendo un proceso de rápido desarrollo y áreas identificadas por el US Geological Survey (“Servicio Geológico de los Estados Unidos”) como de alta prioridad para la explotación minera.
Formación de un pequeño grupo de investigadores en el yacimiento de Tepe Maranjan (Kabul), octubre del 2016. (Alejandro Gallego)
Hasta ahora, los investigadores han descubierto que los yacimientos arqueológicos están en mayor riesgo a causa de la urbanización y el saqueo que por una potencial actividad minera, recibiendo paradójicamente esta última mayor atención por parte de los medios de comunicación. Actualmente, Stein está tratando de impedir la destrucción de yacimientos arqueológicos en Afganistán trabajando conjuntamente con el Instituto Afgano de Arqueología con sede en Kabul y la Universidad Politécnica de Kabul para crear un Sistema de Información Geográfica (SIG) que pueda ayudar en la planificación de futuras actividades urbanísticas, constructivas y de explotación minera.
Otra amenaza para los yacimientos arqueológicos de Afganistán son los talibanes, quienes destruyeron los Budas de Bamiyan en el año 2001. Sin embargo, los investigadores afirman haber visto una mayor destrucción produciéndose en los antiguos lugares situados en territorio no controlado por los talibanes.
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El yacimiento de Qarawal Tepe, situado en el norte de Afganistán, ha sido extensivamente saqueado --la imagen del 2013 nos muestra el lugar marcado por miles de hoyos excavados ilícitamente. (USGS y DigitalGlobe)
Finalmente, el análisis de las imágenes de satélite muestra cientos de asentamientos que siguen el cambiante curso del río Balkhab. Los investigadores han descubierto que, al conectar los datos de emplazamientos ya conocidos con el movimiento del río, podrán datarse un mayor número de los asentamientos recientemente descubiertos.
Algunos yacimientos arqueológicos conocidos del norte de Afganistán siguen cursos activos y paleocanales del río Balkhab; el personal de CAMEL ha mapeado miles de ellos utilizando imágenes de satélite, lo que incluye los lugares marcados en la fotografía. (Google Earth)
Imagen de portada: Imagen de satélite que muestra uno de los caravasares (posadas para caravanas) del siglo XVII que servían de albergue a las personas y animales que recorrían la Ruta de la seda. Fuente: Digitalglobe, Inc.
Autor: Alicia McDermott
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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