Investigadores detectan en una momia egipcia el caso más antiguo conocido de insuficiencia cardíaca
Se ha detectado el caso más antiguo conocido de insuficiencia cardíaca en la momia de Nebiri, Jefe de los Establos Reales, que vivió hace 3.500 años en Egipto. La cabeza de Nebiri fue descubierta en 1904 en una tumba saqueada, junto con un vaso canopo roto que contenía algunos de sus órganos internos. Recientemente se ha permitido a un equipo de investigadores realizar pruebas sobre los sus tejidos, ya que el vaso canopo no estaba intacto.
“La cabeza está casi totalmente al descubierto, pero en buen estado de conservación. Al estar parcialmente roto el vaso canopo grabado con el nombre del dios Hapy, guardián de los pulmones, pudimos tener acceso directo a las muestras,” explicó la antropóloga Raffaella Bianucci a Discovery News. Bianucci trabaja en la sección de medicina legal de la Universidad de Turín.
El equipo de investigación del que forma parte Bianucci ha hecho oficial el anuncio en una conferencia internacional de Egiptología en curso durante la semana del 23 de Agosto del 2015, en Turín. El resto de investigadores del equipo proceden de las universidades de Munich, York y Turín.
Los restos de Nebiri, que fueron descubiertos en el Valle de las Reinas de Luxor, se alojan ahora en el Museo Egipcio de Turín. Bianucci informó de que su edad en el momento de su muerte debía estar entre los 45 y los 60 años. Nebiri vivió durante el reinado de Tutmosis III, del 1479 al 1424 a. C., faraón de la XVIII Dinastía.
El Valle de las Reinas cerca de Luxor, en Egipto, visto desde un globo aerostático (Foto: Zureks/Wikimedia Commons)
Las causas principales de la insuficiencia cardíaca son la alta presión sanguínea, desórdenes metabólicos del miocardio, isquemia y enfermedades vasculares, según informa Discovery. Los investigadores creen que la causa de la insuficiencia cardíaca de Nebiri era la hipertensión.
“Un análisis sistemático del contenido del vaso canopo podría ayudar a determinar si la enfermedad era más frecuente entre nuestros ancestros o su incidencia se ha incrementado en nuestra época,” afirmó Bianucci. En la actualidad unos 20 millones de personas de todo el mundo sufren de insuficiencia cardíaca crónica.
Nebiri padecía también una grave enfermedad periodontal con abscesos, lo que se descubrió gracias a una tecnología llamada Tomografía Computadorizada Multidetector y a una reconstrucción tridimensional de su calavera.
Los encargados de momificar a Nebiri intentaron extraer sus sesos, aunque parte del tejido cerebral quedó en el interior de su cavidad craneal. A continuación, los embalsamadores rellenaron con lino sus ojos, nariz, boca, orejas, mejillas y calavera.
El equipo de modernos investigadores detectó una escasa calcificación, síntoma de arterioesclerosis, en la arteria carótida. “Solo observamos una diminuta mota de calcio. Ya que el resto del cadáver se perdió, resulta imposible determinar si también había calcificación en otras paredes arteriales,” explicó Bianucci. Un examen de los pulmones demostró la existencia de lo que el equipo de investigación llamó “células de insuficiencia cardíaca” y evidenció además un edema pulmonar, con fluido presente en los sacos alveolares de los pulmones.
“Cuando el corazón no es capaz de bombear eficientemente, la sangre puede retroceder en dirección a las venas, que ya la reciben de los pulmones. Al incrementarse de este modo el flujo sanguíneo y por tanto la presión, el fluido se proyecta en los espacios libres que puedan quedar en los pulmones,” explicó Bianucci.
La experta momificación de los restos de Nebiri se llevó a cabo de forma excelente, y rivaliza incluso con la de algunos personajes de la realeza de su tiempo, según declaró la Egiptóloga Joanne Fletcher, de la Universidad de York, en Inglaterra. La alta calidad del embalsamamiento ha permitido a los investigadores diagnosticar más fácilmente los trastornos médicos que padecía Nebiri. Los procedimientos químicos empleados para embalsamarle fueron muy avanzados.
“Era una compleja mixtura de grasa animal o aceite vegetal, una planta balsámica o aromática y resinas de terebinto y de una conífera que no crecía en Egipto,” afirmó el químico arqueólogo Stephen Buckley de la Universidad de York. “Los últimos tres ingredientes contienen compuestos fuertemente antibacterianos, así que sin duda ayudaron a preservar este cuerpo junto con sus pulmones.”
Otros investigadores están trabajando en la reconstrucción del rostro de Nebiri.
Imagen de portada: La cabeza de Nebiri junto a un vaso canopo roto que contiene los restos de sus pulmones (Fondazione Museo Delle Antichità Egizie/Raffaella Bianucci)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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