Hallados en Taiwán los restos de una madre de hace 4.800 años con su hijo en brazos
Un equipo de arqueólogos ha descubierto en Taiwán el esqueleto de una mujer de hace 4.800 años con su hijo en brazos. El hallazgo forma parte de uno de los 48 conjuntos de restos que se han encontrado en los alrededores de Taichung, en el centro de Taiwán. Globalmente, el descubrimiento constituye la prueba más antigua de actividad humana en esta región.
Aunque no se trata de los únicos restos óseos descubiertos en el yacimiento, el hallazgo de la mujer (probablemente madre) con el niño en brazos ha provocado una fuerte impresión en los arqueólogos. “Cuando la desenterramos, todos los arqueólogos y miembros del equipo quedamos conmocionados. ¿Por qué? Porque la madre estaba mirando al bebé que sostenía en sus brazos,” ha declarado a Reuters Chu Whei-lee, comisaria del Departamento de Antropología del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Taiwán.
Según The Huffington Post, el yacimiento fue descubierto cerca de las ruinas de la carretera de Ann He, Taichung, en el año 2014. Sin embargo, se tardó más de un año en excavar los restos. Una datación posterior de carbono-14 demostró que la antigüedad de los huesos era de unos 4.800 años.
El hallazgo de los restos de esta madre con su hijo provocó un fuerte impacto emocional en los arqueólogos que la encontraron, de manera muy similar a otros descubrimientos similares de parejas abrazadas o cogidas de la mano realizados en todo el mundo.
Un impactante ejemplo de este tipo de casos procede de una aldea de la región siberiana de Novosibirsk en la que un equipo de científicos halló 600 tumbas de la Edad del Bronce. Se sorprendieron mucho al descubrir que docenas de ellas albergaban los restos óseos de parejas enterradas juntas. Evidentemente estos individuos habían sido enterrados con gran cuidado y a menudo se encontraban frente a frente en actitud amorosa. Algunas de estas parejas incluso aparecían aún cogidas de la mano. Su ajuar funerario había sido depositado junto a los esqueletos, e incluía decoraciones de bronce, elementos de cerámica, armas, piezas de juegos y un molde o matriz en el que se fundirían pendientes y colgantes.
Pareja de la Edad del Bronce hallada en Novosibirsk, Rusia. (Amfipoli News)
“Los mejores cuentos de hadas siempre acababan con un ‘Y vivieron felices por siempre jamás, muriendo el mismo día’. Resulta bastante asombroso cómo los cuentos de hadas se convierten en realidad, al contarnos estos enterramientos de la Edad del Bronce la historia de cómo algunos individuos no se separaban ni siquiera después de su muerte,” reflexiona el arqueólogo Vasiliy Labetskiy.
Otro ejemplo fue descubierto en el 2015 en un yacimiento arqueológico cercano a las cuevas de Diros, situadas en la región griega del Peloponeso. Los arqueólogos hallaron en él una joven pareja del Neolítico abrazada. Los investigadores presentes desconocían cómo había muerto esta pareja, si fallecieron en la posición en la que se les encontró o si se les dispuso de este modo tras su muerte.
Aún tenemos otro ejemplo de septiembre del 2014, cuando se encontraron dos esqueletos cogidos de la mano en un antiguo lugar de peregrinación: la capilla de Saint Morrell de Leicestershire (Inglaterra). Según una nota de prensa publicada en el Leicester Mercury, se cree que estos restos pertenecieron a un hombre y una mujer de edad similar, aunque los investigadores no estaban seguros de su identidad. Como informa April Holloway acerca del hallazgo:
El descubrimiento de esqueletos cogidos de la mano ha dejado a menudo perplejos a los investigadores, que se preguntaban cómo era posible que murieran al mismo tiempo. Aunque el supuesto inicial habitual es que uno murió y el otro se suicidó, esto parece improbable [en este descubrimiento], ya que el suicidio era considerado un pecado en la época medieval, de modo que cualquiera que se matara no podía ser enterrado en lugar sagrado.
Restos óseos de una pareja cogida de la mano hallados en Módena, Italia. (Credit: Rex Features)
Estos descubrimientos a menudo plantean el interrogante de si los individuos murieron juntos o por separado. Se recurre frecuentemente a la idea de que el amor es capaz de vencer al tiempo y a la muerte, aunque en ocasiones también pueden apuntar a otras explicaciones más siniestras. No obstante, este tipo de hallazgos aporta siempre un punto de humanidad a las excavaciones arqueológicas, y a menudo provocan una impresión duradera en aquellos investigadores que los realizan.
Imagen de portada: Madre e hijo hallados en la ciudad de Taichung, Taiwán. (Reuters Tv/Reuters)
Autor: Alicia McDermott
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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