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Portada-Principal: Paneles laterales del retrato de Oswald Krell, pintado por Durero en 1499, en el que aparecen dos “Hombres Silvanos”, o “hombres de los bosques.” (Wikimedia Commons). Detalle: El Hombre Salvaje cuenta con una larga historia en los mitos y leyendas de la humanidad. Esta fotografía muestra el mango de cuchara hallado cerca de Ipswich. (Fotografía: Suffolk County Council Archaeological Service)

Declarada tesoro nacional británico la pequeña figura metálica de un ‘Hombre Salvaje’

Buscadores aficionados equipados con detectores de metales hallaron hace dos años el mango de una cuchara que representa la figura de un Hombre Salvaje, un ser peludo de leyenda armado con un garrote que existía en los límites de lo civilización en épocas remotas. Las historias acerca del Hombre Salvaje difieren: en algunas de ellas era un profeta, o un hombre que se volvía loco de dolor al perder a algún ser querido; en otras, encarnaba a un héroe que acababa con un monstruo.

La BBC informa de que hace dos años, buscadores equipados con detectores de metales hallaron esta figurita metálica del siglo XV. Fue declarado tesoro nacional británico en una encuesta realizada la semana pasada en Ipswich. La cuchara probablemente fuese propiedad de un individuo de clase media o alta, y quizás fuera algún tipo de advertencia sobre el comportamiento, según el profesor Ronald Hutton de la Universidad de Bristol. Hutton ha declarado a la BBC que el Hombre Salvaje era ‘bárbaro, caótico y descontrolado’.

 

 

Se tiene noticia de antiguos escritos sobre el Hombre Salvaje de la Europa medieval ya en la España del siglo IX. Habitualmente aparece en pinturas o se le describe en la literatura, no es habitual que se le represente en objetos como el mango de una cuchara.

El Hombre Salvaje cuenta con una larga historia en los mitos y leyendas de la humanidad. Esta fotografía muestra el mango de cuchara hallado cerca de Ipswich. (Fotografía: Suffolk County Council Archaeological Service)

El Hombre Salvaje cuenta con una larga historia en los mitos y leyendas de la humanidad. Esta fotografía muestra el mango de cuchara hallado cerca de Ipswich. (Fotografía: Suffolk County Council Archaeological Service)

Pero los relatos acerca del Hombre Salvaje son aún más antiguos, remontándose hasta hace 5.000 años o puede que incluso más. Mitos y leyendas desde Asia hasta Europa, pasando por el Medio Oriente, nos hablan de hombres que ya por su propia decisión o por la fuerza  se refugiaban en la naturaleza para llevar una vida salvaje y animal. El propio Buda vivió como asceta en el bosque por un tiempo tras abandonar su cómoda vida de príncipe. Asimismo, se dice que Jesús se retiró al desierto durante cuarenta días con sus noches para ser puesto a prueba por el Diablo. El primo de Jesús, Juan Bautista sería otro hombre salvaje bíblico: vestía ropas de piel de camello, se alimentaba de langostas y miel y vagaba por el desierto profetizando sobre el Fin de los Tiempos.

Leemos en “Hombre, Mito y Magia: Enciclopedia de lo Sobrenatural”:

Una de las terribles criaturas que se pueden encontrar en los bosques de leyenda, y antiguamente también en los bosques de la realidad, es el Hombre de los Bosques, hombre salvaje que habita en la espesura. El propio Perceval es en cierto modo un hombre salvaje, en el sentido de que es un ‘hombre de la naturaleza’ o ‘noble salvaje’, criado en plena Naturaleza, lejos de la civilización, tan ignorante de las costumbres del mundo que cuando ve por primera vez a los caballeros de Arturo con sus cotas de malla los toma por ángeles.

Paneles laterales del retrato de Oswald Krell, pintado por Durero en 1499, en el que aparecen dos “Hombres Silvanos”, o “hombres de los bosques.” (Wikimedia Commons)

Paneles laterales del retrato de Oswald Krell, pintado por Durero en 1499, en el que aparecen dos “Hombres Silvanos”, o “hombres de los bosques.” (Wikimedia Commons)

Un ‘hombre de los bosques’ más ortodoxo es el héroe de Sir Orfeo, un poema medieval inglés basado en la leyenda griega de Orfeo. Sir Orfeo se refugia en el bosque cuando su amada esposa es raptada por las hadas. En su desesperación, decide no volver a mirar jamás a una mujer y vivir en la naturaleza con las bestias salvajes, en los antiguos bosques. Allí duerme sobre el suelo, come frutas y bayas en verano y en invierno no tiene más remedio que escarbar para alimentarse de raíces, además de masticar hierba y cortezas de árbol. Adelgaza terriblemente, y su barba crece larga y desgreñada, pero en los días en los que luce el sol, toca el arpa. Todas las bestias del bosque le rodean cuando lo hace, y los pájaros se agolpan en las ramas para oír el dulce son de su arpa.

Sir Orfeo recupera a su amada cuando la ve junto al rey de las Hadas, acompañado de su corte de damas y caballeros.

Otra conexión con la leyenda artúrica es Merlín, de quien dice la tradición que se volvió loco y acabó vagando por los bosques como castigo por haber instigado la guerra. Los relatos de Merlín, o Myrddin como ‘Hombre Salvaje de los Bosques’ que habita en el Bosque Caledonio tienen su correspondencia en los antiguos cuentos escoceses de Lailoken, otro hombre salvaje profético. Algunos dicen que las leyendas de Merlín como profeta sumido en la Naturaleza deben todo su contenido a estos antiguos relatos escoceses.

Hay también correspondencias con Sileno, de Asia Menor, dios de los bosques a quien algunos intentaban atrapar para obligarle a cantar y profetizar. Se decía de él que era el más viejo de todos los sátiros, seres que acompañaban a menudo a Dionisos en sus celebraciones con las ninfas.

Tablilla con un fragmento en escritura cuneiforme del poema épico de Gilgamesh, datado entre el 2003 a. C. y el 1595 a. C. (Wikimedia Commons)

Tablilla con un fragmento en escritura cuneiforme del poema épico de Gilgamesh, datado entre el 2003 a. C. y el 1595 a. C. (Wikimedia Commons)

También se ha equiparado al Hombre Salvaje con Enkidu, de la antigua Mesopotamia, agreste a diferencia de Gilgamesh, héroe civilizado y culto. Ambos forman un tándem de héroes y matadores de monstruos. En Babilonia, Enkidu se convirtió en el dios patrón de los animales, ya que en  la epopeya de Gilgamesh presenta muchas cualidades similares a las de las bestias.

Dice Gilgamesh de Enkidu, creado por la diosa Aruru:

“Estaba en él la virtud del dios de la guerra, la del propio Ninurta. Su cuerpo era hirsuto, y llevaba el pelo largo como una mujer; sus cabellos ondeaban como los de Nsabaa, diosa del trigo. Su cuerpo estaba cubierto de pelo enmarañado, como el de Samuqan, dios del ganado. Era inocente en lo relacionado con la humanidad; no sabía nada acerca de cómo cultivar la tierra. Enkidu comía hierba en las colinas con las gacelas y acechaba junto con las bestias salvajes en las charcas; disfrutaba en el agua jugando con las manadas de animales. [...] Es el más fuerte del mundo, es como un inmortal que hubiera bajado de los cielos. Recorre las colinas con las bestias salvajes y se alimenta de pasto.”

Imagen de portada: Principal: Paneles laterales del retrato de Oswald Krell, pintado por Durero en 1499, en el que aparecen dos “Hombres Silvanos”, o “hombres de los bosques.” (Wikimedia Commons). Detalle: El Hombre Salvaje cuenta con una larga historia en los mitos y leyendas de la humanidad. Esta fotografía muestra el mango de cuchara hallado cerca de Ipswich. (Fotografía: Suffolk County Council Archaeological Service)

Autor: Mark Miller

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

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Mark Miller

Mark MillerEs un escritor de Ancient-Origins. Tiene una licenciatura en periodismo, es editor y escritor de periodicos y revistas, desde mucho se interesa de la antropología, la mitología y la historia antigua. Sus hobbies son escribir y dibujar. Lee mas
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