La tumba donde se dice que Jesucristo habría sido preparado para su entierro, y más tarde enterrado después de su crucifixión, ha sido ahora datada en la época de la Roma imperial, en torno al reinado de Constantino. Un estudio reciente demuestra que su antigüedad es de más de 1.700 años, lo que va en contra de la creencia habitualmente aceptada.
El análisis de fragmentos de mortero, extraídos del lecho sepulcral original de piedra caliza y una losa de mármol que la cubre, revela que se remontan al 345 d. C. Esto ha llevado a Kristen Romey, editor de arqueología de la revista National Geographic, a escribir al respecto: “Por fin tenemos la prueba científica de que este lugar, la tumba de Jesucristo, uno de los lugares más sagrados del cristianismo, se ha mantenido intacta durante diecisiete siglos.”
NBC News describe las pruebas científicas llevadas a cabo,
“Para datar la tumba, conocida como el Edículo Sagrado, conservadores de la Universidad Técnica Nacional de Atenas examinaron los elementos radiactivos presentes en la argamasa arquitectónica que los mantiene unidos. También utilizaron radar de penetración terrestre y escaneo láser.”
Concretamente, leemos en National Geographic: “Las muestras de mortero fueron datadas independientemente en dos laboratorios diferentes con luminiscencia ópticamente estimulada (OSL), una técnica que determina cuándo los sedimentos de cuarzo estuvieron más recientemente expuestos a la luz.”
National Geographic informa de que la tumba, supuestamente perteneciente a Jesucristo, fue abierta en octubre del 2016 por primera vez en siglos. Se encuentra en la Iglesia del Santo Sepulcro, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Como apunta Romey: “Marca el lugar de la crucifixión, el entierro y la resurrección de Jesucristo según la tradición cristiana”. Documentos históricos sugieren que los romanos identificaron esta tumba como la de Jesucristo alrededor del año 326 d. C.
La entrada a la tumba durante las reformas. (Corey Jaskolski / National Geographic)
Una evaluación previa de la arquitectura del interior y los alrededores de la tumba llevó a los expertos a sugerir que provenía de la época de las Cruzadas. El lecho funerario, donde Cristo habría sido ungido tras su crucifixión, había sido cubierto con un revestimiento de mármol, cubierto posteriormente a su vez con otra losa de mármol. Esta losa de mármol más antigua, quebrada e incisa con una cruz, y que descansa directamente sobre el lecho funerario, ha sido llamada ahora el “santuario romano más antiguo del lugar.”
Parte central de un mosaico de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén situado sobre el muro exterior del Catholicon, tras la Piedra de la Unción. El mosaico representa a Jesús siendo bajado de la Cruz, y su cuerpo está siendo ungido antes de ser depositado en la tumba. (M diet/CC BY SA 3.0)
Newsweek informa de que la iglesia fue totalmente demolida en el año 1009, pero fue reconstruida más tarde. Sin embargo, esta destrucción planteó una duda en las mentes de los investigadores modernos: ¿podría tratarse del mismo lugar, considerado la tumba de Jesucristo por los romanos, quienes lo descubrieron y consagraron hace casi 17 siglos?
Según National Geographic, los resultados de las recientes pruebas confirman que lo es. Sin embargo, también observan lo siguiente:
“Aunque es arqueológicamente imposible decir si la tumba es el lugar de enterramiento de un individuo judío conocido como Jesús de Nazaret, quien, según el relato del Nuevo Testamento, fue crucificado en Jerusalén en el 30 ó el 33, los resultados de la nueva datación trasladan con toda seguridad la construcción original de la tumba actual a la época de Constantino, primer emperador cristiano de Roma.”
Today informa además de la emisión por parte de National Geographic de un documental relacionado con este descubrimiento: “The Secrets of Christ's Tomb,” (“Los secretos de la tumba de Cristo”). National Geographic también ha construido una réplica en tres dimensiones de la tumba en su Museo de Washington, D.C., Estados Unidos.
Fredrik Hiebert, arqueólogo residente de National Geographic, decía al respecto que cree que aún se pueden descubrir más cosas de la tumba: “Hay tanta información en los datos que fueron recogidos por los restauradores durante el proyecto de conservación. Hay muchas, muchas historias todavía por contar”.
Imagen de portada: La tumba de Jesucristo en la Iglesia del Santo Sepulcro, Jerusalén. Fuente: The O.K Corral
Autor: Alicia McDermott
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.