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Ancient Origins España y Latinoamérica

Un tesoro oculto en el corazón de Roma: las catacumbas judías de Vigna Randanini

Las de Vigna Randanini son unas de las pocas catacumbas judías de la ciudad de Roma. Ocupan un área de unos 18.000 metros cuadrados, albergando sepulturas y nichos dispuestos en dos niveles a lo largo de 700 metros de galerías. Desde el pasado 1 de mayo se han abierto al público para que puedan ser visitadas.

Situadas en una propiedad privada entre las vías Apia Antigua y Pignatelli, se construyeron a diez metros de profundidad entre los siglos II y IV d. C, con tumbas excavadas en la blanda roca volcánica de la zona. Descubiertas de forma casual en 1859, hasta ahora sólo podían ser visitadas por grupos muy reducidos de personas y en fechas muy concretas. Lamentablemente, durante muchos años sufrieron actos de vandalismo.

Según informaciones publicadas por el diario español ABC, el proyecto de apertura ha sido impulsado por el ministerio de Bienes Culturales y ha contado con el apoyo de la comunidad judía de Roma. Una comunidad consciente de la importancia de dar a conocer este tesoro singular, puesto que aunque en Roma son muy numerosas las catacumbas cristianas, las judías son muy escasas y suelen encontrarse cerradas, por lo que han pasado a ser las grandes desconocidas del subsuelo romano.

Las catacumbas judías de Vigna Randanini recorren el subsuelo romano entre las vías Apia Antigua (en la imagen) y Pignatelli. (Kleuske Dutch Wikipedia/Public Domain)

Las catacumbas romanas

Hasta el momento se han descubierto, explorado y clasificado sesenta catacumbas cristianas y seis judías, habiéndose hundido cuatro de las hebreas. Hay que tener en cuenta que la comunidad judía romana es la más antigua de occidente. Su presencia en la capital italiana se remonta por lo menos hasta el año 161 a. C., estando formada durante la época imperial por alrededor de 50.000 miembros. Tanto cristianos como judíos practicaban la inhumación para, además, diferenciarse de los paganos, que preferían la cremación tras la muerte.

Las catacumbas siempre se construían extramuros en Roma, ya que las leyes romanas prohibían las sepulturas urbanas, tanto por motivos higiénicos y de salubridad como por motivos religiosos. Se utilizaron como lugar de enterramiento hasta el siglo V, época en la que se transformaron en centros de peregrinación, ya que albergaban las tumbas de muchos mártires.

A partir del siglo IX, los cristianos comenzaron a trasladar los cuerpos de los mártires allí enterrados a causa de las invasiones bárbaras y sarracenas, que las convirtieron en lugares muy pocos seguros. Poco a poco fueron abandonadas por completo, y de muchas de ellas incluso se perdió la pista.

Sinagoga Española en el interior del complejo de la Gran Sinagoga de Roma. (Public Domain)

Las catacumbas judías, las más antiguas

Según continúa explicando el periódico ABC, investigadores de la Universidad de Utrecht, (Holanda), aseguran que fueron los judíos –y no los cristianos– los primeros en utilizar las catacumbas para enterrar a sus muertos.

Gracias a las dataciones realizadas mediante el uso del carbono 14, los científicos holandeses han descubierto que en las catacumbas judías de Villa Tornolia se sepultaban cadáveres desde el siglo I a. C.: alrededor de 300 años antes de que los primeros cristianos iniciasen dicha práctica. Lo que sí es cierto es que ambas comunidades mantenían relaciones. Algo que queda reflejado en la similar arquitectura de sus catacumbas, pese a que la iconografía, claro está, fuera diferente.

Los visitantes de la bellísima Ciudad Eterna están de suerte. Pese a los saqueos y al abandono sufridos durante siglos, ya pueden añadir una nueva e interesante visita a sus apretadas agendas. En las catacumbas de Vigna Randanini podrán contemplar milenarios frescos de doncellas danzantes, aves, vides y demás figuras de la ancestral tradición judaica. Además, aparte de los típicos nichos, también existen diferentes capillas privadas, pertenecientes a antiguas familias o grupos, con singulares decoraciones e inscripciones en latín, griego y hebreo.

Una de las catacumbas judías ricamente decoradas de Vigna Randanini en Roma. (Fotografía: ABC)

Imagen de portada: Nichos de una de las catacumbas judías abiertas recientemente al público en Roma. (Fotografía: ABC)

Autor: Mariló T. A.