Los misteriosos Zhang Zhung del Tíbet y su apasionante mitología
Hace muchos siglos, en las cumbres montañosas del Tíbet occidental, el pueblo Zhang Zhung fundó toda una civilización con sus adelantos tecnológicos, ricas obras de arte y un panteón encabezado por un dios supremo de extraños y maravillosos orígenes.
John Vincent Bellezza, experimentado investigador miembro del Centro Tibetano de la Universidad de Virginia, lleva más de 25 años estudiando la arqueología de los pueblos de la Edad del Hierro del Tíbet occidental, sus dioses y sus culturas.
En su blog podemos leer: “Hasta la exhaustiva exploración del Alto Tíbet por parte del autor [el profesor Bellezza] en la década de los 90 y la primera década del siglo XXI, se sabía muy poco acerca de los Zhang Zhung. Los propios tibetanos habían olvidado sus logros del pasado y los comunistas chinos no estaban al corriente de lo que yacía en los límites de esta meseta.”
Esta publicación del blog ofrece una sinopsis bellamente escrita capítulo por capítulo de uno de los libros del profesor Bellezza sobre los Zhang Zhung, que habitaban un territorio situado unas 1.000 millas al noroeste de la capital del Tíbet, Lhasa. En esta región hay lagos, llanuras y largas cordilleras montañosas, y se encuentra ahora muy escasamente poblada, aunque entre el 500 a. C. y el 625 d. C. según el autor estaba bastante más habitada. He aquí algunos fragmentos de esta sinopsis:
“Un impresionante conjunto de monumentos proclama la existencia de los Zhang Zhung desde alrededor del 1000 a. C. Había castillos que ocupaban las cotas más elevadas en torno a explotaciones agrícolas, se fundaban templos en rincones ocultos y las tumbas salpicaban las zonas deshabitadas. Muchos de los templos y fortalezas estaban enteramente construidos de piedra, utilizando pesados soportes de roca para sostener sus tejados. […]”
Esta construcción, realizada enteramente en piedra, y otras 16 similares se cree que son el lugar en el que el antiguo pueblo Zhang Zhung conmemoraba el descenso a la Tierra de su dios supremo, Gekhoe. (Fotografía: John Vincent Bellezza)
“El Alto Tibet alberga lujosas representaciones pictóricas, que ilustran las realidades cotidianas de la vida de los Zhang Zhung. Allá donde se extienden estas tierras, los grabados y pinturas sobre rocas adornan las cuevas y paredes montañosas. Estas manifestaciones artísticas dan testimonio de batallas, competiciones deportivas, escenas de caza y pastoreo y persecuciones religiosas con todo lujo de detalles. Ningún otro descubrimiento retrata a los Zhang Zhung de una forma tan vívida e íntima.”
Escribe el profesor Bellezza en un correo electrónico enviado a Ancient Origins: “En el antiguo Tíbet occidental se practicaban tanto el pastoreo como la agricultura. Se ha recuperado una amplia variedad de objetos de antiguas tumbas en años recientes, y otros han aparecido en el mercado internacional de arte y antigüedades. Se ha encontrado de todo, desde piedras preciosas hasta diferentes metales trabajados y moldeados, pasando por piezas cerámicas, objetos de madera y tejidos de seda y lana.”
En su blog, el profesor Belleza escribe que la memoria de los Zhang Zhung se ha conservado hasta nuestros días en leyendas, mitos e incluso relatos, lo que nos ofrece una interesante imagen de cómo eran su sociedad y su cultura. “Estos relatos documentan la construcción de castillos, templos, tumbas, sistemas de riego y talleres,” escribe. “… Mientras las élites residían en notables fortalezas dispersas por todo Zhang Zhung, los pastores y campesinos ocupaban viviendas mucho más humildes. Aún así, lazos rituales y de clan unían a los diferentes estratos de la sociedad para formar una poderosa confederación que prevaleció durante siglos.”
La memoria de los dioses de los Zhang Zhung de la Edad del Hierro se ha conservado en la religión Bön de épocas posteriores. Merece la pena leer la descripción del profesor Bellezza en esta publicación de su blog Tibetan Archaeology (“Arqueología Tibetana”), acerca del nacimiento de su poderoso dios Gekhoe:
En las escrituras Bön se cuenta que del vacío del espacio nació Gekhoe, de un huevo resplandeciente incrustado de joyas. Este magnífico huevo comenzó su descenso a la tierra por la acción del Lha de luz brillante, un ente primordial. A continuación, combinándose con la radiación del Padre Montaña y la Madre Lago, eclosionó. De este mágico huevo nació Gekhoe, soberano de la tierra, bajo la forma de un fiero yak salvaje de la existencia. Este divino yak de cristal cayó a tierra en el país de Zhang Zhung, justo detrás de la ‘Gran Montaña de Nieve’. En ese momento, la tierra tembló de seis formas diferentes y el océano se arremolinó agitado. A continuación apareció en el cielo una brillante luz, sonidos melodiosos en el espacio, y bellas flores y muchos otros acontecimientos maravillosos en toda la tierra. Cayeron rocas de la cima de la Gran Montaña de Nieve sobre los ardientes cuernos de Gekhoe, y él las arrojó a izquierda y derecha con sus puntas. Se dice que aún a día de hoy, se pueden observar las huellas de los cuernos y las pezuñas de Gekhoe sobre estas rocas. En la fase final de esta teogonía, el gran yak salvaje de la existencia fue transformado en luz y se disolvió con la Gran Montaña de Nieve, manifestándose de ahí en adelante bajo innumerables formas.
El profesor Bellezza explica a Ancient Origins por correo electrónico que el dios creador nacido de un huevo es un motivo común en la mitología. Gekhoe aún forma parte del panteón Bön.
“[Gekhoe] es un importante dios tutelar en esta religión y a menudo aparece bajo la forma de una deidad tántrica de 18 brazos,” escribe el profesor Bellezza. “Su consorte es Drablhai Gyalmo, antaño una importante deidad del Tíbet occidental por propio derecho. Esta diosa aparece a menudo ataviada como una guerrera. Dar muerte a monstruos es otro de esos temas mitológicos que sobrepasan fronteras y se dan en numerosas culturas. Resulta muy difícil decir cuándo surgió este tipo de divinidad, pero sin duda fue en los albores de la historia de la humanidad.”
Libro sobre la religión Bön
El profesor Bellezza afirma asimismo que en esta religión, llamada en la actualidad el Eterno Bön, Gekhoe era el rey de los dioses y cuidaba de todos los humanos y demás criaturas del Tíbet occidental. Regía sobre muchos espíritus, algunos muy poderosos, otros algo menos. Gekhoe se puede traducir de la lengua Zhang Zhung como “Demonio Destructor.” Pero aunque el reino de Zhang Zhung data aproximadamente del 500 a. C., los textos que describen a Gekhoe no tienen más de mil años de antigüedad, y son ya de la época en la que la antigua religión empezaba a ser absorbida por los principios y conceptos budistas.
Escritura Zhang Zhung, realizada por el autor de Wikimedia Phubutsering (Wikimedia Commons)
Sin embargo, el profesor Bellezza ha visitado un asentamiento prehistórico de viviendas de piedra que cree que puede ser el lugar en el que los Zhang Zhung creían que Gekhoe descendió a la Tierra. En opinión de Bellezza, este complejo residencial parece haber desempeñado funciones tanto utilitarias como religiosas. Los orígenes de este asentamiento se pierden en la noche de los tiempos. No se conserva memoria de este lugar ni en la literatura ni en la tradición oral de la religión del Bön Eterno. El asentamiento cuenta con 17 edificios con ménsulas enteramente construidos en piedra, de un tipo habitual en el Alto Tíbet del primer milenio a. C., aunque la fecha precisa de su fundación se desconoce.
La esvástica es un símbolo habitual en la religión Bön. (Imagen: swastika-info.com)
Estas estructuras se encuentran a una altitud de entre 5.130 y 5.250 metros sobre el nivel del mar, por encima de la altura a la que los humanos pueden vivir con cierta comodidad. Las gentes de la Edad del Hierro podían habitar aquí en aquella época porque el clima era más suave y eran un pueblo vigoroso y tecnológicamente capacitado, según el profesor Bellezza.
Para el profesor Bellezza, tanto este asentamiento, como los Zhang Zhung en general, sucumbieron al cambio climático y la degradación medioambiental. “Aunque la civilización Zhang Zhung desapareció hace tiempo, algunas de sus premisas fundamentales aún siguen vivas en los corazones de los tibetanos. La implicación aquí es rotundamente clara: el espíritu humano y aquello que estima nunca muere.”
El profesor Bellezza ha escrito extensamente acerca de Gekhoe en sus libros Calling Down the Gods (2005) y Zhang Zhung (2008).
Imagen de portada: Máscara funeraria de oro realizada mediante la técnica del repoussé, anterior al 200 d. C; según John Vincent Bellezza, “quizás procedente del Tíbet occidental.” Mide 15 por 12 centímetros. (Fotografía cortesía de John Vincent Bellezza).
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
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