Una reciente investigación realizada en los cementerios de Amarna (Egipto) ha revelado nuevas evidencias que demuestran claramente que su plantilla de trabajadores “desechables” estaba compuesta principalmente por niños y adolescentes. Los expertos sugieren ahora que aquellos niños aportaron gran parte de la fuerza de trabajo necesaria para construir la ciudad bajo condiciones muy crueles.
Como informa The Guardian, un equipo de arqueólogos encabezado por Gretchen Dabbs, investigadora de la Universidad del Sur de Illinois, ha estudiado y examinado los restos de 105 individuos cuyos esqueletos fueron desenterrados en las Tumbas Norte del cementerio de Amarna, una antigua ciudad que no estaba destinada a perdurar a lo largo de la historia al haber sido construida por el ‘faraón hereje’ Akenatón.
Amenhotep IV, más conocido como el faraón Akenatón, estaba destinado a ser recordado por su intento de reforma religiosa en el antiguo Egipto; una reforma en el transcurso de la cual los antiguos dioses fueron dejados de lado y sustituidos por un dios único, Atón.
Akenatón asumió el poder de los sacerdotes de Amón-Ra y, mediante el uso de la fuerza militar, ordenó cerrar los templos y borrar los nombres de los antiguos dioses de estatuas e inscripciones a lo largo y ancho del país. Akenatón y su familia estaban tan centrados en su nueva religión que dejaron el imperio desprotegido y debilitado – dirigido por un rey ineficaz más interesado en la poesía y la naturaleza que en el trono. Las estatuas e inscripciones nos muestran a Akenatón y su familia con cuellos largos y finos, frentes huidizas y cráneos elongados, un hecho que ha llevado a los investigadores a creer que el rey padecía diversas enfermedades. El legado de Akenatón continúa siendo aún en nuestros días uno de los más controvertidos en la historia del antiguo Egipto.
El faraón Akenatón (en el centro) y su familia adorando a Atón, con los característicos rayos emanando del disco solar. (Dominio público)
Inevitablemente, cuando Akenatón murió en el año 1332 a. C., la antigua religión de Egipto fue restaurada bajo su sucesor Tutankamón, y la herética ciudad de Amarna quedó abandonada y olvidada. El cementerio entero, situado cerca de una antigua cantera de piedra, podría albergar miles de tumbas. La reciente exploración realizada en el lugar se ha centrado principalmente en los cementerios de Amarna, las humildes tumbas de la ciudad en el desierto, y ha revelado una gran cantidad de información hasta ahora desconocida sobre la vida cotidiana de las gentes que vivían y trabajaban en la ciudad de Akenatón, muriendo además en ella.
Las ruinas de Amarna vistas desde los riscos del desierto que se extiende al norte de la ciudad. Fotografía: Mary Shepperson/Cortesía del Proyecto Amarna
Como informa The Guardian, entre los años 2006 y 2013 las excavaciones del Proyecto Amarna han estado destinadas a desenterrar cuatrocientos individuos de un inmenso cementerio situado tras los riscos de las Tumbas Sur, que se calcula grosso modo que incluyen cerca de seis mil tumbas saqueadas. El estudio de estas tumbas y los esqueletos ofrece una gran oportunidad para la investigación de la vida y la muerte de las clases más bajas de la sociedad del antiguo Egipto. Los restos revelan un claro escenario de pobreza, duros trabajos, una dieta insuficiente, salud precaria, lesiones frecuentes y muertes relativamente tempranas.
The Guardian informa de que el análisis inicial de los 105 esqueletos excavados en el cementerio de las Tumbas Norte en el año 2015 fue realizado por la Dra. Gretchen Dabbs de la Universidad del Sur de Illinois, y ya se ha completado. El análisis revela que más del 90% de los difuntos de la muestra examinada tenían edades comprendidas entre los siete y los veinticinco años, siendo la mayoría de ellos menores de quince años. A pesar de que los individuos jóvenes por lo general gozan de una excelente salud, la mayor parte de los niños y muchachos estudiados mostraban signos de lesiones severas y trastornos degenerativos asociados a un duro trabajo realizado bajo condiciones insalubres.
Tumba de un joven individuo en el cementerio de las Tumbas Norte, Amarna, Egipto. Fotografía: Mary Shepperson/Cortesía del Proyecto Amarna
Por otro lado, los investigadores concluyeron que los jóvenes individuos no habían sido enterrados por miembros de su familia, ya que las tumbas carecían de ajuares funerarios. Además, los arqueólogos especulan con la posibilidad de que aquellos jóvenes trabajadores hubieran podido ser hijos de esclavos o haber sido capturados expresamente para construir la ciudad del faraón. Aunque pueda sonar absolutamente bárbaro para la mentalidad de nuestro tiempo, la conclusión más segura que los expertos pueden deducir en este momento es que incluso niños de siete años eran obligados a llevar a cabo frecuentemente pesadas tareas, muriendo muchos de ellos a causa de las inhumanas condiciones de trabajo.
Por último, según informa The Guardian, todos los trabajos arqueológicos de Amarna están siendo realizados con el permiso y la asistencia del Ministerio de Antigüedades egipcio. Las excavaciones del cementerio de las Tumbas Norte están siendo subvencionadas por el Fondo Nacional para las Humanidades, organismo oficial de los Estados Unidos. El Proyecto Amarna, por su parte, es una iniciativa del Instituto McDonald para la Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge.
Imagen de portada: Reconstrucción informática tridimensional de la antigua ciudad de Amarna. Imagen: Paul Docherty Amarna3d.com
Autor: Theodoros Karasavvas
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.