Según la transcripción de un fragmento de los Manuscritos del Mar Muerto digitalizado recientemente, el Arca de Noé era algo diferente a como se ha creído hasta ahora. Este texto, de 2.000 años de antigüedad, podría demostrar que la famosa arca del Génesis bíblico tenía forma de pirámide.
Hace más de cincuenta años, una piedra arrojada a una cueva por un pastor beduino condujo al que algunos consideran el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XX. El beduino oyó que la piedra que había lanzado parecía haber roto un objeto de cerámica. Al acercarse para investigar, halló el primero de los que acabaron siendo conocidos como los Manuscritos del Mar Muerto. Cuando se consiguió clasificar todos los documentos hallados junto con sus fragmentos, se contabilizaron en total unos 800 manuscritos. Aproximadamente una cuarta parte de ellos, poco más de 200 manuscritos, eran copias de pasajes de la Biblia hebrea.
Dos manuscritos del Mar Muerto en su ubicación original de las cuevas de Qumrán poco antes de ser recuperados por los arqueólogos para su conservación y estudio. (Public Domain)
Ahora, tras casi cinco años de investigaciones, un laboratorio creado por la Autoridad de Antigüedades de Israel como parte del proyecto Enciclopedia Digital Manuscritos del Mar Muerto Leon Levy, ha escaneado decenas de miles de fragmentos de estos manuscritos con una cámara diseñada expresamente para esta tarea. Cada fragmento fue fotografiado hasta en 28 ocasiones en alta resolución bajo luces de diferentes longitudes de onda. Esta avanzada tecnología ha permitido a los investigadores visualizar letras y palabras que habían permanecido ilegibles hasta la fecha. Algunos de los fragmentos recientemente digitalizados nos ofrecen nuevas interpretaciones de relatos bíblicos muy conocidos.
Parte de un manuscrito que habla del día del Juicio Final poco antes de ser escaneado. Fotografía: Autoridad de Antigüedades de Israel
El mismo fragmento del manuscrito sobre el Juicio Final tras ser escaneado. Fotografía: Autoridad de Antigüedades de Israel
Haaretz informa de que la nueva transcripción de los fragmentos podría cambiar nuestra visión tradicional del Arca de Noé. Gracias a la toma de imágenes de alta resolución, se ha revelado la presencia de una palabra hasta ahora inadvertida tras la expresión “la altura del Arca.” De este modo, las nuevas imágenes han revelado que la secuencia correcta de palabras es ne’esefet, que significa “reunidos”, y que según el investigador Alexey Yuditsky, significaría que los tablones de la estructura del arca se unían en su parte superior adoptando la forma de una pirámide. Según el Dr. Yuditsky, la Septuaginta, una traducción griega de la Biblia datada en el siglo III a. C., utilizaba un verbo griego con un significado similar para describir el Arca. Por otro lado, autores medievales como Maimónides sugieren asimismo que la techumbre del Arca acababa en punta.
Las palabras descifradas recientemente en los antiguos pergaminos permanecieron ocultas durante siglos, aunque finalmente están proporcionando respuestas a numerosos interrogantes que seguían en pie desde hacía largo tiempo, planteando además otros nuevos. Hasta ahora, el relato del Arca de Noé era conocido principalmente por el texto del Libro del Génesis. Sin embargo, los Manuscritos del Mar Muerto hallados en las cuevas de Qumrán del desierto de Judea arrojan nueva luz sobre esta leyenda.
Cueva número 4 de Qumrán en el desierto de Judea. En ella se encontraron el 90% de los Manuscritos del Mar Muerto (Public Domain)
Los Manuscritos del Mar Muerto contienen información acerca de muchas cuestiones fascinantes y controvertidas del pasado, siendo el relato del Arca de Noé y el legendario diluvio solamente una de ellas. Christos Djonis, autor colaborador de Ancient Origins, explica en sus artículos ''Pruebas del Diluvio Universal: ¿mito o realidad?” (en inglés, 1ª parte y 2ª parte), que la historia de Noé es algo más que una leyenda bíblica:
“El relato del “Diluvio Universal” enviado por Dios (o por los dioses según testimonios mucho más antiguos) para destruir a la humanidad por sus pecados es una historia muy extendida que comparten numerosas religiones y culturas de todo el mundo, y nos remite a nuestra historia más antigua registrada por escrito. Desde la India a la antigua Grecia, Mesopotamia, e incluso entre las tribus indias de Norteamérica, no son raros tales relatos, que bastante a menudo suenan de forma muy parecida. Algunas de estas historias son realmente tan similares que cabe preguntarse si es posible que las diferentes culturas de todo el mundo hubieran experimentado realmente dicho acontecimiento (…)
Solo después del 7000 a. C., cuando los niveles oceánicos empiezan finalmente a estabilizarse, la vida humana regresa de nuevo a la normalidad. Las zonas costeras ya no debían ser abandonadas en busca de terrenos a una mayor altitud, al menos en su mayor parte, y entre el 6000 a. C. y el 5000 a. C., una vez más empezamos a observar señales de actividad humana cercanas al mar. ¿Es una mera coincidencia que nuestra historia “registrada” dé comienzo precisamente en torno a esta época? ¿Es cierto que los antiguos seres humanos eran demasiado primitivos como para dejar rastro de su existencia, o quizás las páginas más antiguas de nuestra historia fueron “arrastradas” por el Diluvio Universal de la última glaciación? Después de todo, parece que tan pronto como las condiciones climáticas adversas remitieron, el ser humano no tardó en prosperar de nuevo.”
Los paneles de las elaboradas puertas del Baptisterio de Florencia, obra de Lorenzo Ghiberti, representan escenas del Antiguo Testamento. Uno de estos paneles (columna izquierda, segundo desde arriba) ilustra la vida de Noé, concretamente el momento en el que, tras el Diluvio Universal, Noé regresa a tierra firme con la ayuda de Dios. Curiosamente, el Arca aparece representada en este panel como una pirámide.
Otro descubrimiento realizado gracias a la digitalización de los manuscritos tiene relación con dos pasajes que arrojan nueva luz sobre una enigmática palabra de la Biblia. El capítulo 38 del Génesis narra cómo Judá mantuvo una relación sexual con su nuera Tamar. Ella se disfrazó como una prostituta, y como garantía de pago por sus servicios recibió de Judá “su sello, su cordón y su bastón”. Tras muchos siglos de discusiones en torno al significado de la palabra ptil (traducida habitualmente como ‘cordón’), los Manuscritos del Mar Muerto han aportado finalmente la respuesta en la siguiente frase: “Ptil es su cinturón.” Como ha comentado acerca de este descubrimiento el presidente de la Academia de la Lengua Hebrea Moshe Bar-Asher:
La palabra ‘ptil’ se menciona en la Biblia en 10 ocasiones. En todas ellas, sabemos a qué se refiere y cuál es su función, con la excepción del ‘ptil’ que recibe Tamar en garantía. Acerca de éste, las opiniones de nuestros ancestros estaban divididas. Pero ahora disponemos de un antiguo texto, del siglo I como muy tarde, que nos revela el significado de este ptil: se trata del cinturón con el que Judá ajustaba sus pantalones o su túnica.
A pesar de las décadas de estudio y análisis, los Manuscritos del Mar Muerto aún continúan revelándonos nuevos secretos.
Imagen de portada: Panel de las puertas del Baptisterio de Florencia en el que el Arca de Noé aparece representada como una pirámide.
Autor: Natalia Klimzcak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.