Un equipo de arqueólogos ha realizado un descubrimiento singular en una aldea prehistórica de Jordania: los restos óseos de más de 70 individuos cuyos cadáveres se habían dejado pudrir para a continuación desmembrarlos. Después de este proceso, sus huesos fueron clasificados por tipos y los diversos conjuntos fueron enterrados en cistas de piedra en el interior de viviendas. Los investigadores han sugerido que esta práctica podría haber estado basada en una creencia relacionada con el hecho de mantener a los difuntos y a sus espíritus presentes entre los vivos.
Haaretz informa de que el descubrimiento ha sido realizado por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Copenhague en Shkārat Msaied, una aldea de hace 9.000 años situada en un valle justo al norte de Petra.
“Este bien conservado yacimiento es de gran importancia arqueológica e histórica, ya que estuvo habitado en un período marcado por avances cruciales en las estrategias de subsistencia, al empezar las poblaciones humanas a experimentar con el cultivo de plantas y la cría de animales,” se informa desde el Proyecto Neolítico Shkarat Msaied. “Este paisaje semiárido en el que se encuentra situado el yacimiento de Shkarat Msaied estaba habitado principalmente por grupos nómadas de cazadores-recolectores, que vivían en construcciones de forma circular con una entidad más sustancial que las anteriores y cuya cultura material era rica y diversa.”
Las gentes que vivían en Shkārat Msaied hace 9.000 años construían viviendas de piedra circulares de gran tamaño, en cuyo interior enterraban a sus muertos. Fotografía: Moritz Kinsel, Proyecto Neolítico Shkārat Msaied , Universidad de Copenhague.
Según National Geographic, los arqueólogos descubrieron en torno a 15 fosas comunes, de las cuales 10 han sido excavadas hasta la fecha. Las tumbas contenían huesos que habían sido clasificados en su mayor parte según su tipo: por ejemplo, cráneos en una de las tumbas y huesos de las piernas en otras. Los restos pertenecían a hombres, mujeres y niños.
El análisis de estos restos sugiere que se dejaron pudrir los cadáveres hasta completar su descomposición antes de ser desmembrados, clasificados sus huesos y enterrados en cistas de piedra en el interior de las casas.
El Dr. Moritz Kinzel, director de las excavaciones e investigador del Departamento de Estudios Regionales e Interculturales de la Universidad de Copenhague, ha declarado a Haaretz: “No sabemos todavía si los individuos enterrados eran parientes, ni cómo fueron escogidos para ser enterrados ahí.” Añadiendo a continuación: “También parece que los cadáveres se encontraban en diferentes estados de putrefacción cuando fueron enterrados en Shkārat Msaied. Esto podría ser un indicador de que estos individuos no murieron necesariamente en el asentamiento, habiendo sido traídos aquí precisamente para ser enterrados, para convertirse en parte de la comunidad.”
Los restos de numerosos individuos fueron enterrados juntos en el interior de las viviendas. Fotografía: Moritz Kinsel, Proyecto Neolítico Shkārat Msaied , Universidad de Copenhague.
Aunque las razones ocultas tras esta práctica funeraria podrían no llegar a saberse con certeza jamás, la antropóloga física Marie Louise Jørkov de la Universidad de Copenhague ha declarado a Haaretz que el hecho de enterrar a los muertos dentro de las casas sugiere que los vivos querían sentirse cerca de sus difuntos, o permitir a sus espíritus “compartir” con ellos su vida cotidiana. Kinzel añade que la separación de las diferentes partes del cuerpo podría haber tenido como objetivo asegurarse de que los muertos no se levantaran de sus tumbas y ocasionaran problemas.
Curiosamente, la práctica de dejar pudrirse los cadáveres antes de limpiar y clasificar sus huesos es una tradición que se ha observado en numerosas antiguas culturas de todo el mundo, proceso que en ocasiones incluía el descarnado de los propios huesos.
En febrero del año pasado, un equipo de arqueólogos descubrió en Bolivia un antiguo depósito de cadáveres que se remontaba a hacía unos 2.000 años y en el que los cuerpos habían sido hervidos, despojados de su carne y limpiados. También se encontró en estructuras similares a pilas para lavar presentes en los hogares de Shkarat Msaied una sustancia blanca en polvo, aunque los investigadores aún no han logrado identificar de qué se trata.
Se descubrieron vestigios de prácticas similares en una aldea neolítica de Turquía, en un yacimiento de la Edad de Piedra situado en Italia de hace 7.500 años y en un enterramiento de Filipinas cuya antigüedad era de 9.000 años.
Imagen de portada: Conjunto de cráneos descubiertos enterrados en una cista de piedra hallada en el interior de una vivienda prehistórica de Shkārat Msaied, Jordania. Fotografía: Moritz Kinsel, Proyecto Neolítico Shkārat Msaied , Universidad de Copenhague.
Autor: April Holloway
Traducción: Rafa García
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.