Cazadores neolíticos de hace 11.500 años ya utilizaban perros domesticados para capturar pequeñas presas
11.500 años atrás, en lo que hoy es el nordeste de Jordania, la gente comenzaba a vivir en compañía de perros, y podrían además haberlos utilizado para cazar, según demuestra un reciente estudio de la Universidad de Copenhague. Los arqueólogos sugieren que la introducción de perros como ayuda para los cazadores podría explicar el aumento espectacular de los restos de liebres y otras pequeñas presas entre los restos arqueológicos hallados en el yacimiento.
Los perros fueron domesticados por los seres humanos en el Próximo Oriente en una época tan antigua como hace 14.000 años, pero si fue un hecho accidental o deliberado es algo que por el momento no está claro. Una nueva investigación realizada por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Copenhague y el University College de Londres, publicada en la revista Journal of Anthropological Archaeology (“Revista de Arqueología Antropológica”), podría sugerir que el ser humano valoraba las habilidades de rastreo y caza de los primeros perros más de lo que creíamos hasta ahora.
La nueva investigación demuestra que los seres humanos valoraban las habilidades de rastreo y caza de los primeros perros más de lo que creíamos hasta ahora. (world-mysteries)
El estudio de los huesos de animales procedentes del asentamiento de hace 11.500 años conocido como Shubayqa 6, ubicado en el nordeste de Jordania, no sólo sugiere que los perros estaban presentes en esta región ya en el inicio del período Neolítico, sino que además apunta a que probablemente perros y humanos cazaran animales juntos:
“El estudio del importante conjunto de huesos animales procedentes de Shubayqa 6 reveló una gran proporción de huesos con signos inequívocos de haber pasado por el tracto digestivo de otro animal; estos huesos son tan grandes que no pueden haber sido ingeridos por seres humanos, sino que deben haber sido digeridos por perros,” explicaba la zooarqueóloga y autora principal del estudio Lisa Yeomans.
Estos huesos de gacela hallados en el Espacio 3 del asentamiento neolítico Shubayqa 6 muestran evidencias de haber estado en el tracto digestivo de un carnívoro. (Universidad de Copenhague)
Lisa Yeomans y sus colegas han sido capaces de demostrar que el asentamiento Shubayqa 6 estaba habitado durante todo el año, lo que sugiere que los perros convivían con los seres humanos de forma continua, en lugar de visitar el lugar cuando estaba desocupado:
“Los perros no se quedaban en los límites del poblado, sino que debían estar estrechamente integrados en todos los aspectos de la vida cotidiana y se les permitía vagar libremente por todo el asentamiento, alimentándose de huesos desechados y defecando dentro del lugar y en sus alrededores.”
Una de las estructuras excavadas en Shubayqa. (Universidad de Copenhague)
¿Ayudaron las nuevas técnicas de caza a aumentar las capturas de pequeñas presas?
Cuando Yeomans y sus colaboradores examinaron los datos analizados, observaron también un curioso aumento en el número de liebres en la época en la que los perros aparecen en Shubayqa 6. Las liebres eran cazadas por su carne, aunque los habitantes de Shubayqa 6 también utilizaban sus huesos para hacer abalorios. El equipo piensa que es probable que la aparición de los perros y el incremento en el número de liebres capturadas estén relacionados.
Fragmentos de huesos de liebre como subproducto de la manufactura de abalorios de hueso. De izquierda a derecha –metapodio distal de una liebre con cortes alrededor del eje; húmero y radio de liebre pulimentados con marcas de corte; y húmero quemado de liebre con cortes transversales profundos. (Yeomans, Martin, y Richter 2019)
“El uso de perros para la caza de presas más pequeñas y rápidas, como liebres y zorros, tal vez conduciéndolas al interior de recintos, podría aportar una explicación que estaría en consonancia con las pruebas que hemos reunido. La larga historia del uso del perro para cazar presas, tanto pequeñas como más grandes, es bien conocida en la región, y sería extraño no considerar la caza con la ayuda de perros como una probable explicación para la repentina abundancia de presas más pequeñas en el registro arqueológico” explicaba Lisa Yeomans.
“La variación también puede asociarse con un cambio en la técnica de caza, desde un método, como el uso de redes, que viera una parte no selectiva de la población de liebres capturada, a un método selectivo de caza en el que animales individuales fueran el objetivo. Esto último podría haberse logrado con perros,” apostillaba la investigadora.
Del lobo al perro doméstico actual. (CC BY SA 4.0 )
Imagen de portada: Los cazadores neolíticos de lo que hoy es Jordania utilizaban perros domesticados como compañeros de caza. Fuente: Mr. Meiners Sixth Grade Social Studies
Este artículo, titulado originalmente ‘11,500-year-old animal bones in Jordan suggest early dogs helped humans hunt,’ fue publicado originalmente en Science Daily.
Fuente: Universidad de Copenhague – Facultad de Humanidades. “11,500-year-old animal bones in Jordan suggest early dogs helped humans hunt.” ScienceDaily. ScienceDaily, 15 de enero del 2019.
Referencia:
Lisa Yeomans, Louise Martin, Tobias Richter. ‘Close companions: Early evidence for dogs in northeast Jordan and the potential impact of new hunting methods.’ Journal of Anthropological Archaeology, 2019; 53: 161 DOI: 10.1016/j.jaa.2018.12.005
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