Supuesta momia egipcia de una mujer expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid es realmente de un sacerdote llamado Nespamedu
A menudo pasan muchos años antes de que se pueda evaluar en su totalidad la importancia de un descubrimiento arqueológico. Éste ha sido el caso de una enigmática momia expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Después de un estudio exhaustivo, los expertos establecieron que se trata de la momia de un sacerdote muy importante y médico de la corte de un poderoso faraón. La investigación también ha permitido a los especialistas comprender mejor la naturaleza de la sociedad egipcia y sus creencias en la vida de ultratumba.
La momia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid
La momia lleva en posesión de este museo español desde la década de 1920, y durante mucho tiempo se pensó que era de una mujer. Poco más se sabía de este cadáver momificado, al estar firmemente atado por sus vendajes. Sin embargo, la tecnología ha permitido a un equipo del Museo Arqueológico Nacional de Madrid examinar al cadáver sin dañar la momia. El equipo ha tomado casi 2.800 imágenes mediante escáner, lo que ha posibilitado reconstruir una imagen completa del individuo fallecido.
Los científicos hicieron uso de un análisis tomográfico para crear una representación de la momia. Esta técnica utiliza rayos X para desarrollar la imagen de un corte transversal del cadáver momificado. Los científicos realizaron un estudio del cadáver que se prolongó durante quince horas y al que llamaron “Operación Tomografía Computarizada de la Momia”, según el Inquisitr. El estudio se llevó a cabo en el 2016, pero sus resultados sólo se han hecho públicos recientemente.
Tomografía del cráneo de la momia. (Imagen: MAN)
Nespamedu: oculista y sacerdote
Sorprendentemente, se descubrió que la momia no era de una mujer, sino de un hombre. Según el Inquisitr, ‘se descubrió que pertenecía al oftalmólogo personal del faraón egipcio Ptolomeo II.’ El cuerpo era de un sacerdote llamado Nespamedu, quien había sido en el pasado médico personal de por lo menos uno, si no dos, miembros de la dinastía Ptolemaica. Se cree que Nespamedu trató a Ptolomeo II y probablemente también a Ptolomeo III. Estos reyes eran miembros de una dinastía helenística que llegó al poder en Egipto después de las guerras civiles conocidas como Guerras de los Diádocos, que asolaron los reinos de Alejandro Magno tras su muerte.
Existen evidencias documentales de que el médico vivió entre los años 320 a. C. y 200 a. C. Como muchos otros destacados médicos ‘también habría ejercido un tiempo trabajando en la clínica de Imhotep-Asclepius’ ubicada en el Serapeum de Menfis, según el Inquisitr. Éste era un centro religioso dedicado al dios de la curación, donde los creyentes rezaban para rogar una buena salud y también recibían tratamiento médico de unos sacerdotes que eran además médicos capacitados. La religión y la medicina no estaban separadas en Egipto en aquella época.
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Eliminación de capas mediante escáner y posterior reconstrucción del posible rostro del sacerdote. (Imagen: MAN)
Nespamedu también habría pasado una cantidad considerable de tiempo en la corte del faraón, situada en la nueva capital egipcia de Alejandría. Al parecer se especializó en el tratamiento ocular, y probablemente fuera el oftalmólogo personal del faraón. Como tal, habría mantenido un estrecho contacto con el soberano absoluto de Egipto y su imperio.
El análisis reveló que bajo los vendajes había un gran número de placas, amuletos y joyas, lo que indica que Nespamedu era un personaje muy rico y miembro de la élite. Los amuletos y las placas fueron diseñados para asegurar que el sacerdote estuviera bien preparado antes de emprender su viaje al inframundo. Los antiguos egipcios creían que estos objetos poseían propiedades mágicas que ayudaban a los difuntos en su tránsito al más allá.
Creencias en la vida de ultratumba
El Daily Mirror informa de que ‘las exploraciones revelaron ocho placas en diferentes partes de la momia, representando a varias deidades.’ Las placas incluyen representaciones de algunos de los más importantes dioses del panteón egipcio, como Isis, Anubis y Thot. La presencia de una placa con la imagen de Thot no es de extrañar, ya que era el dios de los oculistas. En la mitología egipcia, Thot dio un nuevo ojo al dios Horus después de librar éste una batalla contra el temible Seth, dios del caos, las tormentas y la violencia.
Thot, dios egipcio de la escritura, el conocimiento y, al parecer, también de los oculistas. (CC BY-NC-SA 2.0)
Los dioses de las placas habían sido cuidadosamente seleccionados. Probablemente, todos ellos representaran deidades importantes en las creencias personales del médico, consideradas por Nespamedu como beneficiosas para su vida y sus esperanzas de alcanzar la felicidad en el más allá. Las placas también fueron diseñadas para demostrar las capacidades personales del sacerdote, que le permitieron entrar en los más altos círculos de la sociedad de su tiempo y enriquecerse.
El análisis tomográfico de la momia nos ofrece una información única sobre la vida y las creencias en el antiguo Egipto durante la época ptolemaica. Demuestra claramente que, a pesar del ascenso al poder de una dinastía no egipcia, las creencias egipcias tradicionales se mantuvieron firmes y siguieron siendo populares incluso entre aquellos que servían a la nueva élite de origen greco-macedonio. El estudio también muestra que quienes servían al faraón podían llegar a ser muy ricos e influyentes, revelando además que los antiguos egipcios mantenían a menudo una relación muy personal con sus dioses, basada en sus circunstancias y experiencias personales.
Imagen de portada: El análisis de las imágenes obtenidas mediante tomografía computarizada ha revelado que una momia egipcia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid no es de una mujer como se creía hasta ahora, sino de un sacerdote llamado Nespamedu. Fuente: MAN
Autor: Ed Whelan
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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