Tras tres años de investigaciones arqueológicas submarinas, los arqueólogos que se encuentran trabajando en el condado de Suizhong, perteneciente a la provincia china de Liaoning, afirman haber realizado un muy importante descubrimiento bajo las aguas: un palacio construido a la orilla del mar hace más de 2.200 años para el primer emperador de China, Qin Shi Huang.
El China Morning Post ha informado de que se cree que estas ruinas, descubiertas en aguas cercanas a la costa, se remontan a la antigua dinastía Qin (221 a. C. – 207 a. C.). Parte de sus muros de granito aún se pueden ver cuando la marea está baja, y un pescador de la zona explicó a los arqueólogos que había recuperado antiguas monedas y piezas cerámicas del fondo del mar.
La mayor parte de los restos de este palacio de la dinastía Qin yacen sumergidos cerca de las costas de la provincia china de Liaoning. (Liaoshen Evening News)
Hasta ahora, el hallazgo de mayor tamaño ha sido una extensión cuadrada de 60 metros de lado formada por grandes piedras. Los arqueólogos que están investigando este yacimiento creen que estas grandes piedras podrían ser “los cimientos de una extensa plataforma destinada a realizar sacrificios religiosos u otras actividades importantes.” También han comentado a la prensa que han desenterrado los restos de una carretera de piedra que atraviesa el edificio que han identificado como el antiguo palacio.
Piedras del pavimento del palacio halladas sobre el lecho marino. (10333.com)
Qin Shi Huang nació como Ying Zheng en el año 259 a. C. Fue famoso no solo por convertirse en el primer emperador de China, sino también por poner fin al Período de los Reinos Combatientes (475 a. C. – 221 a. C.) y unificar la nación. Durante su reinado decretó numerosas reformas en política, economía y cultura: algunas de ellas fueron positivas para China, otras no tanto.
Qin Shi Huang, primer emperador de China. (Public Domain)
Qin Shi Huang fue también el emperador que dio orden de que se iniciara la construcción de la Gran Muralla. Esta fortificación estaba destinada a defender el territorio chino de los bárbaros nómadas. Aunque Qin Shi Huang no vivió para ver su proyecto terminado (se calcula que su construcción se prolongó durante unos 2.000 años), a día de hoy la Gran Muralla es famosa por ser una de las obras arquitectónicas más impresionantes del mundo, además de un símbolo del poder de China. Supuestamente, Qin Shi Huang creía que su dinastía duraría 10.000 generaciones.
Sección de la Gran Muralla China cercana a Jinshanling. (Jakub Hałun/ CC BY SA 4.0)
Aunque intentó eludirla, la muerte finalmente alcanzó al emperador. Las que probablemente sean las piezas arqueológicas más directamente vinculadas a su figura se encuentran en su mausoleo: los famosos Guerreros de Terracota. Las singulares características de estas esculturas han llevado a los estudiosos a la conclusión de que podrían estar basadas en guerreros reales. Este ejército de arcilla de tamaño natural fue descubierto inicialmente en 1974. Se cree que el ejército de terracota, con más de 8.000 fuertes guerreros equipados con sus armas y caballos, fue creado para proteger al emperador en el más allá.
Exposición de Guerreros de Terracota realizada en Gdynia, Polonia, augusto del 2006. (Tomasz Sienicki/ CC BY SA 3.0)
Este impresionante ejército quizás esté relacionado con otro interesante hecho sobre el primer emperador de China: estaba obsesionado con encontrar la forma de vivir para siempre. En su búsqueda de la inmortalidad, se cuenta que Qin Shi Huang “visitó la costa del Mar de la China Oriental tres veces.” Si las hipótesis de los arqueólogos del condado de Suizhong finalmente se confirman, podrían haber descubierto la que fue la residencia del emperador cuando realizó esos viajes.
Imagen de portada: Los arqueólogos afirman que algunas de las ruinas del palacio pueden verse cuando la marea está baja. Fotografía: Liaoshen Evening News
Autor: Alicia McDermott
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.