Tras hacer uso de numerosos métodos científicos diferentes para un estudio que aparece en el número de julio de la revista Royal Society Open Science, un equipo de investigadores ha concluido que hace más de 7.000 años ya había seres humanos que vivían durante todo el año en el Altiplano Andino sudamericano.
No es ningún secreto que nuestros antepasados eran capaces de adaptarse a todo tipo de entornos adversos de todo el mundo, y en este caso la población de la cordillera montañosa de los Andes no es una excepción. Esto es al menos lo que un equipo de investigadores encabezado por científicos de la Universidad de Wyoming ha concluido tras examinar restos humanos y otros hallazgos arqueológicos descubiertos en una localización situada unos 12.500 pies (3.810 metros) por encima del nivel del mar en una extensa región del sur de Perú conocida como Altiplano Andino. Al analizar los restos óseos de dieciséis individuos hallados en Soro Mik'aya Patjxa, los científicos sugieren ahora que valientes e intrépidos cazadores-recolectores de ambos sexos sobrevivían ya hace 7.000 años a elevadas altitudes, temperaturas gélidas, la presencia de animales salvajes y las dificultades propias de dicho entorno natural (como la falta de oxígeno). Resulta impresionante que esto ocurriera antes del descubrimiento de la agricultura, un hecho que habitualmente facilita en gran medida el asentamiento en un lugar de difícil colonización como éste.
Vista aérea en dirección noroeste del lugar de las excavaciones en Soro Mik’aya Patjxa, situado en una vasta llanura del altiplano cercana al centro de la cuenca del río Ilave. (Fotografía: Randall Haas)
“Esto nos ofrece una base muy sólida para poder comprender los ritmos de los cambios culturales y genéticos en el Altiplano Andino, una región conocida por la domesticación de la alpaca, las patatas y otros cultivos; la aparición de una complejidad política y económica con rango de estado; y una rápida adaptación humana a la vida en elevadas altitudes,” explica Randy Haas, investigador adjunto de postdoctorado del Departamento de Antropología de la Universidad de Wyoming y jefe del equipo científico, en declaraciones recogidas por Archaeology News Network.
En el estudio podemos leer también que “Los entornos de elevada altitud por encima de los 8.000 pies (aproximadamente 2.500 metros) … se encontraban entre las últimas fronteras del planeta en lo referente a la colonización humana debido a los desafíos que planteaban. Todas las observaciones son coherentes con lo que se esperaría de una ocupación permanente en entornos de elevada altitud, más que un uso de tipo estacional.” informa IBT.
Habitante actual del Altiplano Andino en un mercado (CC0)
Otros signos que apuntan a una ocupación permanente de los Altos Andes estriban en el hallazgo de miles de herramientas de piedra y otros objetos fabricados de materiales que solo habrían podido encontrarse en la propia zona. Muchos de estos descubrimientos datan del 6000 a. C. aproximadamente, un hecho que ha llevado a algunos investigadores a deducir que los cazadores-recolectores y sus familias podrían haber vivido en los Andes desde hace casi 7.000 años, aunque no está claro por el momento si su presencia por aquel entonces era permanente o estacional.
Archaeology News Network informa de que el equipo científico ha hecho uso de numerosos métodos científicos diferentes para descubrir si hubo una ocupación humana permanente de la región estudiando los siguientes elementos: a) los huesos humanos, en especial sus isótopos de oxígeno y carbono, b) las distancias que separan el lugar de otras zonas de menor elevación, c) la composición demográfica de los restos humanos, y d) el tipo de herramientas y otros materiales hallados junto con los restos.
Habitante indígena de los Andes con llamas y corderos (CC BY-NC-SA 2.0)
Los científicos buscaron en los huesos valores bajos de isótopos de oxígeno y altos de isótopos de carbono, una prueba que apuntaría a una ocupación permanente a elevada altitud, mientras que las distancias a las que se encontraban las zonas de baja altitud resultaron ser demasiado largas para una migración humana estacional. “Estos resultados constituyen la más poderosa evidencia para datar al pueblo que habitaba todo el año en el Altiplano Andino hace al menos 7.000 años,” comentaba Haas en Archaeology News Network, añadiendo a continuación que “Estos entornos de elevada altitud se encontraban entre las últimas fronteras para la colonización humana, y este conocimiento encierra implicaciones para comprender el ritmo de adaptación genética, fisiológica y cultural de la especie humana.”
Para más detalles, pueden encontrar las conclusiones científicas de la investigación en la web de la Royal Society Open Science.
Imagen de portada: Estribaciones de la impresionante montaña peruana de Ausangate (CC BY-SA 3.0)
Autor: Theo Karasavvas
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.