Se han descubierto dos epitafios de piedra en una rica tumba repleta de oro de quinientos años de antigüedad en Nanjing, China. Las lápidas nos cuentan la apasionante historia de su ocupante, una mujer llamada Mei, a quien los autores del hallazgo se refieren como “Lady Mei”. De acuerdo con las inscripciones, Lady Mei empezó siendo una “sucia y desaliñada” concubina, para convertirse más tarde en madre de todo un Duque, experto en cuestiones políticas y de estrategia militar. Los espectaculares tesoros descubiertos dentro de la tumba atestiguan la riqueza y el poder que la mujer conquistó con el paso de los años.
La tumba fue descubierta en un primer momento en el año 2008, pero los hallazgos de los arqueólogos del Museo Municipal de Nanjing y el Museo del Distrito de Nanjing de la Ciudad de Nanjing, acaban de ser traducidos al inglés y publicados en la revista Chinese Cultural Relics.
Live Science informa de que la tumba, cuya antigüedad se remonta a la Dinastía Ming (1368-1644) , fue descubierta mientras se realizaban unas obras de construcción. En el interior de la tumba de ladrillo, los arqueólogos hallaron un ataúd que contenía los restos óseos de Lady Mei, dos lápidas de piedra con inscripciones y un rico tesoro que incluía brazaletes de oro, cajas de oro con preciosas gemas incrustadas y horquillas para el pelo también de oro.
Piezas de oro con zafiros, rubíes y turquesas incrustados (fotos de Chinese Cultural Relics)
De la miseria a la riqueza
Los epitafios hallados en el interior de la tumba nos cuentan una apasionante historia. De acuerdo con las inscripciones, Lady Mei nació en 1430 y en su primera juventud fue una concubina de baja condición. Siendo aún adolescente o al menos bastante joven se convirtió en una de las tres esposas de Mu Bin, Duque de Qian, que gobernaba la provincia de Yunnan al sudoeste de China.
Muy pronto, Lady Mei dio a luz un niño, Mu Zong, y solo diez meses más tarde su marido falleció. A Lady Mei se le encargó la tarea de preparar a su hijo para convertirse en el próximo Duque, y de acuerdo con los epitafios, lo cumplió con “férrea disciplina y diligencia”, educándole e inculcándole valores como la lealtad y el sentido del deber.
Concubina de la dinastía Ming (Wikimedia Commons)
En poco tiempo Lady Mei llegó a conocer al Emperador, que encargó a Mu Zong mantener su dominio sobre Yunnan y le concedió a ella el título de “Duquesa Viuda”.
Lady Mei ejerció así un gran poder, ya que adoptó el papel de consejera de su hijo.
“La Duquesa Viuda siempre hablaría al duque de tercera generación sobre su lealtad al emperador, mostrando un amable interés por las gentes que habían estado bajo el dominio del duque anterior, su difunto marido, y poniendo en práctica estrategias para mantener la paz con las tribus bárbaras y pacificar lejanos territorios,” se puede leer en los epitafios.
Lady Mei murió a causa de una enfermedad a la edad de 45 años y su cadáver fue enviado a Nanjing para su enterramiento. Sus epitafios alaban la forma en que moldeó a su hijo para convertirle en un sabio y poderoso líder. Las inscripciones en las lápidas concluyen con una emotiva pregunta:
¿Por qué si Cielo le otorgó todas las virtudes, fue tan poco generoso al no concederle más años de vida? Aunque la voluntad del Cielo es remota y profunda, necesita derramarse sobre millones de personas
Imagen de portada: Tumba de ladrillo de Lady Mei hallada en Nanjing, China.
Autor: April Holloway
Traducción: Moreno Montañaroja
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.