Cerveceros y arqueólogos recrean una antigua bebida alcohólica según una receta alemana de hace 2.500 años
En lo que supone una de las más recientes noticias relacionadas con la arqueología, ha sido descubierto en Alemania un caldero de bronce en el interior de una sepultura de los años 400 a. C. – 450 a. C. Las paredes de este recipiente contenían los valiosos restos de una bebida preparada según una antigua receta. Ahora, los investigadores han conseguido recrear esta antigua bebida.
Según ZME Science, Bettina Arnold, investigadora de la Univesidad de Wisconsin-Milwaukee, ha examinado esta sepultura hallada en Suabia, Alemania y datada en el siglo V a. C. La investigación de esta tumba estaba vinculada al descubrimiento de un túmulo consistente en un montículo de tierra y piedras talladas que cubre un enterramiento. El asentamiento fue fundado entre los siglos VII a. C. y V a. C.
Caldero de bronce hallado en el transcurso de las excavaciones realizadas en Suabia, Alemania. Fotografía: Bettina Arnold
Este recipiente o caldero de bronce, descubierto en el interior de la tumba, llamó inmediatamente la atención de la investigadora. Arnold se preguntaba por qué aquella comunidad lo habría depositado en la tumba, y la razón por la que habrían necesitado beber del alcohol de su interior. En su opinión, el caldero habría contenido en el pasado unos 14 litros de una bebida alcohólica que quizás fuera utilizada por el espíritu del difunto para presentarse ante los dioses como un personaje importante.
El ‘Baco’ de Caravaggio. (Public Domain) Baco era el dios romano del vino.
La tumba en la que los investigadores hallaron este fascinante caldero se encuentra en el propio túmulo (conocido como Túmulo 17, Tumba 6). Aunque los investigadores no encontraron ningún esqueleto, disuelto probablemente por la acidez del suelo, el ajuar funerario sugiere que la tumba perteneció a un hombre. Habría sido enterrado en una cámara tradicional de roble. Una espada de hierro, un casco y dos largas lanzas también de hierro enterrados en el interior del túmulo sugieren que el hombre era además un guerrero.
Escribía Bettina Arnold en su blog:
A su lado derecho fue colocada una espada cortante de 55 centímetros de largo con una empuñadura en forma de cabeza de pájaro dentro de una funda de cuero de vaca envuelta en telas, mientras que al izquierdo se depositó una pieza de hierro utilizada para adosar un penacho de plumas a un casco de cuero. Basándonos en la presencia de ambas lanzas, la espada y el casco, podemos datar el enterramiento aproximadamente en el 450 a. C. A sus pies se encontraba el caldero de bronce, envuelto en telas, un hallazgo muy raro en esta región de Europa para el período de la Edad de Hierro.
El ajuar funerario hallado en la tumba: un caldero, dos lanzas de hierro, una espada y la pieza de un casco. (Bettina Arnold)
El análisis paleobotánico del contenido del recipiente ha permitido a los investigadores descubrir los ingredientes de la receta de esta bebida. Encontraron en su composición levadura, cebada, miel, ulmaria y menta.
El paleobotánico Manfred Rösch y la restauradora Tanja Kreß examinan el antiguo caldero en Tubinga, Alemania. (Bettina Arnold)
Arnold continuó con sus investigaciones en la Milwaukee's Lakefront Brewery, empresa cervecera del estado de Milwaukee cuyo maestro bodeguero Chad Sheridan (experto en cervezas caseras con miel) ha ayudado a recrear el proceso de preparación de esta antigua bebida.
El resultado ha sido una bebida suave y agradable cuyo sabor ha sido descrito como un Oporto seco con un toque herbal de menta. Aunque desde la empresa Lakefront Brewery se asegura que el producto tiene buen sabor, es improbable que se comercialice en los bares a corto plazo.
Arnold ha comentado además que “con un [alcohol en volumen] de más del 8 por ciento, no es el licor dulce de la abuelita, y aunque añadir miel en este punto probablemente la haría más bebible para los [actuales] consumidores de hidromiel, decidimos dejarla tal cual.”
Chad Sheridan y Mike Vergolina preparan la antigua bebida. (Bettina Arnold)
Parece que cada vez que surge la oportunidad de recuperar la receta de alguna antigua bebida alcohólica, los investigadores deciden aprovecharla, independientemente de si el brebaje resulta especialmente agradable al paladar o no.
Como informaba Mark Miller en Ancient Origins en enero de este mismo año: “Patrick McGovern está trabajando con una destilería para recrear antiguas cervezas de todo el mundo, originarias de Turquía, Egipto, Italia, Dinamarca, Honduras y China. Este ‘arqueólogo del alcohol’ cree que podría incluso ser capaz de preparar una bebida procedente de Egipto que tendría 16.000 años de antigüedad. [...] McGovern está empleando tecnología moderna para detectar trazas de antiguos ingredientes en los hallazgos arqueológicos. Además, la destilería Dogfish Head ha producido antiguas cervezas utilizando recetas africanas, sudamericanas y finlandesas de hace siglos.”
Miller hace referencia también a otro ejemplo del año 2013 en el que la cervecería Great Lakes de Ohio, “asesorada por arqueólogos de Chicago, intentó elaborar una antigua cerveza sumeria cuya receta databa de hace 5.000 años. [...] Great Lakes intentó replicar esta antigua cerveza sumeria empleando únicamente una cuchara de madera y recipientes cerámicos modelados a imitación de otros hallados en excavaciones arqueológicas de Iraq. Consiguieron maltear con éxito cebada en el tejado de la cervecería, y también utilizaron un denso y compacto “pan de cerveza” para obtener la levadura activa. El experimento dio como resultado una cerveza llena de bacterias, cálida y ligeramente agria.”
Texto protocuneiforme en el que se habla de la entrega de una remesa de cerveza. Tablilla procedente probablemente del sur de Iraq, Período Prehistórico Tardío (3100 a. C. – 3000 a. C.) (Takomabibelot/ CC BY 2.0)
Imagen de portada: Copa de cerveza sobre viejos barriles (Public Domain).
Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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