Al igual que otros pueblos del mundo antiguo en América, Asia, Europa y la región Mediterránea, los faraones y nobles egipcios asociaban las estrellas con sus dioses, y creían que después de su muerte podrían deificarse convirtiéndose en estrellas inmortales que brillaran en el firmamento nocturno. Intentaban asegurar su ascenso y navegación por los cielos nocturnos mediante elaborados mapas estelares y calendarios pintados en sus tumbas. También pintaban ojos sobre la superficie de sus ataúdes para que el difunto pudiera ver lo que ocurría en el mundo exterior.
Sarah Symons, investigadora de la Universidad McMaster de Ontario, Canadá, afirma que las estrellas pintadas en el exterior de los sarcófagos o ataúdes eran una especie de mapa que permitía al difunto navegar por el cielo nocturno. Los especialistas pensaban hasta ahora que eran algo parecido a relojes para marcar el tiempo, lo que habría tenido su importancia en ciertos rituales, como podemos leer en un artículo de Scientific American acerca de la investigación de Symons. Citamos parte del artículo:
“Sus conclusiones están basadas en años de investigación sobre antiguas creencias egipcias, inspecciones exhaustivas de las 27 tablas estelares o fragmentos de éstas que hay en el mundo y, utilizando el programa informático planetarium, la posibilidad de recrear con facilidad el cielo nocturno tal y como se mostraba hace cosa de 4.000 años sobre el Nilo. Symons y la coautora Elizabeth Tasker, de la Universidad de Hokkaido, en Japón, describen su trabajo en el número de Octubre de Scientific American.”
La disposición y el diseño de los mapas estelares del antiguo Egipto se comprendieron ya hace décadas, según afirman Symons y Tasker. Las pinturas de los antiguos astrónomos sobre algunas de las tumbas dividían la tabla en cuadrantes por medio de una franja vertical y otra horizontal. A lo largo de la franja horizontal se disponía una línea para la escritura en la que se invocaba a varios dioses egipcios con ofrendas. A lo largo de la franja vertical se pintaban imágenes de cuatro de los dioses.
En el artículo de Scientific American se examina la tabla estelar de Idy de Asyut, una de las mejor conservadas que se conocen. Esta tabla se encuentra actualmente en Alemania, en el Museo de la Universidad de Tubinga.
La diosa del cielo Nut en un antiguo mapa celeste que difiere del estudiado por Sarah Symons y Elizabeth Tasker. (Foto: GoldenMeadows / Wikimedia Commons)
A lo largo de la franja superior de la tabla se encuentra impreso en escritura jeroglífica el calendario civil egipcio, con semanas de 10 días y 12 meses de 30 días, lo que daba un total de 360 días anuales. A continuación pintaban la “media semana” que comprendía los cinco últimos días sueltos del año en una columna al final de la tabla.
Escribían los nombres de las estrellas mediante jeroglíficos en columnas de 12 líneas. Cada columna representa el ascenso u ocaso de cierta estrella en el horizonte, según leemos en el artículo de Scientific American.
El mapa celeste de Senemut, que difiere del que se detalla en el artículo de Scientific American. (Foto: SenemmTSR/Wikimedia Commons)
El mapa estelar de Idy representa a la diosa Nut, el dios Sahu y la pata de un buey, entre otras deidades. Nut era la diosa de los cielos, y la podemos contemplar en el mapa celeste sosteniendo el firmamento. Aparecen siete estrellas en Meskhetiu, la pata del buey, lo que los especialistas creen que puede representar a la constelación del Carro.
El mapa estelar de Idy también nos muestra a Sopdet o Sirio elevándose sobre el horizonte. Sirio se ausentaba del firmamento unos 70 días al año en el antiguo Egipto. Su renacimiento posterior señalaba todos los años la vital crecida del Nilo.
En el mapa celeste de Idy no aparecen las columnas de la tabla estelar ideal y habitual. “Incluso las representaciones parciales eran al parecer lo suficientemente poderosas como para permitir a los difuntos acceder al mapa completo en el más allá,” leemos en Scientific American.
Imagen de portada: Detalle del mapa estelar de Idy de Asyut en el que podemos ver a la diosa de los cielos Nut sosteniendo el firmamento, arriba a la izquierda. (Foto: Einsamer Schütz / Wikimedia Commons)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.