Un equipo de investigadores de la Universidad de Santa Bárbara en California (UCSB) ha hecho público que la Tabla de Venus del Códice de Dresde maya contiene datos astronómicos de tal precisión que no pueden ser considerados un mero apunte numerológico, sino que constituyen un gran descubrimiento matemático y astronómico con más de mil años de antigüedad.
“La tabla de Venus ha sido malentendida y muy poco apreciada. No hemos sabido ver que es todo un descubrimiento científico real, hecho por los mayas en una ciudad maya”, ha declarado sobre el hallazgo Gerardo Aldana, profesor de antropología y autor del estudio “Descubriendo un descubrimiento”, publicado el pasado 16 de agosto en ‘Journal of Astronomy in Culture’
El Códice de Dresde fue comprado en 1739 por Johann Christian Götze, director de la Biblioteca Real de Dresde. Consta de 39 hojas escritas e ilustradas con una longitud total de 3,56 metros, y se encuentra expuesto en el Museo de la Biblioteca de Dresde, Alemania. Junto al equipo de especialistas que ha analizado los jeroglíficos, Gerardo Aldana ha explicado que en la tabla se puede observar un avanzado calendario de Venus, probablemente desarrollado en la ciudad maya de Chichen Itzá durante el período clásico final de la cultura maya, entre los años 800 d. C. y 1000 d. C.
Castillo de Chichén Itzá, península de Yucatán, México. (Fotografía: La Gran Época/Wikimedia Commons)
Se desconoce quién fue el autor de tan avanzados cálculos matemáticos, pero por el contenido, se cree que fue un encargo de K’ak ‘U Pakal K’awiil, una de las más prominentes figuras históricas de la ciudad. Fue “una innovación matemática”, agrega el autor de la reciente investigación: “estamos estudiando el trabajo de un individuo maya, y él -o ella- pudo ser un científico, un astrónomo”.
Por su parte, el investigador Anthony F. Aveni escribía lo siguiente en su estudio de 1992 sobre la cultura maya:
El Códice de Dresde, uno de los cuatro documentos escritos mayas que sobrevivieron a la conquista, proporciona evidencias concretas del tema dominante de los ciclos en los calendarios mayas. Un repaso completo de la tabla de Venus resume, perfectamente, las cifras exactas de los ciclos de Venus, Haab y Tzolkin; su disposición garantiza que la fecha de celebración del ascenso matinal helicoidal del planeta, tras la conjunción inferior, siempre será el día 1 Ahau.
Página 49 del Códice de Dresde maya (Tablas de Venus). (Public Domain)
La tabla de Venus aparece en la página 24 del Códice de Dresde, y en su prefacio se lee una corrección del ciclo de Venus, que es de 583,92 días, lo que lo hace irregular y provoca que, con el tiempo, se vaya acumulando un error. Según ha señalado el equipo de Aldana, esta parte fue descubierta en la década de 1930, pero no fue interpretada como es debido. En las correcciones aplicaron “el mismo principio que se utiliza para los años bisiestos en el calendario gregoriano”, destaca el nuevo estudio.
Uno de los jeroglíficos, que contiene el verbo k’al, fue interpretado dándole a este término el significado de “encerrar”. Esto permitió descubrir que no se trataba de un mero cálculo numerológico, sino que además era aplicado a ciclos de un calendario más preciso, con los ajustes necesarios para incluir un registro histórico de eventos astronómicos, que les serviría para consultas futuras.
Ejemplo de escritura maya. (Wikimedia Commons)
“Es exactamente lo que hicieron griegos y egipcios”, señala Aldana, revelando además que en Honduras, en la ciudad maya de Copán, existe también un registro de Venus que se corresponde con las observaciones del códice de Dresde. Asimismo, en el calendario se trazaron ciertos eventos como actos rituales.
“Cuando uno lo observa como un registro histórico, cambia su interpretación. Fue todo un logro de la ciencia maya y no una rareza numerológica. Tal vez nunca se sepa exactamente quién hizo este descubrimiento, pero sí hay que redefinirlo como una obra histórica de la ciencia maya”, leemos en el reciente estudio.
Por último, hay que recordar que el Códice de Dresde contiene también los ciclos de la Luna y los eclipses, y según indican en su estudio Harvey y Victoria Bricker, de la página 43b a la 45b aparecen escritos relacionados con el ciclo sinódico del planeta Marte. Por lo tanto, la tabla de Marte tampoco sería un simple calendario vinculado a la meteorología y la agricultura, un hecho que ya había señalado con anterioridad Eric S. Thompson en declaraciones que provocaron gran controversia y oposición en su momento.
Cancha de Juego de Pelota de Copán, Honduras. (Adalberto Hernandez Vega/CC BY-SA 2.0)
Imagen de portada: Fotografía del Códice de Dresde maya, en cuyas páginas se encuentra la famosa Tabla de Venus. (Fotografía: La Gran Época/UCSH)
Autor: Anastasia Gubin – La Gran Época
Este artículo fue publicado originalmente en La Gran Época y ha sido publicado de nuevo en www.ancient-origins.es con permiso.