Según demuestran recientes revelaciones, el lujoso túmulo funerario de la antigua ciudad griega de Anfípolis del que se había planteado la posibilidad de que albergara los restos de Hefestión, amigo íntimo y general del ejército de Alejandro Magno, podría en realidad haber pertenecido a Olimpia, madre de Alejandro.
Con 488 metros de circunferencia, esta tumba lujosamente decorada es la mayor de su tipo conocida en el mundo griego antiguo, y ha sido datada entre los años 325 a. C. y 300 a. C. Alejandro Magno murió en el 323 a. C.
Según afirma el investigador Andrew Chugg, en una inscripción que aparece sobre un bloque de piedra faltaría una Π o ‘Pi’, lo que habría llevado al arqueólogo que dirigía las excavaciones a relacionar la tumba con Hefestión. En su lugar, según este autor, probablemente se trate de la tumba de la madre de Alejandro, Olimpia. En ella se desenterraron los huesos de cinco individuos.
Arriba: Boceto de la inscripción grabada sobre el bloque de piedra, realizado por arqueólogos griegos. Abajo: Reconstrucción llevada a cabo por Andrew Chugg a partir de una fotografía de los años 70. En ella se observa que la Π de ΠΑΡΕΛΑΒΟΝ se desprendió del bloque al deteriorarse éste. (Andrew Chugg, American School of Classical Studies at Athens)
“Por lo tanto, la tumba de Anfípolis debió ser el último proyecto cuyas piedras se reutilizaron. Es la tumba de alguien que murió algunos años más tarde que Alejandro Magno, no la tumba o el monumento de Hefestión, que habría fallecido siete meses antes,” ha declarado Chugg a Discovery, para añadir a continuación que: “En una cista situada en el interior de la tumba se halló el esqueleto de una mujer de unos 60 años, la edad correcta para Olimpia. Es probable que se pueda obtener ADN de sus restos, ya que no fueron incinerados.”
La tumba se encuentra en Anfípolis, 100 kilómetros al este de Tesalónica, al norte de Grecia. En el año 2014, un equipo de arqueólogos abrió la tumba y halló en su interior esfinges decapitadas, grandes estatuas femeninas custodiando a los difuntos y bellos mosaicos en sus suelos.
La antigua ciudad de Anfípolis fue conquistada por Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro Magno, en el año 375 a. C., y su fundación se remonta al siglo IV a. C. La tumba contiene esculturas de cariátides, un mosaico ornamentado y monedas con la efigie de Alejandro Magno.
La arqueóloga Katerina Peristeri, directora de las excavaciones, llevaba tiempo sugiriendo que la tumba podría haber sido encargada para un general del ejército de Alejandro. No obstante, el descubrimiento de rosetas pintadas de azul, rojo y amarillo, similares a las halladas en el ataúd de la tumba que se cree que perteneció a Filipo II, padre de Alejandro Magno, sugiere que la tumba de Anfípolis podría haber pertenecido en cambio a un miembro de la realeza macedonia, apuntando la hipótesis más popular a Olimpia, madre de Alejandro.
Medallón de oro de la Roma imperial con la efigie de Olimpia, madre de Alejandro Magno. (Public Domain)
En octubre del 2015, Peristeri y su arquitecto jefe Michalis Lefantzis anunciaron que habían encontrado tres inscripciones en el interior de la tumba de Anfípolis con el monograma de Hefestión, general y amigo íntimo de Alejandro Magno. Las inscripciones eran contratos del proyecto de construcción del monumento. Fue una de estas inscripciones la que perdió la letra Π.
“Dejaron un espacio en blanco en la inscripción. Todo el mundo pensó que este hecho implicaba que la Π sencillamente no estuvo ahí grabada sobre la piedra del bloque,” ha declarado Chugg a Discovery News. Estos bloques habían sido almacenados, siendo descubiertos más tarde en el río Estrimón.
En Discovery News podemos leer que Chugg y Peristeri están de acuerdo en que Alejandro podría haber ordenado que se cortaran los bloques para futuros monumentos dedicados a Hefestión. Pero según Chugg, tras la muerte de Alejandro en el 323 a. C., sus proyectos de construcción habrían sido abandonados, almacenándose los bloques y otros materiales destinados a las obras.
Aunque el monumento de Anfípolis podría haber sido construido en honor a Hefestión, Peristeri ha asegurado en Discovery News que no existen pruebas de que los restos de Hefestión se encuentren enterrados en esta tumba.
Cuadro titulado “La familia de Darío III frente a Alejandro Magno”, obra de Justus Sustermans. (Public Domain) Hefestión aparece señalando a Alejandro con el dedo índice de su mano derecha.
Cuando finalmente se descubrió un sarcófago dentro de la tumba de Anfípolis, los arqueólogos encontraron en su interior gran cantidad de huesos pertenecientes a cinco individuos: una mujer de avanzada edad, dos hombres, un recién nacido y los restos incinerados de un individuo de edad y sexo desconocidos. Al parecer la tumba estuvo en uso desde el siglo IV a. C. hasta la época romana, y fue saqueada ya en la antigüedad, de modo que no hay forma de saber con certeza quiénes eran estos cinco individuos.
Recientemente ha dado comienzo una conferencia anual sobre excavaciones arqueológicas en las antiguas Macedonia y Tracia. Se revelarán nuevos detalles sobre la tumba y los enterramientos en esta conferencia (en griego).
Imagen de portada: Mosaico de la tercera cámara de la tumba de Anfípolis en el que aparece representado Plutón raptando a Perséfone. (Public Domain)
Autor: Mark Miller
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.