En nuestros días hay más de seis millones de personas que hablan una lengua procedente de la civilización maya, que ocupó en el pasado regiones de lo que hoy son México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador durante más de 3.000 años. Sin embargo, aunque las lenguas habladas de origen maya se han conservado en su mayor parte, no ha habido tanta suerte con su lenguaje escrito. Aunque se han encontrado jeroglíficos en cientos de antiguos asentamientos, todos los textos a excepción de tres códices mayas fueron destruidos durante la conquista española en el siglo XVI, y con ellos las claves para descifrar su antigua escritura jeroglífica.
Los lingüistas llevan siglos intentando descifrar esta escritura a fin de aprender más sobre aquella misteriosa y poderosa civilización, estudiando los símbolos de sus monumentos, cerámica y estatuas. Queda aún un largo camino por recorrer para descifrar por completo la antigua escritura de los mayas, pero sí se han realizado bastantes progresos y se está avanzando a un ritmo bastante rápido gracias a iniciativas organizadas en internet que permiten a lingüistas de todo el mundo compartir sus conocimientos. Aproximadamente el 15% de la escritura maya se desconoce aún por completo, y descifrar estas últimas piezas del rompecabezas supondrá un gran paso adelante para profundizar en nuestro conocimiento de los aspectos sociales, políticos e históricos de la civilización maya.
Durante más de cien años, expertos en lenguas han pensado que la escritura maya era meramente simbólica y no representaba en absoluto un lenguaje, y resulta fácil ver por qué. La escritura maya es muy impactante visualmente, combinando cientos de signos únicos con formas de humanos, animales, elementos sobrenaturales y figuras abstractas. Pero en el transcurso del descifrado de la escritura jeroglífica maya, los expertos se dieron cuenta de que se trataba de un sistema de escritura plenamente funcional en el que era posible expresar inequívocamente cualquier frase de la lengua hablada. El sistema es del tipo conocido habitualmente como logosilábico, en el que los glifos pueden ser utilizados como palabras, sílabas o incluso frases completas.
Reproducción de un detalle del Códice de Dresde (siglo XIII) en la que se observan diversos jeroglíficos mayas (CC BY-SA 4.0)
Los primeros pasos para comprender la lengua escrita de los mayas se dieron en la década de 1950, cuando un lingüista ruso descubrió que sus jeroglíficos eran en parte fonéticos. En las décadas posteriores de los 70 y los 80, el interés por la escritura maya creció, y muchos lingüistas de todo el mundo se implicaron en la decodificación del misterioso lenguaje. Para finales de la década de los 80, la escritura maya fue reconocida oficialmente como un sistema de escritura plenamente funcional. Los expertos realizaron también progresos en la comprensión de las variantes del lenguaje. Al menos dos lenguas mayas principales han sido identificadas en los textos jeroglíficos, además de ser muy probable la existencia de otra variante más.
A pesar de estos progresos, aún queda mucho por saber y por descifrar. Una página web que inició su andadura en el año 2013 titulada ‘Maya Decipherment’ (‘Descifrado del maya’), blog para expertos y aficionados gestionado por David Stuart, arqueólogo de la Universidad de Texas, lleva desde entonces ayudando a los especialistas en la compleja tarea de completar el descifrado de la escritura maya. La web actúa como vehículo para para publicar nuevas inscripciones, afinar traducciones y debatir las sutilezas de la lengua maya.
Códice de Dresde, página 49 (Dominio público)
Más de 30 especialistas están trabajando desde hace tiempo en la decodificación de la escritura maya, todos ellos con la esperanza de obtener nueva información sobre aquella antigua civilización. El uso y el conocimiento de la escritura maya se prolongó hasta la conquista española del siglo XVI, cuando el obispo Diego de Landa Calderón de la Archidiócesis de Yucatán prohibió el uso de la escritura maya, poniendo fin de este modo a la tradición mesoamericana literaria en lengua nativa. Landa trabajó junto con los colonos españoles para destruir la mayor parte de los textos mayas, en un esfuerzo por convertir a los mayas al cristianismo y alejarlos de lo que percibían como una idolatría pagana. Siglos más tarde, hay esperanzas de que los jeroglíficos grabados por los mayas sobre los muros de sus pirámides, sus monumentos y su cerámica, puedan ser comprendidos finalmente.
Imagen de portada: la escritura maya aparece habitualmente bajo la forma de bloques, bloques que pueden representar un sonido, una palabra o incluso una frase entera. (Dominio público)
Autor: April Holloway
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.