Cuentan las leyendas peruanas que una mujer solitaria y hambrienta desató sus furias contra el Sol. El astro, conmovido, la fecundó con sus rayos y, cuatro días después, la mujer alumbró a un varón cuyo nacimiento generó una serie de sucesos relacionados con la aparición de una nueva civilización costera. Pero el niño despertó la cólera del dios inca Pachacámac, “‘creador de la tierra”, quien lo raptó para matarlo y despedazarlo. Sin embargo, al ver el desconsuelo de la madre, Pachacámac enterró los restos del pequeño e hizo que ese enterramiento fuese el origen de la aparición de diversos frutos y alimentos. De ese modo la madre no volvería a pasar hambre, lo que aliviaría su dolor.
Pero se equivocó: la mujer quería venganza, y el Sol, acudiendo en su ayuda, creó con el ombligo y el cordón umbilical de su hijo a otro semidiós: Vichama, quien después de crecer decidió andar y recorrer el mundo y, a su regreso, buscó a su madre. Pero no pudo encontrarla porque Pachacámac la había asesinado. El dios, al enterarse del retorno del viajero, decidió sumergirse en el fondo de las aguas del océano, donde ahora se alza su templo, y ahí permaneció para siempre.
El mito de Vichama continúa vivo en Perú, más concretamente en la zona de Végueta (Huaura, Lima), donde se encuentran los restos de la antigua ciudad agro-pesquera que lleva el nombre del semidiós. Una ciudad construida durante el periodo Arcaico Tardío (3000 a. C. -1800 a. C.) y cuyos pobladores mantuvieron una relación estrecha y fructífera con Caral, la primera civilización andina. Ahora, tal y como se informa desde las páginas del diario peruano La República, un equipo de arqueólogos encabezados por la prestigiosa arqueóloga Ruth Shady ha encontrado en este apasionante yacimiento arqueológico un grupo de ofrendas de hace 3.800 años que confirmarían el poderío e importancia de la mujer en la civilización Caral, considerada la más antigua de América.
Tres estatuillas antropomorfas de no más de 21 centímetros fueron encontradas en el edificio de Las Hornacinas, una de las más de diez construcciones erigidas por los vichamas. Según los estudios realizados, dichas estatuillas representarían a personalidades de alto rango.
La primera de ellas corresponde a un hombre desnudo de cabello color mostaza, con pintura blanca por el rostro y cuerpo y que luce un collar de dobles cuentas. La segunda figurilla corresponde a una mujer con rojos cabellos, también desnuda, que se encuentra en cuclillas. Por último, la tercera es la de mayor tamaño y, por tanto, correspondería al personaje más importante: aparece de pie, porta un collar de cuentas redondas rojas y negras y, tanto por su postura como por sus adornos y la polidactilia (posee 28 dedos) que presenta, se trataría de una sacerdotisa o chamana.
Infografía explicando los nuevos hallazgos realizados en el antiguo poblado peruano de Vichama (Fotografía: La República)
"Se trata del mismo personaje encontrado en el valle de Supe, en el sitio arqueológico de Miraya en la última parte del desarrollo de esta civilización (Caral). Los otros dos personajes, por las orejeras y elementos encontrados, parecen ser las autoridades políticas", ha explicado en declaraciones recogidas por La República la directora de la Zona Arqueológica de Caral (ZAC), Ruth Shady.
De igual modo, los elementos femeninos caracterizan también a la siguiente ofrenda encontrada en el edificio de Los Depósitos. Allí los antiguos pobladores colocaron, sobre el suelo de un recinto cuadrangular ubicado en la cima, dos cabezas femeninas modeladas en barro no cocido. Además, estas cabezas aparecieron envueltas en un tejido con aplicaciones de plumas de colores.
Las dos cabezas femeninas modeladas en barro no cocido. (Fotografía: Vichama/Zona Caral/Gobierno de Perú)
Hay que destacar por último que, según indican las evidencias obtenidas hasta el momento y a diferencia de lo ocurrido con los pobladores de Caral, el asentamiento de Vichama sí sobrevivió al cambio climático que atravesó la Tierra entre los años 1.800 a. C. y 1.850 a. C.
"Al ser una civilización agrícola y pesquera a la vez, supo aprovechar de una manera adecuada los recursos haciendo resurgir su economía", apunta finalmente el jefe de la Sede Vichama, el arqueólogo Pedro Vargas.
Imagen de portada: Fotografía de parte del complejo arqueológico de Vichama en Perú. (Fotografía: La República/EFE)
Autor: Mariló T. A.