Descubierta en el Cáucaso nueva rama de antepasados de los europeos
Antiguas poblaciones de cazadores-recolectores sobrevivieron al parecer a la última Edad del Hielo aislados en la región montañosa del Cáucaso durante milenios, mezclándose más tarde con otras poblaciones ancestrales. De este mestizaje nació la cultura Yamnaya, que finalmente extendería el patrimonio genético de este linaje de cazadores-recolectores desde el Cáucaso hasta Europa Occidental.
La primera secuenciación realizada a partir de antiguos genomas extraídos de restos humanos que se remontan a finales del Paleolítico Superior, hace más de 13.000 años, ha revelado una “cuarta rama” hasta ahora desconocida de antiguos ancestros europeos.
Este linaje recién descubierto deriva de poblaciones de cazadores-recolectores que se separaron de los cazadores-recolectores occidentales poco después de la expansión migratoria procedente de África que tuvo lugar hace unos 45.000 años, y continuaron su camino hasta asentarse en las montañas del Cáucaso, cerca de lo que hoy es la frontera de Rusia con Georgia.
La mayor parte de estos cazadores-recolectores permanecieron en el Cáucaso durante milenios, quedando cada vez más aislados a medida que la Edad del Hielo culminaba en su último ‘Máximo Glacial’ de hace unos 25.000 años, que soportaron al abrigo relativo de las montañas del Cáucaso hasta que el definitivo deshielo les permitió emigrar y entrar en contacto con otras poblaciones, probablemente procedentes de regiones más al este.
Esto condujo a una mezcla genética que dio como resultado el nacimiento de la cultura Yamnaya: pastores de la estepa que se introdujeron en Europa Occidental a lomos de sus caballos hace aproximadamente 5.000 años, y es probable que fueran los responsables del inicio de la Edad del Bronce y trajeran con ellos la metalurgia y la cría de algunos animales domésticos, junto con su patrimonio genético ancestral de cazadores-recolectores del Cáucaso, presente a día de hoy en casi todas las poblaciones del continente europeo.
‘En las montañas del Cáucaso, 1879’, obra de Lev Feliksovich Lagorio (Public Domain)
Un equipo internacional encabezado por científicos de la Universidad de Cambridge, el Trinity College de Dublín y el University College, también de Dublín, es responsable de la investigación. Sus descubrimientos han sido publicados recientemente en la revista Nature Communications.
“La cuestión acerca de la procedencia de los Yamnaya había sido algo misterioso hasta ahora,” afirma uno de los autores principales del estudio, el Dr. Andrea Manica, del Departamento de Zoología de Cambridge.
Manica añade al respecto: “Ahora podemos dar respuesta a este interrogante ya que hemos descubierto que su estructura genética es una mezcla de cazadores-recolectores de la Europa del Este con la población de esta “bolsa” de cazadores-recolectores del Cáucaso que al parecer pasaron gran parte de la última glaciación aislados. Esta bolsa del Cáucaso dio origen a la cuarta de las ramas genéticas principales de los antiguos antepasados de los europeos, y hasta ahora no teníamos constancia de ella.”
El profesor Daniel Bradley, que dirige las investigaciones del equipo del Trinity College de Dublín, ha afirmado sobre esta cuestión: “Esta es una nueva pieza de gran importancia en el rompecabezas de nuestros antepasados, cuya influencia está presente en la actualidad en casi todas las poblaciones del continente europeo y en muchas de otros continentes.”
Hasta ahora, los antiguos genomas euroasiáticos habían revelado solamente tres de las poblaciones ancestrales que contribuyeron a la composición genética de los europeos contemporáneos, aunque en grados diferentes, según afirma el Dr. Manica.
Reconstrucción de un típico individuo Yamnaya de las estepas rusas que rodean al mar Caspio, ca. 3000 a. C. -2800 a. C., realizada a partir de un cráneo de esta cultura. Los Yamnaya eran de elevada estatura y enterraban a sus muertos en profundas fosas cubiertas por un pequeño túmulo. Fotografía: Alexey Nechvaloda
Tras la expansión migratoria procedente de África, algunas poblaciones de cazadores-recolectores emigraron al noroeste, acabando por colonizar gran parte de Europa desde España hasta Hungría, mientras que otras poblaciones se asentaron en torno al Mediterráneo Oriental y el Próximo Oriente, donde desarrollarían la agricultura hace unos 10.000 años. Estos antiguos agricultores se expandieron a continuación hacia el oeste y colonizaron nuevamente Europa, esta vez desde el este.
Por último, a principios de la Edad del Bronce, hace unos 5.000 años, se produjo una nueva oleada migratoria desde las estepas de Eurasia en dirección a Europa Occidental: eran los Yamnaya.
No obstante, la secuenciación del antiguo ADN recuperado en dos enterramientos diferentes del oeste de Georgia, uno de ellos con una antigüedad de unos 13.000 años y el otro de hace casi 10.000, ha permitido a los científicos revelar que los Yamnaya debían la mitad de su patrimonio genético a una fuente de cazadores-recolectores genéticamente diferenciada y desconocida hasta ahora: la cuarta rama.
Gracias a la lectura de su ADN, los investigadores han podido determinar que el linaje de esta cuarta rama de cazadores-recolectores del Cáucaso se separó de los cazadores-recolectores de Europa occidental justo después de adentrarse en Europa el ser humano anatómicamente moderno procedente de África.
Vista de la cueva Satsurblia, situada al oeste de Georgia y en la que fue descubierto un hueso temporal derecho humano de hace más de 13.000 años. El ADN extraído de este hueso ha sido utilizado en la reciente investigación.
El genoma de estos antiguos cazadores-recolectores del Cáucaso mostraba una continua mezcla con los ancestros de los primeros agricultores del Medio Oriente, lo cual, según afirma el Dr. Manica, tiene sentido, dada su relativa proximidad. Sin embargo, este mestizaje finalizó hace unos 25.000 años, justo antes del último máximo glacial, o momento de mayor incidencia de la última Edad del Hielo.
En este punto, las poblaciones de cazadores-recolectores del Cáucaso se reducen y su estructura genética se vuelve más homogénea, señal de que se cruzaban con individuos de ADN cada vez más parecido al suyo. Esta tendencia no cambió durante miles de años, al permanecer estas poblaciones aparentemente aisladas al abrigo de las montañas, posiblemente separadas de otras antiguas poblaciones por los rigores del clima durante 15.000 largos años, hasta que los movimientos migratorios se reanudaron al remitir el Máximo Glacial, momento en el que finalmente surge la cultura Yamnaya.
Según el Dr. Manica: “Sabíamos que los Yamnaya poseían este importante componente genético que no podíamos localizar, y ahora nos damos cuenta de que pertenecía a este antiguo linaje que se ocultó en el Cáucaso durante la última glaciación.”
Aunque los genes de estos cazadores-recolectores del Cáucaso llegarían finalmente hasta Europa occidental gracias a los Yamnaya, los investigadores descubrieron que también había ejercido una influencia significativa en dirección este. Una población similar debió emigrar hacia el sur de Asia en cierto momento, según afirma Eppie Jones, estudiante de doctorado del Trinity College y autor principal del artículo.
“La población de la India es una mezcla absoluta de componentes genéticos asiáticos y europeos. Los genes de los cazadores-recolectores del Cáucaso son lo más parecido que hemos encontrado al componente genético europeo presente en las poblaciones modernas de toda la India,” afirma Jones. Según los investigadores, esta rama de población podría haberse adentrado en la región junto con los grupos que introdujeron las lenguas indoarias en la India.
La extendida naturaleza del patrimonio genético de los cazadores-recolectores del Cáucaso tras su larga etapa de aislamiento tiene sentido geográficamente, en opinión del profesor del University College de Dublín Ron Pinhasi, uno de los autores principales del estudio. “La región del Cáucaso se asienta casi en una encrucijada de la masa continental euroasiática, siendo probablemente las rutas de emigración más razonables las que se dirigen hacia las regiones vecinas del este y el oeste.”
Y añade: “La reciente secuenciación de antiguos genomas procedentes de esta región clave ejercerá una importante influencia en los campos de la paleogenómica y la evolución humana en Eurasia, ya que ha aclarado lo que era una importante laguna geográfica en nuestros conocimientos sobre estos temas.”
Por su parte, David Lordkipanidze, director del Museo Nacional de Georgia y uno de los autores del artículo, señala que: “Ésta es la primera secuencia [genética] obtenida en Georgia. Estoy seguro de que pronto dispondremos de más información paleogenética procedente de nuestra rica colección de fósiles.”
Imagen de portada: El ADN fue extraído del molar de este esqueleto, datado en casi 10.000 años de antigüedad y descubierto en el refugio de roca de Kotias Klde, situado al oeste de Georgia. Fotografía: Eppie Jones.
El artículo ‘Fourth strand of European ancestry originated with hunter-gatherers isolated by Ice Age’ fue publicado originalmente por la Universidad de Cambridge y ha sido publicado de nuevo y traducido bajo una licencia de Creative Commons.
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