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Ancient Origins España y Latinoamérica

Una londinense de hace 2.000 años era físicamente una mujer pero genéticamente un hombre

Los científicos afirman que de cada mil nacimientos hay unos pocos niños que nacen con cromosomas femeninos y unas pocas niñas que nacen con cromosomas masculinos. Uno de estos casos ha salido recientemente a la luz en Londres gracias al estudio del esqueleto de una mujer londinense de hace unos 2.000 años, la época de la antigua Londinium romana. Los investigadores han analizado su ADN, descubriendo que era genéticamente un hombre aunque físicamente fuera una mujer. Es el caso de este tipo más antiguo conocido por la ciencia.

El esqueleto de esta mujer fue desenterrado en el año 1979, y ha sido datado entre el 70 a. C. y el 50 a. C., la época en la que Londinium, la antigua Londres, fue fundada por los romanos. Investigadores del Museo de Londres y otras instituciones han analizado el ADN de cuatro de los 20.000 esqueletos almacenados en el museo, algunos de hasta 5.500 años de antigüedad, con la intención de estudiarlos y obtener una información más detallada acerca de la composición étnica de la ciudad en el siglo I a. C.

Maqueta de Londinium en la época romana (SouthEastern Star / Flickr)

La muestra era reducida –solo cuatro individuos- pero los investigadores han llegado a la conclusión de que Londres era tan diversa étnicamente en la época romana como lo es ahora, con solamente un 45% de sus habitantes de raza blanca y más de cien idiomas hablados en sus diferentes distritos.

La mujer en cuestión murió cuando tenía entre 26 y 35 años de edad. El análisis de las sustancias químicas presentes en sus dientes demuestra que probablemente nació en Gran Bretaña, aunque sus antepasados maternos podrían haber procedido del norte de Europa, a juzgar por su ADN mitocondrial. Sus dientes mostraban señales de haber sufrido periodontitis, una enfermedad degenerativa de las encías. Tenía los ojos marrones y el pelo castaño oscuro.

Fue enterrada en el interior de un ataúd de madera. Había un collar a sus pies, lo que podría indicar eventualmente la orientación femenina de su carácter. También había una jarra junto a su cabeza y un espejo de bronce a sus pies. Todos estos objetos sugieren que era una mujer importante y de una elevada posición social.

“El esqueleto de la mujer de Harper Road es morfológicamente femenino. Los datos observables en sus rasgos osteológicos pélvicos y craneales, empleados habitualmente para determinar el sexo, han dado resultados que indican en todos los casos su condición femenina,” ha comunicado una portavoz del Museo de Londres en un correo electrónico. Sin embargo, el ADN de esta mujer presentaba cromosomas tanto X como Y, lo que la identificaría genéticamente como de sexo masculino. La portavoz del museo ha indicado asimismo que los investigadores desconocen por ahora si los genitales del individuo eran masculinos o femeninos.

“No disponemos de pruebas suficientes acerca de cómo podía esto afectar a su comportamiento como para dar una respuesta,” escribe la portavoz del museo a Ancient Origins.

Hay un trastorno denominado Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos en el que el individuo afectado es físicamente de sexo femenino pero presenta cromosomas masculinos. No obstante, no disponemos de información suficiente sobre las eventuales enfermedades de esta mujer de la antigua Londres como para saber con certeza si era ésta la causa de sus singulares características.

Esta mujer romana era morfológicamente femenina pero genéticamente masculina, ya que en su ADN había cromosomas tanto X como Y.

Leemos en un artículo del año 2010 publicado en el diario The Guardian: “Los Nativos Americanos a menudo han mostrado un gran respeto por los individuos andróginos o transexuales, tanto varones afeminados como mujeres masculinas. El término más común para definir a estas personas en la actualidad es ‘con dos espíritus’, aunque en el pasado los primeros exploradores franceses de Norteamérica denominaban en ocasiones a los hombres afeminados ‘berdache’, palabra adaptada del vocablo persa ‘bardaj’, que significa amigo íntimo de sexo masculino. Ya que estos varones andróginos se casaban habitualmente con un hombre masculino, o mantenían relaciones sexuales con hombres, y las mujeres masculinas tomaban a mujeres femeninas como esposas, el término berdache implicaba claras connotaciones homosexuales.”

Pero quizás sea más cercano al caso de la mujer romana hallada en Londres el mito que entre los antiguos griegos narraba que en la antigüedad los seres humanos incluían ambos sexos, y solo más tarde se separaron en dos géneros diferenciados. Los romanos tomaron prestados muchos elementos de la cultura griega. Aunque no podemos conocer a día de hoy cómo se comportaba esta mujer o siquiera qué aspecto tenía, a juzgar por su ajuar funerario podemos decir que era aceptada e incluso admirada por su comunidad.

Imagen de portada: Los restos de esta mujer cuyo ADN era masculino iban acompañados de un ajuar funerario que lleva a los investigadores a pensar que ocupaba una alta posición social en su comunidad. (Fotografía: Museo de Londres)

Autor: Mark Miller

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.