Las excavaciones que, desde hace años, se están llevando a cabo en el barranco de La Boella, ubicado en el municipio de La Canonja, en la provincia española de Tarragona, están sacando a la luz un mundo diverso, ancestral y rebosante de grandes mamíferos. Los restos arqueológicos hallados en esta excavación evidencian una de las primeras ocupaciones humanas conocidas de la Península Ibérica. De hecho, a lo largo de la presente campaña se han podido encontrar alrededor de cincuenta herramientas de sílex de un valor “excepcional” por su gran antigüedad, de entre 800.000 y un millón de años.
Desde el Instituto Catalán de Paleoecología Humana (IPHES) se ha informado de que las herramientas, que están muy bien conservadas, se han encontrado en la zona conocida como La Mina. Asimismo, han comunicado que también se ha recuperado un elevado número de excrementos de hiena, y que entre los restos óseos de grandes dimensiones, destacan varios fragmentos de astas de cérvidos y un fémur de rinoceronte fechado en la misma época que las herramientas.
Más concretamente, Josep Vallverdú, codirector de la excavación e investigador del IPHES, ha explicado en declaraciones recogidas por EFEFuturo que se trata de “uno de los archivos más antiguos de la evolución humana en Cataluña y en la península Ibérica”, sobre el que, además, se ciernen grandes expectativas porque, tal y como ha expresado, “conocemos aún muy poco de todo su potencial”.
Los expertos en pleno trabajo de campo durante anteriores campañas de excavaciones en el barranco de La Boella. (Fotografía: CSIC)
También resulta excepcional el magnífico estado de conservación en que se hallan los restos de fauna recuperados hasta el momento. Por ahora son cuatro los estratos definidos con presencia de material paleontológico y arqueológico. Entre dichos restos descubiertos destaca una diversidad importante de taxones (cérvidos, caballos, bóvidos, rinocerontes) que facilitarán una fundamentada interpretación de los ecosistemas fluviales y deltaicos de la cuenca del río Francolí.
“Estos tipos de conocimiento son inéditos en nuestra región y son contenidos singulares para explicar la evolución humana y de los ecosistemas en la historia reciente de la Tierra. En estos primeros años, nos hemos centrado mucho en distintos sondeos para afinar en su antigüedad y en el número y características de los estratos fosilíferos. En el sondeo de la Mina no sabemos todavía hasta qué profundidad en el tiempo geológico hay restos arqueológicos y paleontológicos. Uno de los próximos retos es acabar este sondeo, al tiempo que lo empezaremos a excavar en gran superficie, en extensión. De esta manera podremos empezar a realizar estudios más profundos sobre el conocimiento de los ecosistemas de la cuenca del Francolí, gracias a un mayor número de fósiles”, ha explicado el científico según informaciones publicadas por el propio IPHES.
Las 10 campañas de excavación arqueológica del Barranco de la Boella han servido para adquirir los conocimientos básicos sobre su valor patrimonial, científico y académico. Precisamente por todo ello, la próxima campaña precisará de un mayor número de participantes en los trabajos arqueológicos.
El río Francolí a su paso por Masó, Tarragona, España. (Public Domain)
"Esta campaña hemos abierto listas de participación a graduados y postgraduados, para incluir el yacimiento del Barranc de la Boella en el ámbito académico y universitario europeo y convertirlo en un yacimiento escuela los próximos años. Por este motivo ya hemos manifestado a la administración local, regional y nacional la necesidad de construir un proyecto de investigación con vocación universal para conocer la historia natural de la humanidad que vivió en La Canonja durante estos tiempos tan remotos", ha explicado finalmente Josep Vallverdú.
Imagen de portada: Pequeña muestra de las herramientas de sílex halladas en el Barranc de la Boella, (Fotografía: IPHES)
Autor: Mariló T. A.