El Sintoísmo, cuyo nombre procede de la palabra china "Shendao", que significa "el camino de los dioses", es la fe del Japón y está basado en la celebración de numerosos rituales. Constituye la religión nativa del país y actualmente está instituida como religión estatal para que ninguna otra fe pueda introducirse en su sistema de creencias de forma duradera, tal y como sucedió hace siglos con el Budismo. La esencia del Sintoísmo, sin embargo, radica en el sistema kami o la creencia en múltiples espíritus del universo, lográndose hacer viable esta modificación al estar los japoneses más volcados en la Naturaleza y sus elementos que en dioses específicos de carácter individual. Sin embargo, a pesar de esto, el Sintoísmo tiene realmente, desde sus orígenes, un grupo principal de dioses. De hecho ha sido admirado enormemente por haber logrado mantener a estos dioses en su evolución a través de los siglos de forma coherente, pese a haber incorporado aspectos de muchas otras religiones.
Uno de los rituales más importantes del Sintoísmo es el ritual de purificación, realizado justo antes de entrar al jinja o lugar santo. En realidad se trata de una versión simplificada de un ritual de purificación mucho más largo que, por norma general, suele celebrarse en un río o una cascada. Los únicos instrumentos requeridos para este ritual son el Temizuya, un pequeño estanque o pileta con agua y el Hishaku, un largo cucharón o cazo de madera utilizado durante las abluciones. En esta versión, el visitante que se acerque al templo primero habrá de pararse delante del Temizuya. Acto seguido usará un Hishaku, tomando primero una cucharada de agua que verterá sobre su mano derecha para purificarla. A continuación hará lo mismo sobre su mano izquierda. Después el visitante purificará su boca sorbiendo el agua que previamente habrá vertido sobre su palma derecha y luego volverá a verter agua sobre su mano izquierda para purificarla de nuevo. Finalmente, el visitante purificará el Hishaku dejando que el agua sobrante discurra verticalmente por él goteando por su mango hacia abajo y volviendo, luego, a colocarlo en su sitio. El propósito de permitir al agua escurrirse a lo largo de todo el Hishaku para que vuelva al estanque se debe a la versión más larga del ritual. Conocida como "la purificación a través del agua en movimiento", en ella el agua ha de estar en constante movimiento para que el ritual se realice de forma correcta. Permitiendo al agua fluir de nuevo al estanque goteando hacia abajo por el mango del cucharón este propósito original se cumple.
Fuente de Purificación en la Entrada Principal del Templo Yasaka en Kyoto, Japón.Kyoto, Japón - 2014. Foto cedida por Checo. (bigstockphoto.com)
Cazos de purificación de templo Sintoísta. Fotografía por: darkhriss (bigstockphoto.com)
El objetivo de este ritual es limpiar al visitante del jinja. La purificación es un aspecto importante en muchas religiones, pero en el Sintoísmo es particularmente necesaria debido a las características elementales de su fe. Como se ha indicado más arriba, el Sintoísmo se define por su creencia en los kami, espíritus naturales en armonía con todos los aspectos de la madre naturaleza. Incluso los dioses individuales están asociados, íntimamente, con la naturaleza y la tierra. Los primeros dioses son, Izanagi y Izanami -esposos y hermanos a la vez- creadores de las islas del Japón y padres del dios del fuego, Kagutsuchi. Izanami murió tras el nacimiento del fuego y su esposo Izanagi dio a luz, él solo, a los tres dioses primarios: Amaterasu, diosa del sol, cuyo nieto será el fundador del linaje japonés real; Susano, dios del mar y las tormentas, asociadas tanto con el viento como con el agua; y Tsukuyomi, dios de la luna. Por tanto, antes de entrar en el lugar santo hay que limpiarse, por completo, del mundo no natural lo que se consigue simbólicamente con esta versión, breve, del ritual de purificación formal.
Izanami e Izanagi, dos poderosas deidades de Japón, y sus primeros dioses, eran esposos y hermanos a la vez. (Wikimedia Commons)
Este rito tan particular ha de ser realizado por todos aquellos que pretendan visitar el templo: sacerdotes, devotos creyentes o, incluso, turistas que deseen visitar el lugar santo. Si realmente la persona que viene al jinja lo hace movida por la fe, la ablución resulta necesaria para mantener la pureza de la atmósfera de ese lugar santo. Los sacerdotes son los que tienden a realizar el ritual completo; sin embargo esta versión más larga suele llevarse a cabo en los páramos cercanos a un río o cascada, por lo que tampoco puede realizarse en la vida diaria. Por su parte, la versión simplificada permite la purificación constante. Dicha purificación es necesaria para simbolizar la unión con el mundo natural.
Sacerdote en actitud de rezo profundo en el Templo de Dazaifu Tenmagu en Fukuoka. Japón, 2007 Foto de Chris73 (Wikimedia Commons)
El ritual es, por tanto, una circunstancia rutinaria pero sólo para quienes visitan el lugar santo. Es decir, los sintoístas no tienen por qué purificarse cada día en sus propias casas: simplemente tienen que asegurarse de hacerlo antes de acceder a su templo local. Si acudieran a su lugar santo a diario, entonces sí que se convertiría en una práctica obligada cada día. Es necesario recordar que los rituales de purificación son muy importantes en el Sintoísmo y que existen otras variantes para diferentes momentos. Los practicantes formales también celebran ritos purificadores en fechas importantes como pueden ser los cambios lunares y estacionales, o para celebrar la apertura de un nuevo jinja Sintoísta.
Templo Sintoísta Niu-Jinja, en el marco incomparable de un tranquilo bosque, 2013, fotografía por Yanajin33 (Wikimedia Commons)
Por tanto, el ritual Sintoísta antes de entrar al jinja es un aspecto muy importante para todo creyente de dicha fe. La purificación requerida antes de acceder al templo Sintoísta aumenta el deseo de lograr un alma y una mente puras a través de un acto obligatorio y necesario para realizar una correcta adoración. Incluso los que no son devotos deben participar en el ritual, así la importancia de la protección del lugar santo y del acto ritual se anteponen a la del propio individuo. Este énfasis de la totalidad por encima del individuo constituye la clave de la fe Sintoísta.
Imagen de portada: Dibujo perteneciente a un manuscrito Sintoísta de Todaiji, Nara, Japón (Wikimedia Commons)
Articulo actualizado en Junio 2023.
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Autor: Ryan Stone