Es un error pensar que no había viajes internacionales en la época de Jesús. Como demuestra este mapa de antiguas rutas comerciales, el mundo conocido estaba unido por tierra y por mar. Tal vez con algunos conocimientos útiles y la influencia de José de Arimatea, habría sido fácil para Jesús unirse a una caravana o embarcarse rumbo a Oriente. De hecho, existen pruebas de que lo hizo.
Mapa de antiguas rutas comerciales
Dos mujeres de perfil muy diferente descubrieron pruebas de que Jesús estuvo en los montes del Himalaya tibetano: la Dra. Elisabeth Caspari, fuerza impulsora en el establecimiento de las escuelas Montessori en los Estados Unidos; y Gloria Gasque quien se convirtió en Presidenta de la Unión Vegetariana Internacional.
Dra. Elisabeth Caspari y Gloria Gasque
Las dos mujeres se hicieron amigas cuando Gasque era directora de la Asociación Mundial de la Fe. Bajo esta función, Gasque invitó a Caspari y a su esposo a unirse a su tour en grupo al Tíbet para estudiar budismo. No era un viaje sencillo, especialmente en la década de 1930. De hecho, pasaron casi un año en Cachemira haciendo acopio de todo lo que necesitaban para su expedición a una de las regiones más sobrecogedoras del mundo.
Izquierda: imagen de la caravana de la expedición al Tíbet. Derecha: Monasterio de Hemis
Ya en la primavera de 1939, el grupo se puso en marcha por las escarpadas montañas con 12 sirvientes, un traductor y 112 ponis con sus cuidadores. El plan era parar en varios monasterios por el camino hasta alcanzar la meta definitiva – el majestuoso monasterio de Hemis. Cuando llegaron a Hemis, se sorprendieron al ser recibidos por el Abad y dos asistentes principales, además de ser conducidos a una bella casa para huéspedes. El resto del grupo se instaló en tiendas de campaña junto a un arroyo.
La mayor sorpresa en los cuatro días que pasaron en el monasterio de Hemis les llegó cuando las dos mujeres estaban sentadas en una azotea viendo trabajar a un pintor thangka mientras un monje sentado con las piernas cruzadas en una mesa escribía letras con un pincel.
Fue entonces cuando el jefe de la biblioteca y otros dos monjes trajeron tres libros de pergamino protegidos entre piezas de madera y envueltos en un tejido brocado de colores verde, rojo, azul y oro. Con gran reverencia, el bibliotecario jefe desenvolvió uno de los libros y se lo presentó a las dos mujeres. Su sencilla afirmación les sorprendió:
“Estos libros dicen que su Jesús estuvo aquí.”
Fotografía del bibliotecario jefe del monasterio de Hemis durante la visita de Gasque y Caspari
Dos antiguos libros tibetanos cuidadosamente envueltos – Biblioteca de un monasterio tibetano
Hubo otros intrépidos aventureros que consiguieron llegar al monasterio de Hemis y tuvieron noticia de que Jesús había estado allí. Sus testimonios son cada vez más valiosos, puesto que China ocupó el Tíbet en 1949 y desde entonces lleva poniendo todo su empeño en aniquilar la religión budista.
William O. Douglas (1898 – 1980), quien sirvió en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos durante 36 años, viajó al Tíbet y visitó el monasterio de Hemis en 1951. En su libro “Más allá del alto Himalaya”, realizaba esta declaración acerca de la posibilidad de que Jesús hubiera estado en el Tíbet:
“Hemis, el primer monasterio de todo Ladakh, es todavía un ambiente físico ideal para un retiro; y durante siglos se ha hecho rico no solamente en tierras y otras riquezas, sino también en leyendas. Uno de estos relatos apócrifos se refiere a Jesús. Hay quienes hasta el día de hoy creen que Jesús visitó el lugar, que llegó aquí cuando tenía catorce años y se marchó con veintiocho, dirigiéndose hacia el oeste sin que se supiera nada más de él. La leyenda cuenta algunos detalles, diciendo que Jesús viajó a Hemis bajo el nombre de Issa.”
William O. Douglas (1898 – 1980)
Nicholas Roerich (1874-1947) fue un arqueólogo, escritor, profesor y prolífico pintor ruso que exploró exhaustivamente los montes del Himalaya – pintando a lo largo de todo su camino. A continuación ofrecemos dos extractos sobre Jesús (Issa) procedentes de un libro sin nombre que Roerich afirmó que tenía 1.500 años cuando él lo estudió:
“Issa dejó secretamente a sus padres y, junto con los mercaderes de Jerusalén, se dirigió a Ind (India) para ser perfeccionado en la Palabra Divina. Y para el estudio de las leyes del Gran Buda.”
“Luego, cuando se hubo aprendido los textos, Issa fue a Nepal y se adentró en los montes del Himalaya.”
Nicholas Roerich (1874 – 1947)
Swami Abhedananda (1866 – 1939) fue al monasterio de Hemis en busca del antiguo libro que Nicholas Roerich había estudiado. Afirmó haberlo encontrado, y también que confirmaba la información documentada por Roerich. El Swami añadía la siguiente nota:
“Jesús se detuvo en un estanque al borde del camino cerca de Kabul para lavar sus manos y pies, y descansó un rato allí. Ese estanque aún existe. Es conocido como ‘El estanque de Issa’. Para conmemorar el acontecimiento, todos los años se celebra una feria en el lugar. Este hecho es mencionado en un libro árabe, ‘Tarig-A-Ajhan.’”
Swami Abhedananda (1866 – 1939)
Este artículo es un extracto del libro ‘Tangible Evidence of Jesus Left Behind for Us to Find’ escrito por Mary A. Joyce, disponible en amazon.com.
Imagen de portada: ‘La caravana del desierto’, óleo de Edmund Berninger.
Autor: Mary A. Joyce
Todas las imágenes son cortesía de Mary A. Joyce