La antigua Pamplona musulmana: mestizaje entre navarros y norteafricanos desde el siglo VIII
Recientes análisis científicos han revelado que los musulmanes llegados a la península ibérica en los inicios de la conquista, en el siglo VIII, no eran sólo militares, como se creía hasta ahora. También arribaron grupos familiares islamizados del norte de África. Grupos que, rápidamente, se relacionaron con la población autóctona.
Así al menos lo afirman los últimos estudios de osteoarqueología -análisis de huesos- y ADN realizados a una serie de restos óseos recuperados de la extensa necrópolis islámica medieval (o maqbara) descubierta en el año 2002 en la plaza del Castillo de Pamplona, en Navarra (España) y que todavía no ha sido excavada en su totalidad. Unos resultados que, tal y como aparece publicado en Noticias de Navarra, obligan a revisar el conocimiento establecido sobre la conquista de Hispania, rebautizada entonces por los árabes como al-Andalus.
Esta nueva y revolucionaria información consta en la tesis doctoral "La maqbara de Pamplona (s.VIII). Aportes de la osteoarqueología al conocimiento de la islamización en la Marca Superior", de la doctora en Historia, licenciada en Antropología y matrona del Hospital General de Alicante, María Paz de Miguel Ibáñez. Dicha tesis fue aprobada recientemente por la Universidad de Alicante (UA) con la calificación de sobresaliente cum laude por unanimidad.
Excavaciones en la Plaza del Castillo de Pamplona, donde se recuperaron los restos óseos que obligan a reescribir los orígenes de Al-Andalus. (Fotografía: Diario de Navarra)
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En el diario ABC podemos leer que a través del estudio de los restos humanos de la maqbara pamplonica llevado a cabo por María Paz de Miguel Ibáñez se ha identificado el número mínimo de individuos enterrados (177 en 172 sepulturas), sus edades, sexo y procedencia, así como las enfermedades o traumatismos que sufrieron: se trata de la primera necrópolis islámica medieval de la península ibérica datada entre los años 715 y 770, periodo próximo a la conquista árabe-bereber, que se inició en el año 711.
Según su tesis doctoral, la población islámica de Pamplona durante el siglo VIII estaba integrada por individuos autóctonos y africanos de ambos sexos, un dato que no estaba comprobado hasta ahora y que se ha determinado a partir de los marcadores de ADN analizados en la Universidad del País Vasco por el equipo dirigido por la catedrática Concepción de la Rúa.
Mapa de la Península Ibérica en torno a los años 711-714. (Public Domain)
Manipulaciones dentarias
Uno de los hallazgos más destacados fue la identificación de manipulaciones dentarias intencionadas, de origen cultural, consistentes en el limado estético de los incisivos superiores e inferiores.
“Este tipo de manipulaciones dentarias se da preferentemente en mujeres, una de las cuales tiene marcadores genéticos locales (navarros), lo que demuestra que hubo un mestizaje cultural. Estamos ante personas islamizadas que vinieron directamente de un lugar todavía impreciso de África, posiblemente del Magreb”, ha señalado María Paz de Miguel Ibáñez, según declaraciones publicadas en el Diario de Navarra.
Un mestizaje que también ha quedado patente en los anillos con inscripciones cúficas (árabe primitivo) aparecidos en las necrópolis cristianas de Argaray y casa de Condestable, situadas cerca de la maqbara de Pamplona y contemporáneas a ella.
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Dinar Omeya de Al-Andalus datado entre los años 716 y 717. (Public Domain)
Una época violenta
Por otra parte, hay que señalar que casi la mitad de los restos exhumados corresponde a individuos menores de 20 años: un claro indicador de la existencia de una población en crecimiento y asentada en el territorio.
Además, los traumatismos que presentan los varones -destacan las fracturas de Parry (cúbito y radio) o "parada de golpe" con el antebrazo- revelan el uso de la violencia interpersonal y el haber vivido en una época llena de enfrentamientos entre grupos opuestos.
Por último, han quedado constatadas tanto la existencia de un soporte familiar de cuidados a personas enfermas como casos de tuberculosis, brucelosis, sinusitis y lepra.
Los restos óseos de los varones presentan fracturas típicas de una época violenta, con múltiples enfrentamientos. En la imagen, miniatura perteneciente a las Cantigas de Santa María en la que podemos observar una típica batalla de la Reconquista. (Siglo XIII). (Public Domain)
Imagen de portada: Fragmento del maxilar superior de uno de los esqueletos hallados en el más antiguo cementerio islámico medieval de España, descubierto hace algunos años en Pamplona. (Fotografía: EFE/DN)
Autor: Mariló T. A.
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