Recientes descubrimientos realizados en las ruinas de una ciudad prehistórica podrían reescribir la historia del arte en China. Los arqueólogos que se encuentran trabajando en las ruinas del yacimiento Neolítico de Shimao, han identificado fragmentos de pinturas murales que muestran posibles marcas de brocha o pinceladas, lo que podría significar que el procedimiento básico de realización de pinturas murales en China se remonta a hace unos 4.000 años. Los historiadores generalmente atribuyen la invención del pincel al general Meng Tian en una época mucho más tardía, durante la dinastía Qin, que va del 221 a. C. al 207 a. C.
Los expertos que se encuentran estudiando los restos del mural han observado lo que describen como marcas en las capas de pigmento, semejantes a las que dejarían una brocha o pincel al ser utilizados. Por otro lado, también resulta interesante el hecho de que algunos de los pigmentos incluyan en su composición glauconita, un mineral que procede de zonas costeras de China. Sin embargo, las ruinas de Shimao se encuentran en la Meseta de Loess, muchos kilómetros tierra dentro.
“La historia del uso del pincel en China podría tener que reescribirse si la herramienta empleada para realizar este mural se confirma que fue un pincel o una brocha. El origen del pigmento también es una cuestión interesante que será objeto de futuras investigaciones,” explicaron los expertos al China Daily.
Leemos en el artículo: “Desde el año 2011, gracias a las continuas excavaciones realizadas por arqueólogos chinos, se han descubierto unas 200 restos de pinturas murales de colores en las ruinas de Shimao, la construcción urbana acabada de mayor tamaño de toda China, que data de finales del Neolítico (hace entre 4.600 y 4.000 años). Este yacimiento se encuentra en el condado de Shenmu, en la provincia de Shaanxi. El Instituto Provincial Arqueológico de Shaanxi ha emitido recientemente un comunicado sobre el descubrimiento, en el que se afirma que en los análisis y experimentos de laboratorio que se realizarán en breve, se investigará si el procedimiento básico de producción y sus técnicas derivadas empleadas en los murales de las ruinas de Shimao eran similares a aquellos utilizados para pintar frescos durante la dinastía Han (202 a. C. – 220 d. C.) y posteriores. Esto indicaría que el procedimiento y las técnicas empleados llevaban en uso más de 4.000 años.”
El periódico informa también de que, según el registro histórico, se decoraban casas y tumbas con pinturas murales en China desde épocas tan antiguas como la dinastía Zhou del Oeste (1046 a. C. – 771 a. C.), principalmente al norte del país. Los expertos se están refiriendo ahora a la región como “el lugar de nacimiento de la pintura mural china”.
En Ancient Origins hemos leído ya varios artículos sobre murales descubiertos en China en los últimos años. Éste por ejemplo, nos habla de un hallazgo del 2013 en la ciudad de Suozhou, en la que los arqueólogos descubrieron una tumba con pinturas murales en un excelente estado de conservación. Había pertenecido a un comandante militar y su esposa, enterrados hace unos 1.500 años, en la época de la dinastía Qi del norte. Sus coloridos murales cubrían unos 80 metros cuadrados de las paredes del sepulcro.
Aunque la mayor parte de los tesoros de la tumba habían sido saqueados, incluidos los propios cuerpos, los murales, pintados sobre yeso, estaban notablemente bien conservados, representando a un hombre y una mujer (muy probablemente los ocupantes de la tumba) en diversas escenas cotidianas. En una de ellas la pareja disfruta de un banquete, en otra se ve al hombre tocando un arpa mientras otros músicos tocan diferentes instrumentos. Además de la esposa del comandante, también aparecen otras mujeres en los murales. Algunas de ellas tocan instrumentos musicales mientras que otras parecen ser criadas.
Las pinturas murales centenarias que decoran el sepulcro de un hombre y una mujer de la ciudad de Shouzhou muestran una serie de escenas en las que aparecen músicos, sirvientes y un cielo estrellado.
Lo más destacado de esta tumba es su techo abovedado, que simboliza el concepto que los antiguos chinos tenían de los cielos. En él aparecen pintados el Río de Plata o Vía Láctea, las estrellas, el sol y la luna, observándose una “corona de oro” en el centro del sol. Criaturas sobrenaturales y animales del zodíaco aparecen asimismo por debajo de este mapa celeste.
En las Cuevas de Kizil, el principal y más antiguo complejo de cuevas de China, datado entre los siglos III a. C. y VIII a. C., muchas de las estatuas se han perdido, pero sus bellas pinturas murales aún perduran, decorando sus paredes. Estas pinturas ilustran diversos temas religiosos, que van desde la vida del Buda hasta alegorías o parábolas referidas a la doctrina del karma. Las Cuevas de Kizil se encuentran en la región de Xinjiang, al noroeste de China.
Danza de la princesa Chandraprabha, cueva 83, Cuevas de Kizil (Public Domain)
En el 2014 se informó del descubrimiento de un sepulcro que contenía bellas pinturas murales en un estado de conservación casi perfecto, en la ciudad de Datong, al norte de China. La antigüedad de la tumba era de unos 1.000 años, y aunque su ocupante original ya no se encontraba en ella, el hallazgo aportó un conocimiento en profundidad sobre su propietario gracias a los murales de vivos colores que decoraban sus paredes, representando sobre ellas escenas de su vida. Otro rasgo sorprendente de esta tumba eran sus techos, ricamente decorados con estrellas y constelaciones. Sus murales representaban los viajes del difunto acompañado de caballos y camellos, así como una escena en la que se podían observar un ciervo, una grulla, árboles de bambú y una tortuga amarilla, y en la que había escrito un conmovedor poema.
Otra tumba muy elaborada y bellamente pintada se encontró este mismo año en el condado de Hengshan, al norte de la provincia de Shaanxi, cuando las lluvias arrastraron las tierras que la cubrían y dejaron al descubierto la piedra que la coronaba en lo alto de una colina. La tumba data de la dinastía Yuan, de hace unos 700 años.
Los especialistas creen que el difunto en este caso era mongol y no chino, aunque las ropas, muebles y murales muestran influencias de la cultura Han. “Así que el ocupante de la tumba también pudo ser Han, aunque vestido con ropas mongolas,” explicó el arqueólogo Miao Yifei a China.org.cn. “Ambos murales están bellamente pintados y en muy buenas condiciones, sobre todo teniendo en cuenta que llevan ahí unos 700 años.”
Pinturas en un sepulcro de la dinastía Yuan, con bellas escenas que alaban la Piedad Filial, una de las virtudes tradicionales del confucionismo (Foto: Chinanews.com)
“Se accede a la tumba por un pasillo que da a una cámara abovedada. En ella, un mural representa al difunto sentado con sus cinco esposas, sobre un fondo en el que se observa una celosía. Sus ropas y las vasijas presentes en la mesa frente a ellos arrojan luz sobre el origen étnico del difunto,” leemos en el artículo de China.org.cn.
Imagen de portada: Primer plano de las pinturas murales recién descubiertas en Shimao, cuya datación se puede remontar a hace 4.600 años, teóricamente mucho antes de que se pintara con brocha o pincel en China. (Foto: chinadaily.com.cn)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.