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Ancient Origins España y Latinoamérica

La historia de un linaje de nomarcas del antiguo Egipto revelada en las tumbas de Beni Hasan

Incluso en periodos que podríamos no considerar glamurosos, los antiguos egipcios seguían teniendo estilo. Tomemos como ejemplo los nomarcas (gobernadores/administradores) egipcios del nomo (provincia) del Oryx, Khnumhotep I y Khnumhotep II, de hace 4 mil años. Esta notable familia sirvió lealmente a la Dinastía XII de faraones egipcios y excavó en la roca su propio reino allá por el 1900 a. C. Eran los gobernadores del nomo del Oryx, siendo el oryx un tipo de antílope.

Siervo del faraón Amenemhat I, Khnumhotep I comenzó a construir un hermoso sepulcro en Beni Hasan. El nomarca creó un inmenso monumento funerario con toneladas de descripciones acerca de hasta qué punto su familia gozaba del favor del faraón, incluyendo bellos retratos que representaban a parientes y súbditos de los nomarcas. Los arqueólogos han obtenido mucha información de las biografías, tanto escritas como visuales, halladas en Beni Hasan.

Autobiografías de los gobernadores del nomo del Oryx

Khnumhotep servía a Amenemhet I. En la autobiografía de su tumba señalaba que encabezó una expedición de veinte naves a Nubia, donde expulsó a presuntos rebeldes de las tierras que ocupaban. Al volver a casa, Khnumhotep dijo: “Su Majestad me nombró conde de Menet-Khufu [una ciudad del nomo del Oryx]. Mi administración fue excelente en el corazón de su majestad...” De esta forma, decía el gobernador, “benefició” a su pueblo.

Izquierda: Entrada a la tumba BH14 del nomarca Khnumhotep I en Beni Hasan. Reinado de Amenemhat I, principios de la Dinastía XII, Imperio Medio. (Dominio público) Derecha: Mujer libia o kushita con su bebé, pintura perteneciente a la tumba de Khnumhotep I. (Dominio público)

Como muchos otros pueblos a lo largo de la historia, los egipcios crearon encarnaciones locales de sus deidades más poderosas. Curiosamente, en el nomo del Oryx la versión local del dios halcón Horus era el Horus de Hebenu, siendo Hebenu la capital del nomo. Haciendo hincapié en su importancia local, en el muro norte de la tumba de Khnumhotep I el nomarca es llamado “Un amado de Horus al frente de Hebenu, el alto funcionario Khnumhotep, justificado.” Tradicionalmente, el oryx era un símbolo de Seth, dios del caos y el desierto indómito. Según la autora Barbara Watterson, cuando el culto a Horus llegó a la ciudad dominó simbólicamente al oryx, tótem de su archienemigo (Seth) en la mitología egipcia.

Dibujo del símbolo del nomo del Oryx (decimosexto del Alto Egipto) perteneciente a la tumba del nomarca Khnumhotep II (BH3) ubicada en Beni Hasan. (Dominio público)

Tras la muerte de Khnumhotep I, sus hijos tomaron el relevo. Pero fue el nieto y tocayo de Khnumhotep I, Khnumhotep II, quien siguió a su antepasado a la hora de demostrar su talento como constructor de tumbas. Khnumhotep II era hijo de Beket, hija de Khnumhotep I, y Nehri, gobernador del nomo de la Liebre. Después de la muerte de sus tíos y la intercesión de un personaje llamado Amenemhet (que no está claro si estaba o no emparentado con esta familia), y tal vez también la de algún otro pariente, Khnumhotep II ascendió al poder. Khnumhotep II se casó con una mujer llamada Khety, hija del gobernador del nomo del Chacal, por lo que obtuvo de su madre su derecho a gobernar el territorio.

Khnumhotep II, gobernador del nomo del Oryx y mejor amigo del faraón

El impresionante templo de Khnumhotep II parece el de un faraón, con sus columnas alzándose orgullosas al sol entre las ruinas de Beni Hasan. Khnumhotep también cuenta con sus alabanzas cantadas en los muros de la tumba. ¿Qué decían estas inscripciones? Que era el mejor amigo del faraón. En palabras del propio Khnumhotep: “Más magnífico a mi favor era el palacio que el de cualquier otro compañero, porque fue ante sus nobles que me distinguió, siendo yo colocado delante de aquellos que estaban delante de mí.” De hecho el gobernador se autodenomina “El más grande entre los compañeros... un compañero único sin igual.”

Caza de aves con red, pintura de la tumba de Khnumhotep II. (CC0)

Khnumhotep II registró sus muchos logros al servicio del faraón. Se jactaba de cómo Amenemhet II le concedió la “herencia de la soberanía” de su abuelo materno — zonas para gobernar cerca del nomo del Oryx, si no la propia nomarquía del nomo del Oryx — y lo nombró “conde de Menet Khufu,” un pueblo o ciudad del nomo del Oryx. Khnumhotep II añadía: “Yo gozaba de la estima del rey y mi alabanza fue ante sus cortesanos...” Khnumhotep narra asimismo cómo el rey Sesostris II otorgó también honores a sus hijos varones.

La numerosa familia de Khnumhotep. La mujer que aparece sentada arriba en el centro es su esposa Khety. (Kurohito/CC BY SA 3.0)

Otras historias narradas en los muros de la tumba

Uno de sus hijos, Nakht (tal vez llamado así por uno de los hijos de Khnumhotep I), se convirtió en gobernador del conocido como nomo de “Anpu” (refiriéndose este nombre al dios Anubis), territorio también conocido como nomo Cinopolita. Su papá se jactaba de cómo Nakht recibió “una serie de distinciones” y magníficos honores del faraón Sesostris. Los muros de su capilla funeraria fueron adornados con imágenes de Khnumhotep cazando en el desolado desierto y recibiendo a peticionarios y a aquéllos que buscaban honrarle, así como de una procesión de extranjeros.

Este grupo de extranjeros, llamados los “Aamu”, son identificables como no egipcios por sus ropas y accesorios. Existen pruebas que revelan que tanto Khnumhotep II como sus sucesores llevaron a cabo numerosas operaciones comerciales con gentes como los Aamu. Este pueblo es identificado tradicionalmente como “asiático”, siendo habitantes de Asia occidental, cerca del Próximo Oriente o Arabia. Se trata de un importante primer ejemplo ilustrado de individuos asiáticos dejándose caer por Egipto.

Líderes de los Aamu de Shu tal y como aparecen representados en los muros de la tumba de Khnumhotep II, gobernador del nomo del Oryx. (CC0)

Pocos siglos después de que se acabara de construir la tumba de Khnumhotep II la estructura política interna de Egipto se había derrumbado por completo, dejando un vacío de poder que ocuparon príncipes de origen asiático. Los llamados “hicsos” fundaron la Dinastía XVII y dominaron en el Delta hasta que el país fue finalmente reunificado por el faraón guerrero Amosis I.

Imagen de portada: Los gobernadores egipcios del nomo del Oryx construyeron para sí mismos elaboradas tumbas en Beni Hasan. He aquí una fotografía del interior de una réplica a tamaño natural de las tumbas excavadas en la roca cercanas a Beni Hasan, Egipto, y construidas entre los años 2100 a. C. y 1100 a. C. Fuente: Mary Harrsch/CC BY NC SA 2.0

Autor: Carly Silver

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

 

Referencias:

Breasted, James Henry.  A History of Egypt: From the Earliest Times to the Persian Conquest. Scribner, 1912.

Ancient Records of Egypt: the First to the Seventeenth Dynasties. Vol. 1, University of Chicago, 1906.

Bunson, Margaret.  Encyclopedia of Ancient Egypt.  New York: Facts on File, 2002. 

Faulkner, Raymond Oliver. The Literature of Ancient Egypt. 3rd ed. Edited by William Kelly Simpson, Yale University Press, 2003.

Graves, Carl. “The Oryx Nome:  An Ancient Egyptian Cultural Landscape of the Middle Kingdom.” Diss. University of Birmingham, 2017. Web. 16 September 2018.

Kamrin, Janice. “The Aamu of Shu in the Tomb of Khnumhotep II at Beni Hassan.” Journal of Ancient Egyptian Interconnections 1:3 (2009): 22-36. Online.

“The Procession of ‘Asiatics’ at Beni Hasan.” Cultures in Contact: From Mesopotamia to the Mediterranean in the Second Millennium B.C., edited by Joan Aruz, Sarah B. Graff, and Yelena Rakic, Metropolitan Museum of Art, 2013, 156-169.

Newberry, Percy E. “The Tombs of Beni Hasan.” The Season's Work at Ahnas and Beni Hasan, 1890-1891, Gilbert & Rivington Ltd., 1891, 11-18.

Watterson, Barbara. Gods of Ancient Egypt. Stroud, The History Press, 2003.

Weigall, Arthur. A History of the Pharaohs. Vol. 2, Cambridge University Press, 1927.

Willems, Harco. “Nomarchs and Local Potentates: The Provincial Administration in the Middle Kingdom,” Ancient Egyptian Administration, edited by Juan Carlos Moreno García, Boston, Brill, 2013, 341-392.