La hinchada vibra. Un sol inclemente abrasa rostros, cuellos y brazos, pero jugadores y público parecen más preocupados por el destino del balón de cuero que rebota por el campo de forma endiablada. Casi pareciera que todos, desde su interior, deseasen mover el esférico con el poder de sus mentes o con los gritos de aliento que cada vez suenan más fuerte. Pero el árbitro indica el final del primer tiempo y ahora la pelota descansa bajo su brazo. No, no es el Campeonato Mundial de Fútbol. Tampoco un partido de la Eurocopa ni la final de la Copa de América. Estamos en China, en la época de la Dinastía Shang: 1.500 años antes de nuestra era.
¿Fútbol? ¿Antigua China? Sí, leyó bien. Los primeros goles se cantaron muy al este de Inglaterra, donde popularmente se cree que nació el deporte rey. Mal que le pese a muchos, la pasión de multitudes tuvo su origen en la tierra del dragón.
Conocemos bastante acerca de la creatividad de los antiguos chinos y de cuantas invenciones les debe la historia: el papel, la porcelana, la seda, la laca, la rueda, la pólvora, la brújula, la imprenta, el sismógrafo, el helado, los fuegos artificiales, el paraguas plegable, el papel moneda, el ábaco, el sistema decimal, la medicina natural, el reloj solar, la astronomía… y un largo etcétera. Pero pocos imaginan que un deporte tan popular como el llamado “fútbol” también hubiera llegado del otro lado de la Gran Muralla. Claro que en aquella época las reglas del juego eran distintas, y la forma en que lo conocemos ahora fue diseñada y perfeccionada a lo largo de la historia en distintos países de Europa. En consecuencia, el antiguo fútbol chino desapareció completamente de su nación de origen, y su versión europea nunca hizo furor en los países de Asia hasta hace unos pocos años.
“Goooooooolll”… como cada domingo, un coro de gritos apasionados inunda las canchas de grandes y pequeñas ciudades. Resulta indiscutible que hoy el fútbol se ha vuelto uno de los deportes que más corazones cautiva en el mundo. Incluso Asia y los Estados Unidos, que hasta hace pocos años permanecían indiferentes, empiezan a sucumbir ante la pasión por lo que ellos denominan “Soccer”. En Europa y América del Sur, la pregunta directa ya no es si te gusta el fútbol, sino a qué equipo perteneces. Y si hablamos específicamente de Argentina y Brasil, los dueños de la pelota en el nuevo mundo, es mejor ir pensando en ser “hincha” de un buen equipo local a tener que aguantar las burlas de los compañeros de trabajo o de la escuela durante el resto de la semana.
China fue probablemente la primera civilización en jugar una versión organizada del fútbol bajo la dinastía Han. (Imagen: La Gran Época)
Pero, ¿de dónde viene esa atracción casi mágica que muchos sienten por el “deporte rey”? ¿Cómo y dónde nacieron las ansias de llevar el balón al campo contrario?
La primera liga profesional se fundó en Inglaterra, donde nació también el fútbol moderno a mediados del siglo XIX. Sin embargo, en el siglo XIII ya existía un juego con el nombre de “football”. Había de todos modos por aquel entonces dos versiones del juego: una era embocar la pelota en la portería contraria; otra era el lanzamiento al campo (“Hurling over Country”). En la primera versión podían jugar entre 30 a 60 personas y se ganaba cuando se entraba al campo del oponente con la gran pelota de cuero. El segundo método también consistía en dos equipos y un par de porterías, que podían ser árboles, casas o cualquier referente situado a pocos kilómetros de distancia. Al igual que en la primera versión, el objetivo era alcanzar la meta contraria con la pelota.
Debido a que estos “abuelitos” del fútbol moderno carecían de toda regla, era frecuente que se produjesen víctimas fatales, tal y como sucedió en aquella oportunidad en que el equipo atacante debía cruzar un río para alcanzar la meta y decenas de jugadores resultaron muertos por ahogamiento. En este llamado entonces “fútbol de carnaval” los partidos eran muy duros y violentos, se podían utilizar manos y pies y el juego terminaba pareciéndose más al rugby que al fútbol actual. De hecho, el juego fue evolucionando hasta dar lugar a muchos de los deportes más conocidos en la actualidad: soccer, rugby, fútbol americano, fútbol australiano, fútbol canadiense, etc.
Puesto que no había un número fijo de jugadores y el espectáculo terminaba en monumentales peleas, el fútbol de carnaval fue prohibido por el rey Eduardo II y sus sucesores desde el año 1314. Pero entre el pueblo siguió siendo tan popular que la prohibición parecía no tener efecto y, a la larga, todas las prohibiciones acabaron fracasando. Así, en 1603, el rey Jacobo I aprobó de nuevo esta actividad. Posteriormente, en 1840, el antepasado más cercano al fútbol actual fue introducido en los campus de las universidades, y en 1848 la Universidad de Cambridge estableció las Reglas de Fútbol de la Universidad de Cambridge, que unificaron de manera definitiva las diferentes modalidades existentes entonces.
Song Taizu jugando al ‘cuju’ con su primer ministro Zhao Pu (趙普) y otros miembros de su gabinete. Pintura realizada durante la dinastía Yuan por el artista Qian Xuan (1235-1305). (Imagen: La Gran Época)
La idea más difundida a nivel internacional es que el fútbol tuvo su origen en Inglaterra para más tarde convertirse en “pasión de multitudes” en toda Europa y extenderse por América, África y Asia. Pero pese a su gran difusión, en el pasado reciente nunca llegó a apasionar a los orientales. Por eso, cuando en el año 2001 el vicepresidente de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), el coreano Chung Mong-Joon, reivindicó el antiguo fútbol chino ante los medios, muchos consideraron que se trataba de un guiño al régimen chino en su intento por tomar posiciones en el mundo del fútbol. Pero la polémica afirmación de Chung Mong-Joon efectivamente cuenta con bases históricas.
Según antiguos escritos, en el año 2679 a. C., durante la era del Emperador Amarillo, ya existía un juego denominado ‘Qiuju’ o ‘Cuju’ (‘Cu’: patear, lanzar; ‘Ju’: pelota). Por aquel entonces el balón consistía en una bola de pelos envuelta en cuero, y se admitía también el uso de puños y manos. Más adelante, el juego fue adaptado para permitir únicamente golpear el balón con los pies. Otras obras literarias clásicas como “Estrategias de los reinos combatientes”, además de documentos antiguos diversos, también describen el juego de pelota de la antigua China, situando su origen en la provincia de Shangdong, hace 2.300 años. Ésta es, concretamente, la fecha más antigua que los historiadores sostienen en relación con un juego de pelota, aunque por aquel entonces más bien formaba parte del entrenamiento militar.
El Qiuju también aparece en pinturas del Período de Primavera y Otoño de las dinastías Han, Song y Ming, así como en muchas reliquias de la dinastía Qing. Aparentemente, el alto desarrollo de la artesanía y el comercio que se vivió durante aquella época dotó de importantes condiciones económicas y técnicas al deporte, que se convirtió en una actividad muy popular incluso entre altos funcionarios y cortesanos.
Espejo de bronce de la Dinastía Song decorado con una escena de un partido de Qiuju. Museo Nacional de China. (BabelStone/CC BY-SA 3.0)
El juego evolucionó hasta alcanzar un sistema de reglas relativamente complejas: se jugaba en un campo de forma rectangular, orientado de este a oeste y delimitado por un muro. Cada equipo tenía doce jugadores y había dos árbitros, y en cada lado del campo había seis portones que funcionaban como las modernas porterías. El Qiuju vivió su máximo apogeo entre las dinastías Han y Tang, cuando se transformó en un juego competitivo. Además, según indican los hallazgos arqueológicos, las mujeres no estaban excluidas de este entretenimiento, aunque su juego formaba más parte de un show que de una competición. Incluso el fervor de los fanáticos o “hinchas” aparece registrado como testimonio de que el Qiuju ocasionaba peleas, heridos y hasta alguna muerte.
Durante la dinastía Tang la pelota se cambió por un balón inflado con aire y el número de portones disminuyó a dos. En esta época de esplendor el juego alcanzó Japón. Más tarde fue decayendo. Hacia el período final de la dinastía Qing (la última dinastía China), el Qiuju desapareció.
Finalmente cabe señalar que, aunque el Qiuju fuera su precursor más antiguo, es lógico que un juego como el fútbol fuera inventado y reinventado por diferentes pueblos como los mayas, los egipcios o los griegos en distintos momentos de la historia. Atajar, perseguir o patear un objeto esférico hasta el campo rival parece en nuestros días casi una pasión universal. Pero eso sí: el primer gol de la historia se cantó en China.
Imagen de portada: Detalle de ‘Cien niños en la larga primavera’ (长春百子图), pintura del artista chino Su Hanchen (苏汉臣, activo entre los años 1130 y 1160d. C.), dinastía Song. Museo del Palacio Nacional de Taipei. (Public Domain)