Gran parte del legado y los tesoros de la antigua ciudad maya de Xunantunich, situada en Belice, fueron dispersados por un oficial médico británico que la excavó (según algunos, saqueó) a finales del siglo XIX. Pero la semana pasada los arqueólogos descubrieron una tumba de gran tamaño, perteneciente posiblemente a algún miembro de la realeza.
Esta es la primera tumba descubierta en las antiguas ruinas de Xunantunich. Alberga los restos óseos de un individuo cuya reverencia queda reflejada aparentemente en la construcción de su tumba, como podemos leer en The Reporter, diario de Belice. En la tumba, los arqueólogos han hallado piezas cerámicas, piedras de jade y los huesos de un animal, en su opinión un jaguar o un ciervo a juzgar por sus largos fémures.
Los expertos han examinado además los fémures del esqueleto humano, así como la apariencia del cráneo y los dientes, llegando a la conclusión de que se trata de un hombre de entre 20 y 30 años de edad.
El arqueólogo Jaime Awe encabeza el equipo que está realizando las excavaciones, y ha declarado a The Reporter:
Lo asombroso del descubrimiento de esta tumba es que sabemos que hay arqueólogos trabajando en Xunantunich desde finales del siglo XIX. Eso es más de un siglo de continuos trabajos arqueológicos en este yacimiento. Y nunca hasta ahora habían encontrado una tumba. Pero esta tumba es también notable por otras características, ya que constituye una de las mayores cámaras funerarias que hemos hallado hasta ahora.’
El equipo aún tiene que excavar la tumba por completo, pero las conclusiones provisionales apuntan a que su profundidad está entre los 5 y los 8 metros.
Según las leyendas del lugar, una misteriosa mujer se apareció a finales del siglo XIX a un hombre en la cercana población de San Jose Succotz, para desaparecer más tarde entre los muros de El Castillo, antigua e imponente construcción de Xunantunich, nombre moderno que significa Mujer de Piedra. Existen otros testigos de apariciones de esta mujer en El Castillo.
En 1892, el Dr. Thomas Gann, un oficial médico británico, empezó a explorar las ruinas. Excavó durante algunos años y posteriormente las dejó por un tiempo.
“Después de esto, se interrumpieron las actividades en el yacimiento hasta 1924, año en el que regresó Gann,” apunta el Dr. Awe en este artículo publicado en Belize.com. “La documentación demuestra que en su segunda visita desenterró gran cantidad de tesoros mayas, la historia de los cuales se ha perdido, y cuyo paradero también se desconoce. Se cree, y es bastante posible, que numerosos museos y coleccionistas privados de piezas mayas tengan expuestas estas piezas, sin tener ni idea de cuál es su origen.”
A lo largo de los años se llevaron a cabo excavaciones de manera intermitente en este yacimiento, que fue una floreciente ciudad entre los años 700 d. C. y 1000 d. C. y que decayó posteriormente. Richard Leventhal, de la Universidad de California con sede en los Ángeles, lleva realizando excavaciones en el lugar desde 1990.
A finales del siglo XIX y principios del XX desapareció de este yacimiento un rico legado de piezas arqueológicas. Este hombre-jaguar de un asentamiento maya mexicano nos ofrece un ejemplo del tipo de piezas halladas en Xunantunich y que podrían encontrarse repartidas por colecciones públicas y privadas de todo el mundo. (Wikimedia Commons photo/Jebulon)
Xunantunich se asienta sobre una cresta de roca caliza nivelada artificialmente, a unos 183 de metros de altitud sobre el nivel del mar. Las viviendas se extienden desde esta zona central, que alberga El Castillo, por una superficie de varios kilómetros cuadrados. El propio Castillo, de 40 metros de altura, era un santuario, centro administrativo y hogar de los reyes de Xunantunich, como podemos leer en Belize.com. En los niveles superiores de las caras este y oeste de El Castillo hay grandes frisos de estuco con grabados de símbolos astronómicos que representan al dios Sol, la Luna y Venus.
Algunos de los impresionantes grabados de los niveles superiores de El Castillo de Xunantunich (Wikimedia Commons photo/Roy Googin)
Este asentamiento posiblemente estuviera poblado ya desde el 600 a. C., pero no alcanzó su máximo apogeo hasta 1.300 años más tarde, cuando muchas ciudades mayas de la región empezaron a decaer.
Una de las estelas de Xunantunich muestra al parecer el emblema de la gran ciudad de Naranjo, ubicada en lo que hoy es Guatemala, lo que sugiere que Xunantunich probablemente fuera una ciudad satélite de Naranjo. La influencia y autoridad de Naranjo decreció, con lo que las élites de Xunantunich posiblemente se hicieran con el control de su ciudad y se esforzaran por mejorarla. Fue entonces cuando se construyeron El Castillo y otros importantes edificios.
“A pesar de su rápido crecimiento, sin embargo, el linaje de Xunantunich no sobreviviría en mucho tiempo a sus antiguos señores de Naranjo,” leemos en Belize.com.
El desarrollo de Xunantunich fue más lento a partir del 830 d. C., y entre los años 900 d. C. y 1000 d. C. la ciudad ya no era ni la sombra de lo que había sido entre los siglos VIII d. C. y IX d. C. Los arqueólogos han concluido provisionalmente que la ciudad fue ocupada de nuevo en el siglo X tras haber sido abandonada por un tiempo.
Xunantunich cuenta en la actualidad con un centro de visitantes.
Imagen de portada: Vista de la plaza principal de Xunantunich en dirección a El Castillo. (Flickr photo/Thomas Shahan)
Autor: Mark Miller
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.